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Por anarquía en Planeación, en problemas construcción de PTAR en Popayán

El jueves 22 junio, 2017 a las 10:51 am

Intentando corregir el maltrato histórico a los ríos, desde finales de los 70 del siglo XX la legislación ambiental colombiana incluyó la descontaminación de los ríos como una prioridad en los planes de desarrollo de todos los municipios, siendo Popayán de las ciudades más atrasadas en construir la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, PTAR, no sólo por el desinterés de pasadas administraciones, que retardaron el proyecto en cercanías del sitio escogido.

Como una muestra más de la falta de un Plan de Ordenamiento Territorial, POT, bien estructurado y la improvisación en la Planeación de la ciudad, en el 2010 el Concejo Municipal amplió el sector urbano para que el Gobierno Nacional construyera la urbanización de vivienda gratuita en el Valle del Ortigal, incluyendo parte de terrenos que desde el 2006 ya estaban destinados para construir la PTAR, cuando no habían proyectado el plan de vivienda gratuita presionado por el vicepresidente Vargas Lleras. Lo peor fue que no tuvieron en cuenta la advertencia de funcionarios del Acueducto, que informaron que ese lote estaba destinado para la PTAR y redujeron de 100 a 50 metros, la distancia mínima autorizada para construir desde el borde de la laguna de oxigenación extendida hasta los primeros bloques de apartamentos y casas construidas para el programa de vivienda gratuita del Valle del Ortigal.

Valle de El Ortigal y alrededores – Imagen tomada de: https://www.google.com.co/maps

Concepto de Unicauca

La instalación de rellenos sanitarios y plantas de tratamiento de aguas residuales ha generado conflictos con los habitantes de viviendas cercanas y con mayor razón cuando las autoridades encargadas de su control no garantizan el uso de tecnologías que minimicen los problemas ambientales.

Así, cuando la administración del alcalde Cesar Cristian Castro, decidió cumplir con atraso la ley y no perder los cerca de $8.500 millones asignados por el Gobierno Nacional para la construcción de la PTAR, surgió un movimiento de oposición al proyecto impulsado por habitantes de la urbanización “El Valle del Ortigal”, temerosos de los perjuicios que a su bienestar y valorización de sus viviendas pueda causar la PTAR, y dirigentes políticos que ven en el asunto un filón para cultivar votos con miras a futuras elecciones y han regado rumores sobre la presunta privatización de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado y el cobro de onerosas tarifas por cuenta de la PTAR.

Buscando combatir la desinformación y tener un concepto calificado sobre la vigencia y conveniencia o no de los diseños para construir la PTAR en el sitio escogido, directivos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado en diciembre de 2016 contrataron un estudio con un grupo interdisciplinario de la Universidad del Cauca, integrado por el doctor en ingeniería sanitaria con énfasis en sistemas ambientales, Javier Fernández Mera; el ingeniero químico Juan Carlos Casas, experto en procesos naturales de tratamiento de aguas (aeróbicos); el ecólogo Wilson Betancur, especialista en impacto ambiental y la economista Olga Lucía Cadena, a punto de doctorarse en ciencias ambientales.

Este equipo interdisciplinario que exigió autonomía para desarrollar su trabajo sin presiones de la Alcaldía, la empresa de acueducto y la comunidad, determinó que todas las reuniones se harían en la facultad de ingeniería civil y para facilitar la interlocución, con cuatro delegados representativos de los habitantes de El Valle del Ortigal y cuatro de barrios vecinos.

Según resumieron el informe en rueda de prensa del 9 de marzo, en la oficina de juntas de la rectoría de la Universidad del Cauca, revisaron los estudios técnicos hechos por Cinara en el año 2000, cuando recomendaron la construcción de cuatro colectores y PTAR, tres en el norte y uno al sur de la ciudad, utilizando el sistema anaeróbico (sin oxígeno) que genera olores nauseabundos. También la posterior revisión del proyecto en 2006 por parte de otro consorcio de ingenieros que consideraron costoso construir y mantener cuatro PTAR (tres en el norte y una en el sur) decidiéndose por la del sur adelantando su diseño a construir en tres módulos, el primero para procesar 75 litros por segundo. Acogiéndose a sus recomendaciones, Planeación Municipal, en el “Plan parcial de Chune” de 2006, dejó un margen de cien metros entre la planta y las futuras viviendas, cambiando al sistema aeróbico por “Aireación extendida” (con oxígeno, menos olores y bacterias que se alimentan de residuos sólidos y produciendo lodos depurados, que no requieren biodigestión).

