A esto la cubana le responde: – Mira, chico, eso es fácil de explicar y la respuesta me la vas a dar tú al contestarme una pregunta.
– Y el gallego le dice: – Pues échala y verás mi superioridad intelectual.
– La cubana dice: – Dime el nombre de un importante general francés que montaba un caballo blanco…
– Mujer, que casi tengo la respuesta, pero da me otra pista para no verme tan intelectual.
– Cubana: está bien… Este general dominó casi toda Europa y cuando conquistó España puso a su hermano de emperador, y además de montar un caballo blanco, siempre traía su mano metida dentro de la chaqueta de su uniforme militar.
– Gallego: mujer, que la respuesta la tengo en la punta de la lengua, pero dame otra pista para no decir una tontería.
– Cubana: está bien pero antes ve a la cocina y sobre el refrigerador hay una botella de coñac… tráela para echarnos un trago y algo que verás allí te recordará el nombre.
Entonces sale el gallego corriendo a la cocina, coge la botella de “Napoleón” que está sobre la refrigeradora y al rato regresa con una sonrisa en la cara y le dice a la cubana: – mujer, pero si mejor pista no me pudiste haber dado, como me voy a olvidar del famoso “General Electric”
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