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Viernes, 22 de septiembre de 2023. Última actualización: Hoy

Madriguera idiomática

El sábado 3 marzo, 2012 a las 7:40 pm

Por: Jairo Cala Otero
elbuencastellano@gmail.com

1. «Estoy sin para lo del bus»: En el lenguaje coloquial esta expresión ha hecho carrera. Sin embargo, no es precisa lingüísticamente, puesto que agrupa la preposición para, el artículo neutro lo y la contracción del en una irregular construcción gramatical. Las expresiones funcionales, para decir lo mismo, pueden ser: «Estoy sin dinero para el pasaje de bus»: «Estoy sin para el pasaje». Pero más exacto aún: «No tengo para el pasaje»; «Carezco de dinero para el transporte». Por supuesto, que hablamos del lenguaje culto, no de las formas chabacanas de expresión que suelen emplearse en la calle.
2. «En su quincuagésimo aniversario (…); en sus 15 años»: En la ceremonia de celebración de los 15 años de la Clínica Ardila Lulle (Bucaramanga) se leyó un decreto de la Alcaldía de Bucaramanga. Allí se decía, en una primera parte, que el Gobierno se unía al quincuagésimo aniversario de la entidad, y más adelante se hacía referencia a los 15 años de su existencia. El error radica en que quincuagésimo significa cincuenta (50), no 15. Decimoquinto sí significa quince.
3. «Promo, celu, porfis, porfa…»: Estos vocablos usados por los muchachos (y alguna gente adulta) son parte del lenguaje populachero. Los dos primeros tienen un denominador común: están amputados. «Promo» hace, supuestamente, alusión a promoción; y «celu» hace referencia a celular, según sus usuarios. Pero siempre será mejor hablar y escribir en palabras enteras, completas: promoción y celular. En cuanto a «porfis» y «porfa», son dos maneras de tergiversar dos palabras, para formar un incordio inaceptable lingüísticamente. Lo que los hablantes quieren decir con esas palabrejas es «Por favor», en un erróneo intento por usar buenos modales. ¡Pero no les cuadran!
4. «Desafortunadamente, polvo, fidelizar»: Como el idioma es cambiante, periódicamente se incorporan nuevos vocablos al lenguaje. De tal suerte, la Real Academia Española -RAE- dio visto bueno a las palabras aquí citadas. Así que ¡se pueden usar sin temor de incurrir en incorrección! Desafortunadamente -que está formada perfectamente por prefijo y adverbio- entró a ser sinónimo de infortunado; y con ambas se pueden usar las formas adverbiales desafortunadamente e infortunadamente. Polvo fue acogido como significante de cópula sexual. Aunque se escandalicen quienes posan de santurrones. (Pero ellos, en privado, también los echan). Y fidelizar recibió bautizo como acción que se emprende para mantener fiel a una persona o cliente.
5. «El 25 de este mes estoy en Bucaramanga, y nos podemos contactar para tal fin»: En esta oración -dicha por alguien que anunciaba un viaje a la capital santandereana- la falla radica en que los tiempos del verbo no concuerdan; por eso hay error de concordancia. Estoy es tiempo presente de la primera persona del verbo estar. Quien usó la expresión lo hizo 8 días antes de la citada fecha (25). Luego lo correcto hubiese sido: «El 25 de este mes estaré (futuro) en Bucaramanga». La segunda parte también acusa una falla en el mismo sentido. En lugar de podemos -que se usa para el presente- pudo haber dicho: «…y nos podremos contactar para tal fin». Así, en futuro simple.
6. «El hombre fue atacado por un perro marca pitbull»: Un coronel de la Policía Nacional usó esta oración, en una declaración al Canal Caracol. Se refería a un perro de la raza pitbull, que había atacado a un niño en Bogotá. Lo más probable es que el oficial hubiese tenido un lapsus linguae. Porque nos negamos a creer que hubiera sido «una perrada» adrede. Es claro que perros «marca» pitbull ¡no hay!
7«Cómo lamento que ella haya recaído de nuevo»: Aquí hay una redundancia. Pero mucha gente no la nota, pues no se fija que los vocablos que llevan prefijo re indican repetición o devolución a un punto anterior. «Recaer de nuevo», entonces, significa que se cae tres veces: dos que se reiteran (recaído) y una más con la palabra nuevo. Lo indicado y correcto es escribir y decir: «Cómo lamento que ella haya recaído»; o «Cómo lamento que ella haya caído de nuevo».
8. «Yo terminaba sentado en la mesa con los clientes, y mis jefes me hacían todo tipo de gestos para que me parara de inmediato»: Uno de los jurados del concurso ‘Yo me llamo’, de la televisión, soltó esta revelación en una entrevista concedida a una revista colombiana. No sé, sin embargo, si el error es de él o del periodista que lo entrevistó. Lo que sí sé es que, además de un acto de pésima educación, sentarse en la mesa no es una expresión correcta. Todo el mundo se sienta a la mesa, en una silla. Hay también personas que suelen ¡sentarse en la computadora! Que yo sepa, lo más cómodo es sentarse ante la computadora.
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No se dice: Bomba

