Las principales son para hacer daño a quien se odia; para atraerse la pasión amorosa de alguien; para invocar a los muertos; para suscitar calamidades o impotencia contra enemigos, rivales u opresores reales o imaginarios; para resolver un problema el cual se ha convertido en obsesión y ya no importa por que medio se resuelve.
Consultados por todas las clases sociales, dirigentes y gobernantes, no todos los brujos siguen las mismas prácticas, pero quienes aún leen el tabaco en poblaciones del Norte del Cauca, no sólo adivinan el futuro y la suerte de quienes le consultan sino que hacen un pacto con el demonio, abjuran a Cristo y los Sacramentos, tienen ritos diabólicos en los que hacen una parodia de la Santa Misa o de los oficios de la Iglesia y adoran al Príncipe de las Tinieblas y participan en aquelarres (reuniones de brujos donde hacen sus maledicencias).
La brujería en esta región es una práctica de ascendencia cultural y sigue relacionada con el satanismo. Tanto en la brujería como en la magia se encuentran estos elementos: realización de rituales o de gestos simbólicos, el uso de sustancias y objetos materiales que tienen significado simbólico, el pronunciamiento de un hechizo y una condición prescrita del que efectúa el rito.
El demonio existe y entra en relación con aquellos que lo buscan. Como recompensa a quién le ofrece culto, el demonio otorga poderes preternaturales para obtener poder, fama, dinero, influencia, es decir las cosas que desea la carne, afanes terrenales.
Por medio de la lectura del tabaco se puede conjurar, adivinar y llegar a lograr el éxito en el mundo profesional ya sea como artista, profesional, militar, político, alcalde que se respete tiene su corte de brujos asesores que le soplan el tabaco. Estos expertos supersticiosos pueden parecer muy atractivos en sus consejos y tener un gran don de ganarse a la gente hasta el punto de atraer grandes poderosos y convertirse en dioses para sus admiradores los cuales son capaces de hacer hasta lo irrazonable por sus egos.
Los poderes del mal pueden cegar las mentes y fanatizarlas portentosamente. La lectura del tabaco no es mera superstición. El demonio ciertamente arrastra hacia su reino del mal a los que se involucran en ella y a sus aduladores. Si no hay arrepentimiento y conversión, el final será el mismísimo infierno. Siguiendo los agüeros, se asegura que los martes y los viernes son los días de la semana más indicados para realizar la lectura.
La lectura del tabaco como otras prácticas esotéricas, consta de rituales para hacer sus hechizos (ejercer un maleficio o atadura sobre alguien), algunos de los cuales requieren hierbas particulares. También hay palabras de conjuro o hechizo que pueden ser escritas para obtener un mayor poder. Quién realiza el rito debe desear su propósito con todas sus fuerzas para obtener mayores efectos y algunas veces debe ayunar por 24 horas antes de realizar el rito para purificar el cuerpo.
Mientras algunos comerciantes en tabaco sostienen que esta actividad económica está en declive porque las brujas se están acabando, otros a cambio, anuncian un resurgir de esta antiquísima costumbre esotérica, abominada por las santas escrituras y la iglesia.
Camargo, el recordado y célebre vendedor móvil de medicamentos populares, siempre sostuvo que quienes creyeran que las brujas y lectoras de tabaco se estaban acabando estaban equivocados, pues lo que no había era donde echarlas.
lualbamo@hotmail.com
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