Jueves, 30 de noviembre de 2023. Última actualización: Hoy
RUTH CEPEDA VARGAS IN MEMORIAM
RUTH CEPEDA VARGAS IN MEMORIAM.
Por la gracia del destino coincidí en mi existencia con RUTH CEPEDA VARGAS, delineante de Arquitectura, viajera incansable, quien perteneció a la Academia de Historia del Cauca, Rectora fundadora y luego parte del Consejo Directivo del Colegio Mayor del Cauca, fue representante del Ministerio de Cultura en el Centro Filial Cauca del Consejo de Monumentos Nacionales. Una mujer pulcra, enhiesta, rebosante de encanto, su bella sonrisa lo iluminaba todo, con intelecto innato por riqueza, y el don de la palabra por virtud, con ademanes finos que dejaban entrever el carácter decidido de una mujer de fácil conversación, cristalina en el manejo del idioma y poseedora de una escritura que superaba los laberintos de la realidad para materializar sus sueños.
Casi todos los Cepeda Vargas, nacieron en Cali y después de peregrinar por Armenia y Buenaventura, emprendieron sus estudios primarios en la Escuela de Estercita Patarroyo. Siendo muy niños, llegaron a vivir a Popayán, ciudad a la que se quedaron unidos como su cordón umbilical. Las mujeres entraron al colegio-convento de las salesianas donde Ruth, brilló con luz propia en sus cometidos escolares. Desde entonces su arraigo a la ciudad se acentúo, junto a sus cinco hermanos, Manuel, inmolado Senador de la República, comunicador social y líder del Partido Comunista Colombiano y del partido político Unión Patriótica, Cecilia, Gloría la reconocida poetisa, Stella y Álvaro Cepeda Vargas. Hijos del patriarca payanés, Manuel Cepeda Amézquita, funcionario judicial del Tribunal Superior de Popayán, hablaba latín y francés, poseedor de una gran biblioteca para estimular la lectura de sus hijos que procreó con la matrona, Mina Vargas, natural del municipio de Guapi en el litoral pacifico caucano, conocida por su negocio “Foto Vargas”, fundada por el abuelo materno, destacado fotógrafo de la época, quien le heredó el negocio a doña Mina, siendo una de las mejores luminarias en la tradición del retrato en Popayán.
RUTH CEPEDA VARGAS, fue en su periplo vital, educadora insigne, llena de alegría y color, entusiasta, jocosa y dicharachera, escritora profunda y diáfana, columnista por más de 30 años del diario El Liberal y del Nuevo Liberal. Una MUJER extraordinaria en toda la literalidad de la palabra. Decidida gestora de importantes instituciones de educación superior: el Colegio Mayor del Cauca y la Fundación Universitaria de Popayán.
Como rectora, ejerció la dignidad por casi 36 años, orientando y liderando sus destinos desde el 13 de noviembre de 1967, cuando se proclamó como “Colegio Mayor de Cultura Popular del Cauca” la mejor alternativa de profesionalización para reivindicar el derecho al trabajo de las mujeres de la ciudad.
Su legado quedará inscrito en lozas de mármol en los muros universitarios que inspiró, pues así lo refirió en su libro El Claustro de la Encarnación: “Los monasterios femeninos ocupaban un lugar especialísimo, puesto que no sólo eran centros de culto religioso sino, sobre todo, espacios de “protección” para las mujeres solas, solteras y viudas”; haciendo suyas las palabras de la historiadora Jenny Londoño López. Fue su fachada la que inspiró el símbolo institucional el CAMARÍN volado, una pieza arquitectónica que sobresale como ventana mediadora entre el mundo exterior e interior, su vidriera, deja pasar la luz de la ciencia en los días de sol y el aire fresco de la cultura cuando llueve sabiduría; obra histórica diseñada por el arquitecto alemán Simón Schendherr en 1760. Así lo destaca su hermana, la poetisa Gloria Cepeda Vargas, en una de las estrofas del himno Institucional: Cuando solo campanas hablaban/ bajo el sol de la antigua ciudad/ la mujer detenida en el tiempo/ de tu mano empezó a caminar.
Les expreso mis condolencias a sus hermanos Stella y Álvaro Cepeda Vargas e hijos, a Luis Fernando Cabrera Cepeda y su esposa Marina González, sobrinos y demás familiares, al rector de La Institución Universitaria Colegio Mayor del Cauca, Héctor Sánchez Collazos y a todo el estamento académico y administrativo. Paz en su tumba. La recordaremos por esa gran sonrisa que nos alegró la vida, por su manera generosa de actuar y enseñar con amor, por el inmenso aprecio que sintió por todos. Nunca la olvidaremos, la extrañaremos con profunda nostalgia.
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