
Más de 17 candidatos para una sociedad vulnerable: Santander de Quilichao.

Santander de Quilichao ha experimentado en las últimas décadas un caótico desarrollo socioeconómico, que, evidentemente, ha sido impactado por el narcotráfico, el crimen generalizado y la minería ilegal, entre otros factores que aquejan a la ciudad, con su consecuente desestabilización, incertidumbre y vulnerabilidad social, a pesar de los sustanciales esfuerzos de la actual Administración Municipal en la búsqueda y aplicación de soluciones de impacto positivo.
La ciudad, que antes era un importante centro de servicios para los municipios cercanos, hoy no cuenta, por ejemplo, con infraestructura de salud acorde con su significativo crecimiento poblacional, tampoco ha podido resolver la disposición final de las basuras, no existe una adecuada cultura de reciclaje, tiene vigente la solución de una multimillonaria deuda por alumbrado público, además de que enfrenta desafíos cotidianos en materia de seguridad individual y colectiva.
Son muchas sus falencias. Lo que sí sobran son candidatos para ejecutar el presupuesto local con sus respectivas adiciones, que podría ser de medio billón (500.000 millones de pesos) durante el próximo cuatrienio. Me han dicho que hay 17 personajes en la palestra pública, que quieren administrar esos recursos entre el 2024 y 2027. Obviamente, todavía no hay propuestas serias para una sociedad vulnerable, sumida en inseguridades, aunque, si de sensatez y responsabilidad se trata, ya debiera haberlas porque con el futuro de una sociedad tan importante no se puede llegar a improvisar.
Santander de Quilichao por ser el centro económico, político, educativo y social del norte del departamento del Cauca, además de ser punto neurálgico sobre la vía Panamericana que une las ciudades de Cali, Popayán y Pasto, y las vías que comunican la zona montañosa de Toribío, Jambaló y Caldono con Suárez y Buenos Aires y la Costa del Pacífico, a través de la región del Naya, ha soportado una evolución urbana desaforada, sin que responda a una planificación territorial con criterios sociales y medioambientales.
Por la gran dinámica socioeconómica flotante que tiene Santander de Quilichao, y ante la falta de un modelo de desarrollo urbano sostenible, la principal preocupación de quienes conocemos la evolución de este pueblo, anteriormente distinguido por su “espíritu cívico ancestral”, es el deterioro social, al mismo ritmo del ambiental, la contaminación atmosférica y de sus aguas corrientes, inclusive, el desprecio de la autoridad, que conduce a la apropiación indebida de los espacios públicos, que deberían ser los escenarios principales de la vida urbana.
Infortunadamente, en Santander de Quilichao, no hay acciones que logren minimizar el impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas, ni para permitir a los ciudadanos mejorar las posibilidades de llevar una vida sana.
Santander de Quilichao se ha venido convirtiendo en una aglomeración humana que produce impactos ambientales, desigualdades sociales, hacinamiento y vulnerabilidad, porque no ha existido una planificación urbana estratégica para el desarrollo económico, ni para proteger el patrimonio y menos, para la correcta gestión de los residuos sólidos, por ejemplo.
Transformar esta ciudad para que sea capaz de producir riqueza, diversidad cultural, dinamismo e innovación resiliente, requiere de un equipo técnico que haga una completa evaluación de su realidad actual, que aporte posibles alternativas para seleccionar las más apropiadas y a partir de allí, poner en funcionamiento un plan estratégico eco-social que garantice el mejoramiento de la economía, la calidad de vida de los ciudadanos, el cuidado del medio ambiente y una verdadera capacidad de previsión y de respuesta hábil y eficaz ante futuros problemas, ante el peligro por catástrofes naturales o riesgos de origen biológico, entre otros.
La responsabilidad y el deber cívico de cada uno de los habitantes de Santander de Quilichao obliga a ir estudiando y diseñando con seriedad y compromiso nuestro inmediato futuro, porque, lógicamente nos tocará desechar 16 propuestas y escoger para la administración del próximo cuatrienio a la persona que tenga las competencias suficientes y demuestre capacidades y talento para re-direccionar el futuro de las 120 mil personas, aproximadamente, que habitamos este territorio.
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