

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio figura entre las 20 causas de defunción más importantes en todas las edades a nivel mundial. Cada año se suicida casi un millón de personas. En el 2018, por ejemplo, se reportaron más de 800.000 suicidios y más de 2.696 en Colombia.
El suicidio es un grave problema de salud pública
Las conductas suicidas son la principal urgencia para un profesional de la salud mental y el suicidio es la complicación más seria de la depresión. Por eso es importante que como miembros de una comunidad, entorno social y/o familia, estemos atentos a los siguientes signos de alarma que puede presentar uno de nuestros familiares, amigos o compañeros:
- Pensamientos o planes de autolesión en el último mes o acto de autolesión en el último año.
- Alteraciones emocionales graves.
- Desesperanza.
- Agitación o extrema violencia.
- Conducta poco comunicativa.
- Aislamiento social.
Muchas de las personas que contemplan el suicidio presentan ansiedad, depresión y trastornos por consumo de alcohol, abuso de drogas y violencia.
El suicidio se puede prevenir
Comunicar lo que se siente es el primer paso para encontrar la solución a los problemas y lograr un mejor estado emocional, para esto, existen diferentes fuentes potenciales de ayuda en la comunidad, como:
- Familiares cercanos.
- Amigos.
- Profesores, consejeros escolares o líderes espirituales.
- Líneas de atención telefónica en salud mental.
- Profesionales de la salud (medicina, enfermería, psicología, trabajo social, terapeuta ocupacional y otras disciplinas).
- Centros de Escucha y Zonas de Orientación Escolar y Universitaria.
Los suicidios pueden prevenirse, mediante intervenciones oportunas, preguntas que salvan vidas y que cualquier persona puede hacer para evitar la pérdida de un familiar, amigo o compañero.
Tómate un minuto y dale un sí a la vida.
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