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Reflexiones sobre la paz

El jueves 11 abril, 2013 a las 9:23 am
Carlos E. Cañar

Carlos E. Cañar Sarria

               Tiene razón Humberto de la Calle Lombana, uno de los negociadores de La Habana, cuando afirma que la paz es un imperativo moral. Recordando al filósofo Kant, podemos anotar que la paz es un imperativo categórico, es decir, es un imperativo moral. Se trata de un mandato de la razón que en el caso colombiano resulta impostergable. No se puede proseguir en un círculo vicioso que dé continuidad al derramamiento de sangre.

                Manifiesta de la Calle que le impresionó en reciente visita al Batallón de Sanidad, la escena de decenas de jovencitos mutilados con la esperanza de una nueva vida a pesar de las condiciones sobrehumanas, rodeados de sus familias; pero que el drama no es sólo de ellos, sino también de miles de víctimas civiles, en especial, indígenas y niños.

                 Es cierto que cuando el conflicto llega a un estado de degradación y en donde no es posible la humanización de la guerra o la aplicación de la normatividad del Derecho Internacional Humanitario, hay que buscar caminos de acercamiento tras la búsqueda de diálogos concertados que puedan permitir la concreción de una paz estable y duradera, que es a lo que le está apuntando el Gobierno Nacional.

                  El Gobierno reiteradamente ha expresado que la paz es viable sin desconocer el Estado de Derecho y sin conculcar la dignidad de las personas, de las víctimas y sus familias. Es consciente de la indignación, la desconfianza y el repudio por parte de quienes han sufrido en carne propia los lamentables actos y efectos de la guerra, que en últimas son la mayoría de colombianos. Enfatiza que esto es legítimo; pero que no obstante, vale la pena intentar la oportunidad de la paz que tanto ansiamos.

                 El presidente Santos ha manifestado que no permitirá que le coloquen palos a la rueda de la paz, si es que en realidad queremos un país más justo. Anunció que a pesar de las críticas y las dificultades seguirá adelante con el proceso, enfatizando que la paz no la detiene nadie en procura del progreso y de mayores oportunidades para todos los colombianos. Anota de la Calle, que “Los que optamos por la búsqueda de la paz lo que hacemos es no convertir el repudio y la indignación en la estación final de este camino de tragedia, sino sobreponernos y dar un paso más: entender que si hay forma de anticipar la paz, de segar este río de sangre, hay que hacerlo sin vacilación…”

                  Esto nos conduce a recordar algunas de las veinte leyes naturales del filósofo inglés Hobbes, expuestas en “El Leviatán”: que es necesario buscar la paz para acabar las hostilidades entre los hombres, que dando garantía del tiempo futuro, deben ser perdonadas las ofensas pasadas de quienes, arrepintiéndose, desean ser perdonados, que en las venganzas los hombres no consideren la magnitud del mal pasado, sino la grandeza del bien venidero y, que los hombres cumplan los pactos celebrados.

carlosecanar@hotmail.com

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