Se dice: Gasolinera

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Escriben los lectores
Jairo:
¿Te das cuenta por qué dije que contigo aprenderé muchísimas cosas? Esa explicación que me diste nunca se me había pasado por mi mente. ¿Podrías decirme cuál es la fuente de la cual te sirves para tus consultas? Debo felicitarte porque no es fácil «sabérselas todas», y de nada sirve llevar los libros debajo del brazo, pues no es por ósmosis como se adquieren los conocimientos.
Gracias, mi hermano.
Luis Eduardo Rincón Gómez
Exdocente – Villavicencio
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Hola, Jairo:
No lo conozco personalmente, pero me agrada que tenga mi correo para transmitir sus escritos; aunque no entiendo muy bien sobre la religión católica porque no profeso ese credo sí entiendo los significados que me dirige que, al parecer, son vocablos históricos y veo que es muy importante; si se trata de rendir culto de alguna manera a la elección del líder del Vaticano le digo que estoy pidiendo al Señor para que le dé sabiduría, y al igual que Juan Pablo II, sea un instrumento de diálogo entre los creyentes de todas la denominaciones religiosas; y que se cumpla lo que tanto anheló el Señor Jesús, como es que vivamos todos en armonía para tener paz y vida santa.
Atentamente,
Josué
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Gracias, su labor me parece admirable.
Espero que me siga enviando información del español.
Cordialmente,
Jorge Andrés Serrano Cadena
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Hola, Jairo, buen día.
Tu escrito me dejó, sencillamente, anonadada. Es tan profundo, tan lírico y poético que me llegó al alma. Gracias por recordarnos nuestro deber de «Sancho», y felicitaciones por tu labor.
Soy una persona apenas en formación, y estoy muy agradecida con toda la información que me envías para el buen uso de nuestro estropeado idioma.
Saludos,
Olga Rincón
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Hola, Jairo.
Celebro que tengas tanta creatividad e iniciativa en procura de ayudar a engrandecer esta sociedad, tan deslegitimada por la distorsión del castellano.
Yolián Fernando
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Don Jairo, muchas gracias por su gentil correo. Seremos mejores si aportamos, como usted especialmente lo hace. Satisfacción personal, así no se lo reconozcan otras personas beneficiadas con sus orientaciones y correcciones.
¡Dios lo siga iluminando!
Héctor Hernández Mateus
Dirigente deportivo de Bucaramanga
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Sí, señor, tiene razón; muchas personas quieren magia, todo regalado, quieren vivir de la caridad, no dan un poco de sus dones, ni su servicio, ni esfuerzo, en fin.
N.N.
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Jairo, gracias por permitirme aprender tanto a través de usted. Ruego a Dios para que lo siga bendiciendo y le dé la sabiduría y la inteligencia; pero, sobre todo, ese don de servir a los demás, porque, como Ud. mismo dice, por su intermedio y por este medio somos muchos los que hemos mejorado nuestra forma de escribir y hablar.
Deseo para usted y toda su familia felicidad y muchas bendiciones.
Un abrazo cordial.
Roselia Suárez Ruiz
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Saludos cordiales:
Cada uno de los correos escritos por usted, aunque no los he respondido, los he leído atentamente.
Agradezco sus comentarios, y, sobre todo, los aportes que ha hecho a mi conocimiento durante estos meses.
Le pido, por último, no «echar en saco roto» mi propuesta para emitir uno o dos espacios semanales con sus columnas o aportes al idioma, y aprovechar para socializar en la ciudad de Popayán y el departamento del Cauca las asesorías que usted realiza.
Fraternalmente,
Javier Mauricio Jules Acosta
Director de Noticias Popayán
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Cordial saludo, Jairo.
Como siempre, leo tus interesantes y sabios mensajes, con los que nos enseñas cosas nuevas, y nos das elementos de valor para defender el buen castellano.
Aunque no acostumbro a escribirte, siempre leo tus mensajes; es más, procuro no borrarlos, sino guardarlos en mi carpeta «MENSAJES», donde guardo los correos que me llegan al alma; es por eso que hoy quiero felicitarte, y me uno a tu carta dirigida a nuestro Amado Jesús, creo que no podías resumir mejor ese sentir que tenemos los seres racionales y espirituales, tras conocer el verdadero sentido de la Navidad y de la venida de Cristo a la Tierra.
Es una lástima que todos no tengan esa misma percepción, pero me alegra que tengas ese sentido de pertenencia por tus principios y sin temor los divulgues al mundo entero. Finalmente, a eso fuimos llamados por el Maestro: a predicar Su mensaje a toda criatura.
Dios te bendiga grandemente, y continúa enseñando a través de «Mundo de Palabras» la mejor palabra, la palabra de Dios.
Con aprecio sincero,
Ma. Alejandra Sandoval R.
WPC – Yopal
Comunicadora social – Periodista