Sobre el cumplimiento de normas de vertimiento, revisaron la licencia ambiental de la CRC y el decreto de vertimientos 3930 de 2010, que parte de simular la capacidad asimilativa de la descarga de aguas residuales al río Cauca, removiendo en la PTAR el 50% de residuos sólidos.

Cuando estudiaron la escala de la PTAR, aprobaron que corresponde al diseño para construir en tres etapas, siempre y cuando sean bien ejecutadas las obras y garanticen buena administración y mantenimiento.

Acerca del levantamiento topográfico de bloques y viviendas, la comunidad del “Valle del Ortigal” no les permitió acceso y tuvieron que acudir a mapas satelitales, ubicando los puntos críticos para los olores a 90 metros de las actuales construcciones. La legislación los exige mínimo a 75 metros, por lo que están ajustados al ordenamiento vigente.

Para conocer el funcionamiento de PTAR similares a la diseñada para Popayán visitaron la construida hace tres años en Bello, destinada a recibir las aguas residuales de Medellín. Encontraron que las comunidades vecinas no las miran como aguas residuales y han incorporado la PTAR, con tecnología similar a la de Popayán, a actividades educativas, deportivas y recreativas. También alrededor hay en construcción, planes de vivienda para estratos 3, 4 y 5. Tampoco han sufrido incremento en el valor de las tarifas en los recibos del Acueducto, que estarían incluidas en la tasa ambiental vigente por cinco años.

RECOMENDACIONES:

Después de poner luz amarilla al proyecto autorizando el paso a verde haciendo ajustes al proyecto de la PTAR, la comisión de profesionales de Unicauca recomendó:

  • Cerrar el lote.
  • Actualizar la línea de base, modelación de calidad del aire y agua, según normas vigentes.
  • Modificar la estructura de las rejillas para filtrar la entrada de leños y residuos sólidos voluminosos por una de sistema de limpieza mecánica y manual.
  • Inyectar aire en el desarenador para evitar que se depositen residuos sólidos orgánicos. A la par instalar dispositivo para retener grasas y aceites.
  • Para disposición final de lodos que saldrán procesados en un 90%, casi como tierra, ajustarse a la nueva legislación.
  • En el campo administrativo recomendaron a la empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán, crear una unidad autónoma para garantizar personal suficiente y agilidad en los procesos de operación, administración y mantenimiento de la PTAR.
  • Permitir la participación de habitantes del Valle del Ortigal y barrios vecinos en el proceso de construcción y mantenimiento de la PTAR, partiendo del estudio de la Cámara de Comercio del Cauca, caracterizando las familias del sector y coordinando con la empresa de Acueducto y el Sena, en la capacitación.
  • Construir un aula múltiple para educación ambiental sobre el ciclo y la ruta del agua desde sus fuentes, usos domésticos, agropecuarios e industriales y tratamientos de descontaminación, destinada a niños, jóvenes y adultos fomentando el buen manejo.
  • Incorporar a docentes y alumnos del mega-colegio que construirán cerca para convertir la planta en una Bio-aula para estudiantes y toda la comunidad.
  • Fomentar la reforestación con especies nativas en sitios donde se facilite.

Acerca de los escenarios futuros, con o sin la construcción de la PTAR, el equipo profesional de Unicauca conceptuó que de no ejecutarse en un plazo de pocos años para los habitantes del Valle del Ortigal y barrios vecinos serán insoportables los olores y mayor la presencia de plagas de roedores, reptiles e insectos, cuando estén terminadas las obras de los colectores que paralelos a las cauces de los ríos Ejido, Pubus y Molino llevarán las aguas residuales al sitio destinado a su recolección antes de vaciarlas al río Cauca. Otro agravante es que, de no ser invertidos los $8.500 millones gestionados por la Alcaldía, estos dineros deberán devolverse al Gobierno Nacional para que los destine a otra de las tantas PTAR de diferentes municipios del país que hacen cola ante Planeación Nacional y el Ministerio de Hacienda para que les apropien recursos y de nuevo el municipio deberá hacer cola para que les aprueben el proyecto y nuevo presupuesto.

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