Con el pasar de los años y a medida que el país avanzaba hacia nuevos horizontes, Popayán abandonaba su posición predominante en el panorama nacional y pasaba a ocupar un lugar sin relevancia en los diferentes ámbitos que la caracterizaban. A razón de lo anterior, la decadencia de la Ciudad Blanca fue imparable y la calidad de vida de sus habitantes cada día empeoró.

Hoy, Popayán es una de las ciudades con mayores cifras de desempleo, la inseguridad es pan de cada día y los problemas sociales como la pobreza agravan más la situación que se vive. Entre las principales razones por las cuales Popayán se encuentra en esta situación, es la falta de liderazgo y de visión de los dirigentes municipales en cabeza del alcalde y la administración municipal.

Las problemáticas sociales aumentan cada día y el panorama que se presenta no es alentador para los ciudadanos payaneses, mientras las distintas ciudades capitales del país avanzan a pasos de gigante, Popayán sigue estancada en el siglo pasado con una infraestructura vial que no da abasto, con un ecosistema empresarial precario, sin progreso y una completa carencia en organización territorial la cual, tristemente, es avalada pasiva o activamente por las instituciones que nos gobiernan. Lo anterior, sumado con las problemáticas que trajo la pandemia, lo cual, ha desarrollado un ambiente propicio para el caos y las soluciones que se tienen que presentar deben ser aterrizadas a las necesidades reales y enfocadas a solucionar los problemas de fondo, los que se viven día a día y no a satisfacer intereses personales y politiqueros.

Popayán es un buque insignia, una ciudad con gran reconocimiento y con todo el potencial para convertirse en un referente nacional y mundial; pero, lastimosamente en la actualidad y por muchos años ha estado a la deriva, sin un capitán que la dirija y que ponga los intereses de la ciudad antes que los suyos.