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Madriguera idiomática

El viernes 24 febrero, 2012 a las 6:34 pm

Por Jairo Cala Otero / Periodista cultor del español

1. «Su memoria los lleva hacia la finca El Palmar, donde se calcula que están enterradas varios centenares de víctimas del paramilitarismo…». Son frecuentes -diarias para ser justos- las faltas de concordancia de género y número en las oraciones gramaticales. Esta es otra. Aquí no concuerda el adjetivo enterradas, de género femenino, con los vocablos ‘varios centenares’, de género masculino. Esos «cruces» solo funcionan entre las personas: hombre con mujer, y viceversa; pero no en gramática. Debieron escribir: «…que están enterrados varios centenares de víctimas del paramilitarismo»; o también, «…que están enterradas centenares de víctimas del paramilitarismo». Ojalá no sigan enterrando el español también.
2. «Asista al concierto gratuito de J Balvin donando elementos para los afectados y damnificados del invierno». Buena campaña, pero deslucido el uso del idioma para sustentarla. Cuando se abrevian nombres, se pone punto detrás de la letra inicial que se usa (J.). Y el gerundio, que le da lidia a muchos, está mal aplicado aquí. «Donando» no es -como se cree- gerundio de posterioridad; las acciones no suceden simultáneamente: asistir al concierto y hacer donaciones. Pero, además, sobra que se hable de «afectados y damnificados del invierno». Primero, porque afectados y damnificados, significa lo mismo; y segundo, la contracción ‘del’ no va bien ahí. Corrección: «Asista al concierto gratuito de J. Balvin, mediante la donación de elementos para los afectados por el invierno». Así no queda afectado el idioma.
3. «Vía a Barrancabermeja y el Playón tienen tránsito sin restricciones». Los topónimos, como se llaman los sitios geográficos, deben escribirse en mayúscula inicial, en su totalidad. En este titular de prensa escribieron ‘el’ de Playón en minúscula. Pero como forma parte del nombre de ese municipio de Santander, sobre la vía a la Costa Atlántica, ese artículo debe escribirse en mayúscula inicial: El. Y, además, el redactor resolvió convertir dos carreteras en una sola; quizás para ahorrar terreno en el trayecto, aunque resultó una «obra» inverosímil. La vía a Barrancabermeja, es una; la vía a El Playón, otra. Por tanto: «Vías a Barrancabermeja y El Playón tienen tránsito sin restricciones». De esa forma, se puede transitar también ¡sin peligro de atropellar el idioma!
4. «La séptima persona en ocupar de Fiscal General de la Nación es una mujer cabeza de familia, quién cree en Dios y espera aplicar la Constitución del 91». Dos fallas ofrece esta oración. La primera, la omisión de las palabras «el cargo» antes de Fiscal; y la segunda, la ubicación del interrogativo ‘quién’ en donde no se lo necesitaba. Ahora, el femenino de fiscal es fiscala. Todavía se le tiene «miedo» a tal vocablo en muchas salas de redacción de medios periodísticos de América Latina. Corrijamos: «La séptima persona en ocupar el cargo de fiscala General de la Nación es cabeza de familia, cree en Dios y espera aplicar la Constitución del 91». ¿Notó que aquí se incluyeron las comas que faltaron en el enunciado erróneo?
5. «Corte Suprema acepta nueva terna a Fiscal». Escrito así lo que se dice es que el Fiscal presentó a consideración de la Corte Suprema una nueva terna, y ella decidió aceptársela. ¡Absurdo e improcedente! Quien presenta la terna (no los «ternados», como neciamente dicen muchos) es el presidente de la República. Aquí el enredo es porque usaron la preposición ‘a’ en lugar de otra preposición: ‘para’ (que jamás significará abreviatura de la palabra paramilitar, como tantos tercos creen). Corrección: «Corte Suprema acepta nueva terna para fiscal». Esta palabra –fiscal- debe escribirse en minúscula inicial, como lo indica la norma para los nombres de cargos.
6. «Entonces propongo que en vez de 3 audiencias hayan dos para que las versiones de los imputados no se repitan tanto». Podría ser buena la solución, pero muy mal que se escriba sin puntuación, con mal uso del verbo auxiliar ‘haber’ y con escritura de cifras en letras, en una parte, y en número, en otra. Veamos: «Entonces, propongo que en vez de tres audiencias haya dos, para que las versiones de los imputados no se repitan tanto». Nótese que después de dos va una coma. De esta forma, no termina ni imputado ni «emputecido» el idioma.
7. «Hay cosas que jamás no deberían hacerse en Internet». Totalmente de acuerdo con la presentadora de la televisión colombiana que esta expresión espetó. El adverbio ‘jamás’ significa nunca; o lo que es igual, funciona negativamente. Luego «jamás no deberían» es una redundancia de gran tamaño, por tanto, error lingüístico. Estas barbaridades no deberían ocurrir tampoco en televisión ni en ningún otro medio de comunicación, ni en ninguna parte. El consejo que intentó darnos la dama era: «Hay cosas que jamás deberían hacerse en Internet»; o también: «Hay cosas que no deberían hacerse en Internet». Pero no ambas negaciones juntas.
8. «Tengo valiosa información al respecto del caso». La locución adverbial «al respecto» se usó incorrectamente en esta oración. Ella significa ‘A proporción, a correspondencia, respectivamente’. Y se usa cuando se habla de un asunto en relación con otro. Aquí era una información con respecto al caso. Sin la contracción ‘al’: «Tengo valiosa información respecto del caso»; o «Tengo valiosa información del/sobre el caso».
