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MOLINO DE MOSCOPÁN

El lunes 2 marzo, 2009 a las 4:56 pm
Domingo 1 de marzo, 2009
De: Mario Pachajoa Burbano

Amigos:

Katherine Castañeda Romero ofrece en su articulo El Molino de Moscopán la historia del famoso e inolvidable molino que se recuerda como un gran edificio blanco en medio de una extensa zona verde en los Ejidos de Popayán y cercano a la recordada «Cueva del Indio». ¡Era un ícono por los años treintas y cuarentas!

Nuestros agradecimientos a los señores Luis Hernando Flórez Tejado y Javier Betancourt, que con su documental sobre este molino, nos regresa al pasado payanés.

Cordialmente

Entre las ruinas de MOSCOPÁN
Escrito por Katherine Castañeda Romero
Domingo, 01 de marzo de 2009

Foto: El Liberal

Visitar este lugar produce curiosidad por su historia, pero tristeza por su estado. La idea del documental es que empresas privadas o entes gubernamentales miren hacia él y lo puedan restaurar o construir algo que aporte a la ciudadanía.

Los chillidos de la puerta del Molino de Moscopán y el crecimiento de plantas en los pasillos exteriores, develan su abandono. Desde hace más de 40 años las máquinas se silenciaron y el óxido apareció como síntoma de la decadencia y el olvido de este lugar.

En la actualidad, el edificio de cuatro plantas en el que funcionó años atrás la Empresa Harinera de Moscopán está agrietado a causa del terremoto de 1983, parte de su piso en madera casi levantado y los pocos muebles que quedaron en las oficinas, llenos de polilla con libros de contabilidad y documentos de la época.

Se conservan todavía, eso sí, cubiertos de mucho polvo, empaques del producto, el teléfono y la caja fuerte de la empresa. El motor del molino sobrevive y su infraestructura como tal está intacta y definitivamente limitada a su funcionamiento.

El sitio, cargado de historia, vuelve a la escena pública con el documental ‘Moscopán, esplendor, decadencia y olvido de un molino’ que realizaron los comunicadores sociales Luis Hernando Flórez Tejado y Javier Betancourt, para que quienes aman Popayán no pasen por alto la memoria de un pueblo.

LA MÁQUINA DEL TIEMPO

Modesto Cabal y Rodolfo López Vargas se conocieron para crear industria en Popayán. Desde que comenzaron a trabajar juntos, un día se percataron que la subestación de la planta eléctrica de Coconuco, ubicada en lo que fue el Molino de Moscopán, estaba ‘desperdiciándose’, por lo que se ingeniaron una actividad que necesitara energía para aprovechar esa subestación.

Así, y luego de varios estudios nació la idea de construir un molino; los dos le apostaron a la empresa, bajo la idea de Rodolfo López, quien fue el propietario de ésta.

Según los documentos encontrados durante la investigación del documental, en 1926 se establece el Molino de Moscopán. La mayoría de sus socios arrancaron con 100 acciones y cerca de 150 mil pesos, pero los mayoritarios siempre fueron las familias Cabal y López.

En el molino se procesaba el trigo para harina de pan y los derivados del producto. Luego se realizaba el proceso de empaque y entrega a los proveedores. Cerca de seis molineros eran los encargados de manejar la máquina.

Y como en toda organización se contaba con buen personal y por supuesto un gerente. La Empresa Harinera de Moscopán era una de las más apetecidas y consolidadas de su sector, todo iba bien hasta 1970 cuando entró en crisis por el impuesto que el gobierno puso sobre el trigo, que no era viable económicamente para su subsistencia.

Sin embargo se sostuvo durante unos meses con la esperanza que la política cambiara, pero al final sus accionistas no vieron otra solución que cerrar sus puertas, más porque la harina de contrabando los estaba afectando mucho.

De esta manera se finalizó el capítulo del Molino de Moscopán que en aquel tiempo fue uno de los más reconocidos de la ciudad y también del país.

EL HOY

En la actualidad Rodolfo López y Pedro López, bisnietos del fundador, son quienes están al tanto de lo que fue el Molino de Moscopán. Por el abandono de tantos años es muy difícil reactivarlo de nuevo y además el presupuesto es muy alto, con lo único que cuenta por ahora el edificio es con una familia que lo vigila para que no entren extraños.

CURIOSIDADES

* Desde Estados Unidos, Indianápolis, trajeron por barco la maquinaria del molino que llegó a Buenaventura y luego a Popayán.
* La estructura del molino era de hierro y madera.
* La producción para el proceso de harina por hora daba como resultado entre 6 y 8 bultos. En el día eran 60 y 70 kilos máximo.
* ‘Harina de Trigo Moscopán’ fue el nombre de la marca de la empresa.
* La empresa sólo vendía al por mayor.

INVESTIGACIÓN

El documental «Moscopán, esplendor, decadencia y olvido de un molino» nace por iniciativa propia de los comunicadores sociales Luis Hernando Flórez Tejado y Javier Betancourt, quienes tenían una deuda con el lugar, tras haber realizado algunas crónicas sobre éste.

“Desde muy chicos a los dos nos causó curiosidad el molino, nos preguntábamos qué podría funcionar en esa casa vieja, así que cuando empezamos el estudio de comunicación social dijimos: hagamos la investigación y arrancamos el proyecto”, recuerda Luis Hernando Flórez Tejado, director y productor de Urban Producciones, empresa realizadora del documental.

El trabajo cuenta la historia del molino, sus inicios, su desarrollo y final. Todo con base a la información de fuentes que sobreviven y conocen el sitio, además de los pocos documentos que se encontraron en las oficinas y en algunos libros de consulta.

“Fue una ardua labor porque la búsqueda de las fuentes fue un poco compleja y no contábamos con escritos sobre el tema, ya que en años atrás nadie ha escrito sobre el molino”, añade Javier Betancourt, investigador.

El último gerente del Molino de Moscopán fue Adolfo López Luna, quien le puso el hombro a la crisis económica, pero a falta de una solución y por su preocupación falleció de un paro cardíaco.

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