
Foto: Alcaldía de Popayán
Popayán de la fragmentación a la disolución.

En la historia reciente de la ciudad de Popayán se ha gestado un fenómeno más que evidente, reconocido y percibido de manera bastante confusa y hasta inquietante por muchos de sus habitantes, en especial de los habitantes tradicionales, a quienes sorprende e irrita. Se trata del proceso y del fenómeno de la FRAGMENTACIÓN URBANA.
No se trata de algo que tenga que ver de manera exclusiva con la dimensión espacial, ni de la expansión territorial y casi aluvional e incontrolada que se ha registrado en las últimas décadas. La fragmentación, en relación con el mundo urbano, abarca y afecta de manera profunda muchas dimensiones del comportamiento ciudadano. Es también un fenómeno cultural y humano, que muchas veces se siente y se padece, pero no siempre se acepta y se comprende en todas sus implicaciones. Así como se proyecta, para muchos, de forma negativa sobre la imagen y el funcionamiento de la propia ciudad.
Empecemos por volver a recordar que la imagen del Popayán tradicional, está de manera visceral e inexorable asociada a una realidad que se identifica y se reconoce dentro de una cierta unidad que cristaliza en los elementos más relevantes de su apariencia arquitectónica. Con un centro “histórico” que hasta en el pasado reciente se constituía como el núcleo articulador y simbólico de las diversas designaciones con el cual y durante muchos años hemos nombrado a la ciudad: Ciudad colonial, ciudad blanca, ciudad histórica. En fin, es larga y apologética esa serie de designaciones, que a veces expresan algo de verdad y muchas veces falsifican y confunden sobre la valoración y el contenido real de nuestro universo urbano. Pero sobre esas designaciones se ha construido y en buena parte conservado, la leyenda de la antigua Popayán, siempre nostálgica y evocativa de un tiempo y de un pasado, que la historia y las dinámicas del tiempo y del cambio histórico y cultural han terminado por abolir casi en forma casi definitiva. Pero aún se sigue declamando “Popayán tu vives del pasado”. Se podría complementar: ¡pero mueres de presente!
El concepto de FRAGMENTACIÓN URBANA, presupone que previamente existe una totalidad unitaria e integrada, o al menos que se percibe como tal. Es sobre esa pretendida totalidad sobre la cual se materializa el fenómeno de la fragmentación, el que es equivalente a la desintegración de las partes que antes más o menos se reconocían como componentes de una unidad. En el caso de las ciudades: unidad espacial, cultural, simbólica y también existencial, es decir como dimensión de relación humana.
No está por demás anotar que el fenómeno de la fragmentación hoy día aparece con las características de un proceso que se ha venido dando a escala planetaria, pues acontece en forma paralela y simultanea ligado a proceso de creciente urbanización de toda la civilización humana. En lo esencial la cavilación humana contemporánea tiene como gran escenario el mundo citadino.
Para el caso de nuestra ciudad de Popayán, el creciente e incontrolado proceso de fragmentación significa, en primera instancia, una fractura de su unidad espiritual y simbólica, que está anudada y se “encarna” en el antiguo y transmitido concepto de que el centro histórico representa los contenidos culturales y espirituales más relevantes e identitarios de la ciudad. Metafóricamente en el centro se encuentra el corazón y también el alma de la ciudad.
Además, el centro histórico del Popayán tradicional, siempre significó, como significó para la casi totalidad de las ciudades inventadas por la despiadada “conquista” española, el lugar y el espacio donde se concentraban los poderes y los símbolos a partir de los cuales se hacían visibles y ostentosos los elementos y las pretensiones de la dominación tanta física como espiritual y política de quienes serian los habitantes de dichas urbes, que dicho sea de paso, se les bautizaba desde el propio nacimiento con el esplendor prepotente de “muy nobles y leales ciudades “ honor monárquico que implicaba escudo de armas y otras arandelas.
El tema es largo y sugerente y tiene muy variadas derivaciones sobre el origen y la función de nuestras primeras ciudades. Ya nos ocuparemos del mismo en posteriores columnas. Por ahora, señalemos que desde su nacimiento la ciudad de Popayán nació y creció muy poco a parir de ese centro, que le dio su imagen y algo de su unidad y de su carácter, lo que posibilitó considerarse un pequeño universo articulados a valores y símbolos de clara prosapia española y españolizante.
************************
Otras publicaciones de este autor en Proclama del Cauca y Valle:
Deja Una Respuesta
Un comentario en "Popayán: de la fragmentación a la disolución"
Comentarios Cerrados.
Que mal reportaje no se entendió nada lo único que deja ver el periodista es que sabe mucho vocabulario que ya ni se usa más claro sin tanta pompa sería mejor.