9. «Ya mismo me voy a buscarlo, ya vengo». Un libretista de un programa televisivo puso a un actor a decir una sentencia mágica. Al mismo tiempo que se desplaza a un lugar, ¡regresa al sitio donde estaba! En conclusión: no se fue nunca. «Ya mismo» significa en el momento; «ya vengo» es expresión coloquial con la que muchos quieren significar que regresan después de un tiempo de estar en un lugar. Pero al emplearse el adverbio ‘ya’ sin conjugarse el tiempo del verbo venir, se convierte en una figura inverosímil, imposible de ejecutar. Si se hubiese dicho: «Ya mismo me voy a buscarlo, ya vendré», con venir en futuro, la expresión habría quedado libre de pesadez.
10. «El doctor Horacio Serpa Uribe, exGobernador de Santander manifestó públicamente su alegría por la inauguración del Puente El Tablazo…». Aunque ya no es gobernador, el santandereano Horacio Serpa Uribe tiene una asesoría de prensa, para hacer conocer sus opiniones sobre acontecimientos nacionales. Lo malo es que quien hace ese papel presenta sus opiniones -las de Serpa Uribe- con errores. Hemos dicho hasta la saciedad que los cargos se escriben en minúscula inicial. Pero aquí, el de gobernador fue escrito con ge (g) mayúscula, con lo que se armó una antiestética grafía de la expresión ‘exgobernador’. Hemos visto en la prensa y en algunos boletines otras presentaciones como: MinHacienda, SaludCoop, MinInterior, etcétera. Eso es tanto como tratar de combinar ¡una camisa roja con un pantalón verde! Y para remachar, le otorgaron calidad de sustantivo propio a la palabra puente, que apenas es sustantivo común. Como este no hace parte del nombre de la obra no lleva mayúscula inicial: puente «El Tablazo». Entonces, ¡tablazo para quien asesora periodísticamente al exgobernador!
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Preguntan los lectores
DIFERENCIA ENTRE HAS Y HAZ
La comunicadora social Elsy Sarmiento Rincón, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, de Tunja, escribe:
Siempre es una delicia leer sus escritos, de ellos se aprende mucho. Mil gracias, profesor Cala.
Tengo una inquietud sobre la palabra has. ¿Cuándo se escribe con s y cuándo se escribe con z?
Me gustaría conocer su opinión.
Gracias.
Respuesta
¡Hola, Elsy!
Absuelvo su pregunta idiomática, con una advertencia: no es mi opinión (como usted indica) la que aquí vale. Es la norma gramatical la que impera.
Los dos vocablos (has y haz) únicamente funcionan para el lenguaje de tuteo.
HAZ: Es una inflexión del verbo hacer. Es conjugación de la segunda persona del verbo (tú), del tiempo presente, modo indicativo. Ejemplos: Elsy, haz lo que te aconsejo y aprenderás a usar este verbo; Anacleta, ¿por qué no haz recogido este desorden?; «Haz el bien sin mirar a quién».
HAS: Es inflexión del verbo haber. Funciona únicamente con la segunda persona del indicativo, en tiempo presente: Ejemplos: Elsy, ¿has estado atenta a todo cuanto te he dicho? (es decir, haber estado); ¿En qué lugar has estado, que vienes con la ropa sucia? ¿Por qué no has venido, amor?
Note que se usa con otros verbos, como los de los ejemplos: estar y venir. Eso sucede porque haber es un verbo auxiliar, es decir, ayuda a otros verbos a formar una expresión.
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GIRO «AL INTERIOR DE…»
Don Carlos Julio Rodríguez Obeso, consulta:
Deseo que usted me diga si está bien utilizada la expresión «al interior de…», muy común en la redacción de periodistas, estudiantes y, en fin, en el diario hablar de muchas personas. Yo la utilizo con discreción, solo para referirme a la acción de ir hacia el interior de un sitio. Muchos dicen, por ejemplo: «Estoy al interior del Capitolio»; debiera decirse, estoy en el interior del Capitolio.
¿Podría usted, profesor Cala, aclarar mis dudas sobre el particular?
Cordial saludo.
Respuesta
Es impropio el giro «al interior de…», que muchos periodistas usan regularmente en sus noticias. Como sustantivo, el vocablo interior significa que hace parte de adentro.
Por eso no es aconsejable emplear ese malsonante giro (al interior de) cuando la idea de movimiento o dirección está ausente. En cambio, ese giro es adecuado si expresa la idea de dirección: «Los jóvenes fueron obligados a dirigirse al interior de la oficina»; «Él miraba al interior de su aposento».
En el ejemplo que usted cita tampoco es recomendable. Es mejor: «Estoy en el Capitolio», porque la preposición en significa en qué lugar, tiempo o modo sucede la acción del verbo. (En este caso, estar).
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¿DE PIE, O EN PIE?
Doña Maritza Acevedo Puerto, escribe:
Muy agradecida por los correos tan interesantes que me envías.
Tengo incertidumbre con lo siguiente: ¿Cómo se dice: de pie, o en pie?
Respuesta
¡Hola, Maritza!
Gracias por leerme.
Si se trata de una sentencia imperativa (dar la orden para que alguien se pare), la expresión correcta será siempre «de pies» (en plural). «Pónganse de pies», para ser más concretos. No, «Colóquense de pies», como dicen repetidamente algunos curitas durante la misa.
La segunda cita que usted hace -«en pie»- solo es usada para describir que un grupo de personas ha resuelto rebelarse contra alguien (un régimen, una empresa…); solo entonces se dirá, en esos casos, por ejemplo: «Están en pie de lucha».

