
Una lección cívica y de convivencia

El domingo pasado se realizó en la Casita de Niños, corregimiento La Balsa, municipio de Buenos Aires, Norte del Cauca, un acuerdo por la armonía administrativa, política y social del municipio, con el fin de garantizar un futuro con dignidad y progreso para todas las comunidades que lo integran, liderado por el gobernador del departamento, Elías Larrahondo Carabalí, y el alcalde Oscar Eduin López.

Una de las intervenciones más impactantes, por sabiduría y elocuencia, fue la de Sor Inés Larrahondo Carabalí, educadora y conferencista, una de las más reconocidas dirigentes del norte del Cauca, y en general del departamento, por su fervor en la incesante búsqueda de calidad de vida para las comunidades en las que ejerce su labor cultural y formativa.
Sor Inés Larrahondo, fundadora Asociación Casita de Niños, rectora de dicha Institución Educativa que es modelo educativo afrocolombiano, profesora catedrática del Programa de Licenciatura en Etnoeducación de la Universidad del Cauca, rectora de la I.E. Técnica Agrícola Suarez, utiliza sus conocimientos y prácticas pedagógicas orientadas a la etnoeducación para la primera infancia y juventudes, con el objetivo de impulsar una formación de ciudadanos críticos y creativos en los actuales tipos de sociedad.

Aquel domingo, Sor Inés, visiblemente alterada por la utilización masiva e indebida de las redes sociales para estimular confrontaciones sociales y políticas entre los miembros de la misma comunidad, decidió tomar el micrófono para llamar la atención y dictar una cátedra de acción cívica, que puede apreciarse en el video que acompaña esta nota.
En su vida pública, Sor Inés no se ha reducido a la enseñanza tradicional. En su gestión social y pedagógica reivindica esa gesta de líderes, intelectuales, maestros y organizaciones negras, afrocolombianas, que en la historia colombiana han protagonizado formas de acción política para lograr una verdadera dignidad humana, y ha convertido el proceso didáctico de etnoeducación afrocolombiana en una apropiación de la identidad cultural, del entorno físico y de las propias comunidades, para formar ciudadanos éticamente comprometidos y activos en la construcción de una sociedad más justa y más democrática.
En ese discurso del domingo pasado, Sor Inés Larrahondo insistió en rescatar unidad familiar, el compromiso social con el futuro común, la recuperación de los valores propios de estas comunidades — la autoestima, la solidaridad, el respeto y la integración comunitaria— y el fortalecimiento de la identidad étnico cultural, así como la protección del medio ambiente.
De acuerdo con su intervención, para Larrahondo Carabalí, las estrategias de trabajo pedagógico con la comunidad no solo se desarrollan en las aulas, sino en todos los espacios donde se encuentren dirigentes cívicos que capten sus mensajes, siempre orientados a buscar transformaciones y modificaciones de estilos de vida y al desarrollo de proyectos conscientes de su realidad social, que permitan alcanzar mejor calidad humana.
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