Martes, 28 de marzo de 2023. Última actualización: Hoy
SIETE PALABRAS
Armando Orozco Tovar / armandorozco2012@gmail.com
Me las tiré de Dios y ahora estoy crucificado.
Los miro desde lo alto de este tosco madero
¿De qué árbol? ¿Será de la misma madera
con la que mi padre hacía cunas y ataúdes?
¿Puertas para el infierno de esta ciudad?
Los miro desde mi altura de cosmonauta,
con las manos y los pies clavados,
y una corona de espinas en mi cabeza hueca,
que no cesa de pensar en los que están allá abajo.
Qué idiotas fueron les prometí el paraíso
y me dan el infierno.
Qué tontos no saben quién soy yo,
ni lo que hacen.
Nunca sabrán lo que hicieron conmigo.
Y con este pobre planeta, errante, bello y perverso.
¿Padre por qué los abandonaste?
¿Por qué a mí que era tú hijo?
Tanta furia en ti. Me mentiste siempre,
con el cuento que eras puro amor del bueno.
Pero mírate ahora alrededor de tu nada.
Del pastiche que hiciste.
Por creer tanto en ti estos pobres diablos
me han crucificado.
Me golpearon con un látigo de púas.
Me patearon el trasero. ¿Te parece bien?
Tengo sed. Pero el agua que me dan
está como todo, contaminada.
Se la tiraron los desgraciados humanos,
por eso tanto infante muere de sed
en el desierto guajiro.
¡Qué racita ésta para pésima!
Son hijos de tu sueño,
de tú loca borrachera y resaca ebria.
Que no existas no importa
pero estás voyerista en todas partes
mirando por las rendijas sucias del mundo.
Eso me pasó por creer tanto en ti,
mejor hubiera sido ser ateo de mí mismo.
No un pobre pendejo pendido en una cruz
como el Cristo de Dalí.
Sin alas ni pista de aterrizaje.
Padre mío que estás en el suelo,
aterriza ya es hora.
Porque esto que sueñas anda muy mal.
De pronto no sea que te beatifiquen,
¡Vaticanísimo! Como a un santo padre.
¡Bájenme de aquí… Carajo!
Deja Una Respuesta