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Pensamiento
«Para proferir críticas y correcciones a los demás, es preciso no tener ninguno de los rasgos que se critican y corrigen». (Jairo Cala Otero)
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Madriguera idiomática

El viernes 13 enero, 2012 a las 9:09 am
Por Jairo Cala Otero
1. «Con un sencillo pero sobrio homenaje religioso, se conmemoraron ayer los 50 años de vida sacerdotal de Monseñor…»: Se quiso hacer tan expresiva la oración y su significado que se cayó en una redundancia. Una inutilidad. El vocablo ‘sencillo’ es equivalente a ‘sobriedad’. El motivo requería sobriedad, pues se trataba de la celebración de las bodas de oro de un jerarca de la Iglesia Católica. La sencillez es recomendable en el lenguaje, para no enredarnos.
2. «Es un caso subgénesis»: La conocida locución latina es «sui géneris», que significa del mismo género, de su misma naturaleza o especie. Pero un redactor de noticias escribió este nuevo giro «españolizado». «Subgénesis» debe de ser algo que está por debajo del génesis (primer libro de la Biblia); o por debajo de la génesis (principio de algo).
3. «Las FARC fueron señaladas como los autores del atentado»: Aunque se dice y se repite, muchos todavía no entienden qué es concordancia de género y número. En este caso, se incurrió en discordancia de género. Esto es, no concuerda el género femenino del sustantivo FARC (predeterminado en esta oración por el artículo las), con el género masculino autores (precedido por el artículo los). Para que hubiese concordancia debió escribirse: «Las FARC fueron señaladas como las autoras del atentado». ¡Femenino con femenino, y plural con plural!
4. «Aquí se presenta un codazo»: Un conocido comentarista de fútbol usó esta expresión en uno de los canales colombianos de televisión. No hay error lingüístico grave. Solo que ‘presenta’ no debió ser el verbo empleado. Pudo haber dicho: ocurre, asesta, infiere un codazo. Además, hay una descripción innecesaria, puesto que los televidentes estaban viendo la osada actitud del jugador agresor, sobre otro del equipo contrario. El comentarista debió limitarse a su papel: a comentar. Quienes ven fútbol por televisión están al tanto de cada jugada.
5. «Mañana nos volvemos a ver desde Cartagena»: Las modelos-presentadoras no cesan de insistirnos en que nos dejemos ver de ellas a través de las pantallas chicas. Como lo hizo una de las conocidas presentadoras de un canal televisivo colombiano, cuando se reportaba desde «El corralito de piedra», en el reinado de belleza. Me sigo preguntando cómo harán ellas para «vernos» a través de las pantallas de cada televisor. Una tarea para Mandrake, o para Harry Potter. Lo que deberían hacer es invitarnos -a los televidentes- a que veamos los programas que ellas presentan. Eso sí es posible. Aunque, en verdad, solo vemos sus imágenes.
6. «Si no hay valores y no hay amor es muy difícil encausar a los hijos por el buen camino»: He aquí una de las causas por las que no se logra que los jóvenes marchen por buena senda. Si se escribe condenándolos a juicios judiciales, se los está enviando camino de los juzgados o de la Fiscalía; y, por allí derecho, a la cárcel. Porque encausar -con s- es enjuiciar a alguien por algún delito, y encauzar -con z- es orientar por recto camino algo o a alguien. Mejor es, entonces, encauzar a los hijos por buen camino. De paso, pudiera ser que también ellos aprendieran a escribir bien.
7. «Había sido ex secretario de la gobernación»: En una nota periodística sobre el fallecimiento de un exfuncionario, se cayó en este giro alocado. Primero, el prefijo ex debe escribirse unido a palabra base (secretario, en este caso): exsecretario. Y, segundo, como ese prefijo significa ‘que fue y ha dejado de ser’, sobra que se diga que «había sido». Luego hay redundancia en esta oración. Y Gobernación debió llevar ge (g) mayúscula. Pudo escribirse: «Había sido secretario de la Gobernación»; o «Era exsecretario de la Gobernación».
8. «El paciente masculino, está en observación; la paciente femenina, en cirugía»: Lo escuché y no lo podía creer. Pero tuve que hacerlo. Era un médico costeño que daba un parte sobre el estado de salud de dos pacientes, víctimas de un hecho sangriento. Al galeno le faltaron, sin duda, clases de gramática. Ojalá que las de Medicina las haya asimilado bien, para fortuna de sus pacientes. Con el mero uso del artículo determinado masculino el, se indica que se habla de varón u hombre. Y con el mero uso del artículo determinado femenino la, se habla de hembra o mujer. Se colige que el médico quiso hacer aclaración de sexos, pues el término ‘paciente’ es ambivalente: sirve para masculino y para femenino (la paciente, el paciente). Pero pudo haber dicho: «Los pacientes están: el hombre en observación, y la mujer en cirugía»; o «El hombre está en observación, y la mujer, en cirugía».
9. «…porque yo ya no necesito robar»: Dicen que el subconsciente suele traicionar, a veces. Como le ocurrió a un candidato a una Gobernación de Colombia, con esta expresión, que lo dejó en la cochina desvergüenza. En su intento por decir que tenía su situación económica definida, metió «las de caminar». Así que terminó diciendo que ya no necesita robar. Luego es fácil deducir que sus pertenencias no tienen procedencia limpia; o adivinar cuáles eran sus intenciones detrás de su aspiración electoral. ¡Vaya, vaya! Y no hubo Fiscalía alguna que lo hiciera «cantar». Él solito «entonó» las notas de su conciencia.
10. «Lady a perdido 14 kilos»: En una propaganda, en un medio de comunicación impreso en Colombia, se hacía referencia a una mujer que, tras tomar un preparado natural, había logrado reducir el peso de su cuerpo. Pero el aviso fue desafortunado: la inflexión del verbo haber la escribieron sin hache: ha. Así que Lady perdió 14 kilos, y el autor del aviso ¡perdió ortografía!
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Permita que ellos observen corrección, precisión y elegancia.
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Reflexión
«La lectura alimenta el espíritu y le da reposo cuando está fatigado por el esfuerzo». (Lucio Anneo Séneca).
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Madriguera idiomática

