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Santos se aferra a que en Colombia, a diferencia de Venezuela donde no se tolera ni la sombra de un reproche y no se contentan con elogios discretos, sino que se exigen estruendosas alabanzas, existe, a pesar de las deficiencias materiales, lo que ha dado en llamar el “decoro y pundonor de un pueblo: una genuina libertad.” Haciendo uso de su profundo conocimiento de la Historia de Colombia, el Dr. Santos, desde su tribuna de El Tiempo (fundado en 1909) rebate con fuerza la existencia en el país de una abierta y desenfadada “Teocracia”. Explica que antes de la “Regeneración” existió en Colombia un régimen que dio rienda suelta a todas las libertades posibles y que se prolongó de 1863 a 1885, casi por dos décadas. Expone que en Colombia se tiene la libertad de atacar al clero en artículos periodísticos y caricaturas, claro está, exponiéndose a que la Iglesia lo combata. Arguye que ha habido políticos como Anselmo Gaitán, Ricardo Tirado Macías y Enrique Santos, que desde las Cámaras han encarnado una verdadera, franca y resuelta resistencia a los prelados, y asevera que los diarios y publicaciones censurados o combatidos por la clerecía son los de mayor circulación. Con el fin de no extendernos demasiado, terminamos esta nota con dos argumentos expuestos por Santos con los que el intelectual pretende neutralizar de una vez por todas los gatuperios y enredos retóricos de Vallenilla Lanz: “El tirano puede impulsar la riqueza del país, pero lejos de robustecer el espíritu de sus gobernados lo deprime, por lo cual lo deja expuesto a males mayores que los de la miseria.”; “La opresión y el silencio, interrumpido sólo por las voces aduladoras de los favoritos, deprimen el alma popular hasta convertirla en presa fácil; apagan toda luz de ideal y crean una atmósfera de servilismo y cobardía moral dentro de la cual no podrá crecer nada sano, ni nada grande.” Y, apelando al notable y malogrado José Martí, expresa Eduardo Santos lapidario: “El hombre necesita para vivir de cierta cantidad de decoro, como de cierta cantidad de aire.”
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* La información de “Ecos de la Historia” es tomada de Jorge Orlando Melo y Álvaro Tirado Mejía, Nueva Historia de Colombia, 10 tomos, Editorial Planeta, Bogotá, 1989, Eugenio Gutiérrez Cely y Miguel Ángel Urrego Ardila, 1.001 cosas sobre la Historia de Colombia que todos queremos saber, Intermedio Editores, Bogotá, 1995, otros elementos de la historiografía nacional y Wikipedia.
Autor: Gonzalo Buenahora Durán (Historiador, Universidad Nacional de Colombia)
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