
Armando Orozco Tovar
Es verdad que el cine es una caja de fantasmas. El único medio que junto con la fotografía nos libra del deterioro y la muerte. Esto lo confirmé una vez más al conocer la muerte de María Schneider buscándola para verla otra vez joven y hermosa en El Último Tango en París, la famosa producción de Bertolucci.
En los sesentas el escritor norteamericano Henry Miller había escandalizado con sus “Trópicos”, al igual que lo ocurrido con este filme por su escena de violación carnal en el piso del apartamento parisino, donde según la Schneider, su protesta y lágrimas fueron ciertas durante su rodaje de engaño por Bertolucci y Brando, la que la llevó a expresar alguna vez, que la misma le permitió entrar sin embargo en la historia del cine, pero que también trágicamente la condujo más tarde a la droga y a los hospitales.
Sin embargo, a Marlon Brando, intérprete de Paul, en la cinta que representa a un personaje nihilista y esquizofrénico, el cual deja adivinarse desde el comienzo como el asesino de su mujer, de ninguna manera lo traumatizaron, ni lo condujeron a las drogas como le ocurrió a su pareja, cuando Jeanne por su solicitud le introduce dos dedos en el ano.
Tampoco nadie cuando vio la película se aterró de la masturbación realizada a él por ella, borracha, casi al final de la película en el salón del concurso de baile de tango. Demostrándose el machismo imperante antes y ahora, puesto que algunos actos iguales sólo son condenados por la sociedad cuando son realizados por la mujer mientras, que los realizados por el hombre pasan inadvertidos.
Se marchó muy pronto María Schneider la interprete “bebita” en la película de veinte años, quedando para siempre como una cabrita loca con lágrimas de mantequilla en el filme inmortal.
Con respecto a esta producción tampoco nunca se habló de cómo la película Memorias del Subdesarrollo del cubano Tomás Gutiérrez Alea, pudo influir en el italiano puesto que ambas cintas están hechas con la misma materia prima poética y similares elementos como son: 1-Dos protagonistas hombres, solitarios y abandonados por sus mujeres: la una por suicidio (?) cortándose las venas en una bañera y la otra fugada hacia el extranjero huyéndole a la Revolución. 2-Dos personajes tristes y deprimidos que padecen problemas mentales. 3-Dos mujeres jóvenes y bellas con ganas de ser actrices con problemas nerviosos las cuales llevan a sus hombres, una a la muerte y la otra a los tribunales para ser juzgado por violación. 4-Dos apartamentos como espacios donde se realizan las principales escenas eróticas, uno sucio y en alquiler en París, el otro limpio, amplio y lujoso en La Habana. Todo hace pensar que el cineasta italiano deslizó con maña su gran imaginación desde la cinta de Gutiérrez Alea hacia su libreto de película, las cual me llevaría con María Schneider y Daisy Granado a una isla desierta.
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