El jueves 15 diciembre, 2011 a las 2:22 pm

Por Jairo Cala Otero

Director revista Español Correcto
1. «Los medios y la prensa conocieron hoy a las candidatas»: En el reinado de belleza de Cartagena bullen los deslices idiomáticos. Algunas personas que transmiten ese concurso por radio y televisión quieren «adornar» tanto sus expresiones, que terminan enlodándolas. Como esta. El vocablo prensa se refiere al conjunto de las publicaciones periódicas, especialmente las diarias. Ese conjunto está conformado, obviamente, por medios periodísticos. Luego en la oración aquí citada hubo una redundancia, que es error. (Muchos dicen: «Valga la redundancia». Ninguna redundancia es válida). Aquella persona metepatas pudo decir: «La prensa conoció hoy a las candidatas»; o también: «Los medios de comunicación (o periodísticos) conocieron hoy a las candidatas».
2. «Al parecer la droga iba hacer comercializada en los diferentes expendios clandestinos de la ciudad»: Aquí se confundió el verbo ser con el verbo hacer. No son lo mismo, obviamente. «La droga iba a ser comercializada…» era lo correcto. Una segunda observación vale para advertir que no hay expendios legalizados (no todavía) de sustancias psicoactivas. Luego todos los expendios de ellas son clandestinos. ¿Redundancia combinada con alucinación, acaso?
3. «…ayuden a este tesorito para que siga viviendo. Dios les bendiga miren su foto es tan tierna»: Cita de uno de los muchos correos que circulan por Internet, en aparente campaña benéfica para personas desvalidas. La segunda parte no respeta -como es la generalidad de esos textos- los signos de puntuación. Se «comieron» un punto después de bendiga, y una coma después de foto. Pocas ganas de ayudar da esa destrucción del idioma.
4. «Los hechos se presentaron en la cancha de microfútbol del barrio Brisas de Primavera, en el casco urbano de Piedecuesta. También resultó herido un menor de 17 años»: De una noticia policiva en un periódico colombiano. Tiene dos incorrecciones: lo que acontece in situ (en un lugar determinado) nunca se presenta. Apenas sucede, acontece, se registra, se produce, ocurre… Se presentan los fenómenos naturales: la lluvia, la nieve, las tormentas, etcétera. Y se usa presentar en el sentido de ofrecer algo, o de hacer conocer a alguien. Pero en los medios de comunicación ese uso incorrecto es socorrido por las mañanas, al mediodía, por las tardes y por las noches. ¡Qué presentación equívoca! La segunda incorrección es con respecto al herido. Faltó una coma después de la palabra menor. Como está habría, entonces, que preguntar cuántos años, al fin, tiene el herido si es menor de 17 años, es decir, si tiene menos de 17: ¿16, 14, 12, 10?
5. «Hernando Pinzón Ruiz, un hombre de 29 años, quien se encontraba recluido en…»: También esta nota acusa una redundancia. Si a quien se referían tiene nombre masculino, ya tenemos claro que se trata de un hombre. No es necesario, esto es, sobra, anotar seguidamente «un hombre de 29 años». Lógicamente, si se llamase María no es un hombre; o si se llamase Pedro, no es una mujer. Bastaba escribir: «Hernando Pinzón Ruiz, de 29 años…».
6. «La víctima iba acompañado por su hermana, de 15 años, quien también fue arrastrada por el agua…»: Hay discordancia de género en esta nota policial. Víctima es palabra de género femenino, y acompañado es participio de género masculino. No hay concordancia. Aunque la persona afectada fuese un hombre, si se habló de víctima es con esta palabra con la que debe hacerse la concordancia; no con el sexo de la víctima. Arreglemos: «La víctima iba acompañada por su hermana, de 15 años…». Es urgente salvar también al español, pues está sometido a borrascas gramaticales.
7. «La Policía Departamental de Santander capturó ayer en Sabana de Torres a alias ‘Johny’, quien…»: Aquí hay un error de precisión. Hace muchos años que fueron eliminadas las policías municipales. Y nunca han sido creadas las departamentales. Existe un solo cuerpo legítimamente armado, dependiente del Gobierno colombiano. Se llama Policía Nacional. Como su nombre lo señala claramente tiene cobertura en todo el territorio de este país. No hay divisiones, ni seccionales. Por tanto, es incorrecto hablar de «La Policía Departamental de Santander», como se hizo en esta nota en comento. Lo correcto es usar la preposición en para estos casos: «La Policía capturó ayer en Sabana de Torres, Santander, a…».
8. «Procuraduría solicitó condena a ocho ex miembros del M-19»: Cabe hacer una pregunta que nace por lógica, respecto de la afirmación aquí hecha. ¿Y ellos la dictarían? Es decir, como la Procuraduría les pidió una sentencia a ocho exmiembros (una sola palabra) del M-19, bueno sería saber si ellos acataron la orden: dictar sentencia. Porque eso se dijo. En cambio, «Procuraduría solicitó condena contra ocho exmiembros del M-19», nos informa que la sentencia es contra ellos, los exguerrilleros.
9. «El capturado fue sorprendido por dos policías cuando, presuntamente, sustraían mercancías de una joyería. Tenían 10 cadenas, 5 relojes para damas, 15 gargantillas…»: Vuelve a ponerse de cuerpo entero la falta de concordancia. En este caso, de número. De paso, el error crea confusión y pareciera que los sorprendidos en ejecución del hurto hubiesen sido los policías. Porque después de hablar de un individuo (singular) el redactor se pasó a un plural: «…por dos policías cuando, presuntamente, sustraían mercancías de una joyería». ¿Los policías robaban las joyas? Y, para completar el cuadro, sigue el plural: «Tenían 10 cadenas, 5 relojes para damas, 15 gargantillas…». ¿Quiénes, los policías? Cómo ocurrió eso, si el encabezado de la nota habla de «el capturado». Uno, singular. Enmienda del error: «El capturado fue sorprendido por dos policías cuando, presuntamente, sustraía mercancías de una joyería. Tenía 10 cadenas, 5 relojes…». Claro, quien poseía la mercancía era el capturado.
10. «Dos muertos en falaz riña»: Hay redactores judiciales muy jocosos. Como el «padre y dueño» de este titular de prensa. Si la riña fue falaz ¿cómo carajo resultaron muertas dos personas? Este es otro caso para Mandrake o para Harry Potter. Este nudo se puede desenredar si advertimos que el problema radica en la falta de semántica. Concretamente en este caso, del uso del adjetivo falaz que, como puede deducirse, no lo entendía el redactor del adefesio. Falaz es un embuste, una mentira, algo con falsa apariencia. Por eso, resulta extraño que ¡de una riña inexistente hubiesen resultado dos muertos!

