Debemos acercarnos a Dios, su palabra nos dice que cuando se esté cansado, abatido debemos ir a Nuestro Padre Celestial y depositar todas nuestras cargas para poder descansar.

Mateo 11:29 nos dice que debemos colocarnos el yugo de Cristo, para encontrar descanso para el alma.

Debemos dejar el yugo de la esclavitud, que es el mismo pecado que hace que nos sintamos cargados y cansados. Sólo el yugo de Cristo nos hace libre y livianos.

Cuando llegamos a Cristo, somos disciplinados, con el yugo de Él en nuestras vidas hacemos las cosas bien a pesar de estar pasando por grandes desiertos miraremos la recompensa a los desiertos. Solamente, necesitamos aprender de Dios, de su humildad, de su mansedumbre y obedecer para que nos quite el yugo de la esclavitud.

En los momentos de cansancio y en todo tiempo, es menester ser humildes, obedecer y hacer la voluntad de Dios para poder descansar.

Deposita toda tu confianza en el autor y consumidor de todo, descansa y aprende a escuchar la voz de Dios; será tu refugio, tu fortaleza, tu pronto auxilio en las tribulaciones.

Goza de la presencia de Dios, recarga tu vida con las fuerzas de Dios. Sigue adelante, la solución está en tus manos. Acéptalo y Él te hará descansar.  Recuerda que el mejor antídoto para el cansancio es Dios. Bendiciones.

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