
Un hermoso manual de vida

Los padres tenemos la responsabilidad de direccionar la vida de nuestros hijos y que mejor que compartir nuestro hermoso manual de vida en familia, las Sagradas Escrituras. En ella, encontraremos infinitos consejos que iluminarán el camino de nuestros hijos, llevándolos a un puerto seguro. El ingerir dosis diarias de estudios bíblicos puedes fortalecer la fe y la esperanza que debemos cuidar a diario. Con una fe sólida se espanta los miedos y las dudas.
En nuestro hermoso manual de vida podemos hallar un sinnúmero de enseñanzas que determinan la conducta, como: El amor, que es el primer Mandamiento de La Ley de Dios; el perdón donde vemos que el apóstol Pedro le pregunta a Jesús ¿Cuántas veces hay que perdonar? Y él le responde que setenta veces siete, (o sea, toda la vida) la honradez y el respeto entre otros. Todos coadyuban en el comportamiento de nuestros hijos, sin embargo, están en decadencia.
Cada época trae su propio afán, vivimos en un mundo que está en constantes cambios y padres que por los avatares de la vida dejamos la educación de los hijos a terceras personas que no prestan la debida atención, argumentando que es responsabilidad de los mismos.
Todos los consejos, los mandamientos fueron creados para que los llevemos a nuestra praxis y los vivamos en familia esperando excelentes resultados y poder gozar de un futuro maravilloso.
Nuestro manual de vida, es un faro para todo aquel que quiera vivir la luz del mundo que es Jesús y no andar más en tinieblas. Él, es la lámpara que ilumina nuestros pasos con normas imperecederas de cómo debe ser nuestro comportamiento en este hermoso mundo que está en constantes cambios y de tanta confusión para nuestros hijos y jóvenes. El escudriñar las escrituras nos permite moldear nuestro comportamiento y modo de pensar, ella, coloca en nuestros corazones las buenas intenciones y da sentido a nuestra existencia, es pues, una brújula que nos va mostrando el norte a seguir.
Es vasto el legado de nuestro hermoso manual de vida y tenemos toda una vida para escudriñarla, llevarla a la praxis y compartirla con nuestros hijos si queremos unos hijos con propósitos, educados y de sanos principios.
Mi pregunta es: ¿Por qué hemos permitido que se saque de la academia, la educación en principios cristianos, si la misma Constitución lo promulga? Cómo ha sido relejada, que sea la casa la cuna de la enseñanza de nuestro hermoso manual de vida, es tu compromiso y decisión. Bendiciones
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