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Madriguera idiomática

El sábado 8 octubre, 2011 a las 11:50 am
Por Jairo Cala Otero
1.«Contigo, los momentos aburridos pasan desapersividos»: Fragmento tomado de la carta de un joven estudiante, para una jovencita por él cortejada. No sobra advertir que en la mayoría de los colegios contemporáneos, poca importancia se le presta a la ortografía. Seguramente, el joven imberbe no se aburre compartiendo su vida con su cortejada, pero la manera como escribió el vocablo desapercibidos indica que, al parecer, a ese jovenzuelo todo le pasa así, desapercibido. ¡Hasta la ortografía! Lo cual resulta muy aburridor para quien lea una carta con horrores ortográficos.
2. «CD., VIP»: Los locutores colombianos se han empeñado en pronunciar en inglés las letras iniciales que, para abreviar algunas expresiones, suelen emplearse comercialmente. Los dos casos citados son típicos en las emisoras de radio. Dicen: Cidi y vi-ai-pi, que significan, respectivamente: Disco compacto y Persona muy importante (por su traducción del inglés). Se trata de extranjerismos que, por fuerza de su uso, mucha gente termina creyéndolos castizos. Como somos hispanohablantes, esas formas no deben tener intromisión en nuestro lenguaje cotidiano. Lo correcto es decir: Disco compacto o Ce-dé (con acento prosódico en la segunda sílaba); y Personas con preferencia, personas importantes.
3. «Pedro ofreció disculpas; Juan pidió excusas»: Es común la equivocación de muchas personas al usar estas dos expresiones. En los ejemplos, lo que se indica es que Pedro, que debió pedir disculpas por algún error, termina presentándolas o dándolas. Y Juan, que debió ofrecer excusas por alguna falta cometida, termina pidiendo que el ofendido le ofrezca excusas a él, que es el ofensor. Más claro: cuando alguien incurre en alguna equivocación debe pedir disculpas (equivalente a pedir perdón) a la persona molesta u ofendida. Y cuando alguien, por la misma razón desea reconocer la falta, debe ofrecer o presentar excusas. «Pedro pidió disculpas»; «Juan ofreció excusas», son las formas precisas.
4. «Recibió un tiro cerca del ojo»: Es común que, particularmente en las noticias judiciales, se utilicen expresiones como esta. Se habla de un ojo, pero sin precisar cuál. Como el lector podría estar desviándose por los vericuetos del morbo, es preciso advertir que no nos referimos al ojete, sino a los dos órganos de la visión ubicados en la cara. La oración debería decir, por ejemplo: «Sufrió un tiro cerca del ojo derecho (o izquierdo)»; o «Un proyectil penetró cerca de su ojo izquierdo». Valga agregar otro ejemplo de este tipo de imprecisiones: «Sufrió fracturas en su pierna». Dicho así, se indica que la persona lesionada tiene apenas una extremidad inferior. Ello no es imposible, pero en ese caso habrá que aclararlo. Pero si se sabe que se trata de una persona con las dos piernas, es mejor decir cuál de ellas resultó fracturada: «Sufrió fracturas en su pierna derecha». La oración es más precisa, y ubica directamente al lector u oyente en el panorama que se describe.
5. «Amanecer con Dios dominical»: Este es el nombre de un programa de carácter espiritual, que todos los domingos se transmite por una emisora colombiana. Sugestivo y de buena intención. Lo incluimos aquí, con el debido respeto, naturalmente, porque acusa una falla de sintaxis. Al no existir coordinación de palabras, es decir, al haber desorden, la oración sugiere que Dios tiene el carácter de «dominical»; o de que Dios tiene un apellido y ese apellido es «dominical». Como la compañía de Dios se obtiene todos los días de la semana, la expresión será mejor si dice: «Amanecer dominical con Dios». Así la oración nos indica que el amanecer al que se hace alusión es el del domingo (día en que se realiza el programa); y que ese amanecer es con Dios. Quiera Él que la sugerencia no «despierte» incomodidad en quienes amanecen «volteados» gramaticalmente.
6. «…tiene manejo magistral de el balón»: Contrario a lo que muchos creen, no solo las mujeres embarazadas tienen contracciones, cuando están a punto de parir (así como leen, que es el término castizo). En gramática castellana también hay contracciones. Una de ellas es la que se produce por la unión de la preposición de con el artículo determinado masculino el. De ello resulta la contracción del, que es la que deben emplear los comentaristas deportivos, por ejemplo, cuando se refieran a los futbolistas que tienen «manejo magistral del balón». De tal forma, serán abundantes los goles al arco del equipo contrario, y menos los que se le hagan al espíritu puro del castellano.
7. «Hagámolo de una»: Dos errores ofrece esta breve sentencia. Primero, el verbo hacer está mal empleado. Ha de usarse en número plural y con el dativo de tercera persona lo: hagámoslo. Sin eliminar la ese (S). Segundo, queda amputada la oración, pues el complemento de una no indica claramente cómo se ejecutará aquello que se va a hacer. Resulta mejor: «Hagámoslo de una vez», pues dice que la acción se va a ejecutar al instante; con presteza o diligencia. La observación corresponde a las formas degenerativas del lenguaje, muy en boga hoy entre muchos colombianos.
8. «Fue presentada la noche inmediatamente anterior»: Con esta construcción gramatical quiso decirse que una presentación equis había ocurrido anoche, respecto del día en que el hablante se expresaba. Pero cayó en error. El giro «inmediatamente anterior» cabe solamente para hacer referencia a un suceso registrado en fecha anterior a otra a la que se alude. Ejemplo: «Fulano fue nombrado el viernes, como embajador en España. La noche inmediatamente anterior había recibido una llamada para alertarlo sobre el buen suceso». Aquí se dice que el nombrado embajador recibió la llamada el jueves. Es decir, la víspera, o fecha anterior al viernes. La oración que nos ocupa debió decir: «Fue presentada anoche». Punto.
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Las relaciones humanas en ambientes hostiles

