El libro de Proverbios que es el libro del rey Salomón, nos enseña como llegar al éxito así se haga en forma lenta o rápida, independientemente de la edad que se tenga, el verdadero éxito no se mide por la suma de lo que tienes, el verdadero éxito está en la capacidad que tienes para pensar y comportarnos de manera correcta.

Oportunidades a granel se nos presenta en la vida, pero si no se tiene sabiduría, no se tiene éxito.

Tres cosas que nos dan sabiduría, que nos permiten estar a la altura de una vida sabia, exitosa y especiales ante Dios.

El respeto en toda la extensión de la palabra, es lo primero que debemos aprender y tener en cuenta para una sana convivencia y el éxito. El respeto nos enseña a medirnos y en el respeto está la honra. Debemos aprender a respetar la autoridad. Las puertas se abren para la persona respetuosa. Hay que aprender a respetar las normas, respetemos los límites. Una persona respetuosa es confiable, por lo tanto, sabia. La persona sabía, da las gracias, es educada.

Vivir en consagración, es un espíritu que nos permite desarrollar inteligencia, este debe ser el Espíritu de Dios que reine en nuestras vidas y este nos llevará a posiciones importantes, nos unge para cosas especiales y maravillosas que nos llevan al éxito. Es necesario para ello consagrarnos, reservarnos para Dios apartándonos del mal. La verdadera consagración nace del deseo profundo de honrar y agradar a nuestro Padre Celestial. Dios conoce el valor de tu vida y te da la oportunidad para limpiarte de todo pecado, de las malas decisiones y te da el verdadero valor.  Acepta la palabra de Dios: “no pecar más”. Reserva tu vida a Dios y tendrás éxito.

Valorar la formación, Job: 9-32 nos dice que debemos aprender a desarrollar la sabiduría, para lograr el éxito en la vida, esta viene de la formación en Dios para cambiar lo que se tenga que cambiar en cada persona. Las pruebas, las adversidades nos enseñan y nos dan sabiduría, nos fortalece, nos forman y podemos salir avante antes las adversidades de la vida llevándonos al éxito.

Respeto, consagración y formación: triadas que te llevan a la cima del éxito personal, social y la más importante a Dios. Bendiciones.

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