
¿Y AHORA QUÉ?

El gobierno Duque solicitó al Congreso de la República el retiro el fallido proyecto radicado por el Ministerio de Hacienda y dispuso tramitar de manera urgente uno nuevo, fruto de consensos intersectoriales para evitar la incertidumbre financiera que aqueja al Estado; lo que implica la renuncia del ministro y la restructuración del equipo económico del gobierno.
La decisión tardía dejó en la conciencia colectiva de la nación un parte de victoria, logrado por las movilizaciones sociales y hábilmente canalizadas por los organizadores del paro, cuya inconformidad se manifestó en marchas, taponamientos, cacerolazos con bulliciosos golpes de ollas y sartenes.
El gobierno no puede ser sordo a los anhelos populares, el nuevo proyecto debe contener reformas sustanciales y no maquillarse con cambios superficiales. Según la opinión de expertos economistas, los 26 billones que se espera recaudar pueden conseguirse si se eliminan las exenciones tributarias que representan más de 80 billones al año, además si se combate la corrupción y se adelanta un plan de austeridad en el gasto público, con un esfuerzo por parte de los altos funcionarios del Estado, aprobando con un Acto Legislativo una deducción solidaria por los menos durante el periodo de pandemia y recesión económica, como ajuste por la crisis social, de los sueldos devengados por ministros, consejeros presidenciales, jefes de Departamento Administrativo, Superintendentes, altos consejeros, generales, magistrados, senadores y representantes a la Cámara en un 80%; de su asignación básica sin gastos de representación y viáticos permanentes, quitarles los beneficios de celular, pasajes aéreos, vehículos blindados, prima de apartamento en Bogotá, racionalizar los viáticos, horas extras, aplicar los descuentos por aportes a salud y pensión, que se les pague sólo los días laborados y que tengan el mismo periodo vacacional de todos los trabajadores oficiales y se pensionen con el 75% de promedio de lo devengado en los últimos 10 años como todo colombiano.
Con esos sacrificios económicos de los dueños del poder, los cuales con sus influencias y palancas tienen ubicados en empresas públicas y privadas a varios miembros de su grupo familiar, se cubre el faltante que habla el ministro Carrasquilla.
Igualmente, que se elija un senador y representante por cada departamento y se reduzca el Congreso y sus unidades legislativas que son excesivamente burocráticas. Así nos ahorramos 160 mil millones y hacemos más ágil y transparente el trabajo legislativo.
Las centrales obreras, las comunidades indígenas, el magisterio, Asonal Judicial y demás sectores sociales que conforman el Comité Nacional del Paro y ahora los camioneros, continuarán en las calles porque el proyecto fiscal era solo uno de los descontentos de la población, pero con fines electorales y anarquistas, seguirán causando el caos y debilitando al gobierno Duque, canalizando el descontento popular con otros proyectos que se tramitan en el Congreso como el proyecto de Ley 010 del 2021 de reforma a la salud, tal vez, más nefasto que la propia reforma tributaria, pues en su articulado tiene enunciados normativos que obligan a los cotizantes a pagar pólizas adicionales para asegurar patologías terminales o de alta siniestralidad.
Por otro lado, le asigna al afiliado la carga del autocuidado; si la EPS argumenta que «no se cuidó», el usuario deberá pagar por su atención.
Se cierra el hospital cancerológico del Estado y se le entrega el negocio a la nueva clínica oncológica de Sarmiento Angulo, que sólo atenderá a quien pueda pagar.
Se acaban regímenes especiales de salud, para militares y maestros, excepto presidente y vicepresidente quienes seguirán con sus privilegios, sin ningún cambio sustancial en favor de los usuarios.
La ley 100 de 1993, por causa de la corrupción, ha matado más colombianos que el conflicto y la pandemia juntos: un millón de personas ha muerto por falta de atención.
¿Y ahora qué nos espera con este caos en que nos tienen sumidos las improvisaciones del gobierno y la agresiva reacción de la oposición?
Amanecerá y veremos.
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