Conferencia-taller con reflexiones puntuales sobre las escenas hostiles que a diario suceden en distintos ámbitos de la vida humana. Recomendaciones para lograr mejores conductas como seres inteligentes. Formas sencillas de propiciar entendimiento y acercamiento con los semejantes.


Exploración general sobre la influencia de las palabras en las relaciones humanas, y las desavenencias que suelen suscitarse por erróneas actitudes y conductas en la comunicación con los semejantes.

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Madriguera idiomática

El miércoles 14 septiembre, 2011 a las 11:24 am

Por Jairo Cala Otero

1. «Me encanta dormir lloviendo»: Dicha así, esta oración sugiere que alguien «llueve» mientras duerme (lo cual es inverosímil). Miccionar en la cama, como podría pensarse para asimilarlo a aquel término, no es llover, sino sufrir de enuresis. El problema aquí lo constituye el uso erróneo del gerundio lloviendo. Sabemos que esa forma verbal se utiliza cuando una acción está sucediendo. En cambio, es encantador dormir mientras llueve, que fue como debió decir el autor de esta expresión.
2. «El invierno irá hasta mediados de diciembre»: Una expresión impropia, puesto que refiriéndose a un fenómeno natural, ninguno de ellos va a ningún lugar. El sentido del verbo ir es de desplazamiento, de traslación. Como fenómeno atmosférico, la lluvia sucede naturalmente. Para indicar duración -como quiere decirlo la expresión del ejemplo- es más acertado: «El invierno durará hasta…»; «El invierno se prolongará hasta…», entre otras formas posibles.
3. «Empezamos a capturar clientes»: Recientemente se expresaba así el presidente de una compañía de telefonía móvil, al referirse a su campaña para seducir clientes. Capturar significa ‘aprehender o apoderarse de alguien o de algo’. Es absurdo emplear tal término en el ámbito comercial; allí lo que funciona es la conquista, la seducción o el convencimiento de clientes potenciales. Diferente es que, en algunos casos, sean tratados como objetos en el estricto sentido comercial. Eso, sin embargo, no avala la tergiversación del significado de los vocablos. Lo correcto será decir: «Empezamos a conquistar clientes», por ejemplo.
4. «Nos caímos todos los dos»: El adjetivo todo, en plural, sobra en esta oración. En lugar de él, podría decirse: «Nos caímos los dos»; o «Nos caímos juntos». Aquí la alternativa juntos sugiere una acción en unión de otras personas. Pero más específicamente, lo correcto es decir y escribir: «Nos caímos los dos». De paso, se evitan «caídas» con el lenguaje.
5. «Se despapayó el texto»: El vocablo «despapayó» es común en la jerga de quienes trabajan en el mundillo del diseño y la litografía. Lo usan para referir que un texto determinado ha sufrido descomposición; que se ha arruinado por alguna causa, generalmente técnica. Pero no es castizo. Funcionan mejor las expresiones: «Se desconfiguró el texto»; «Se desordenó»; «Se malogró», entre otros que puedan significar que un texto se ha arruinado. Por lo demás, cuando este tipo de lenguaje se usa, es semejante a hablar o escribir en otro idioma: quienes no lo saben, no comprenden lo que los demás dicen.
6. «Podrán asistir los niñ@s»: Los feministas extreman su posición a tal punto que inventaron una nueva forma de escribir la palabra niños: emplean el símbolo de arroba (@) entre la eñe (ñ) y la ese (s), con lo cual quieren hacer notar que la palabra valdría para masculino y para femenino. Pero el «invento» es apócrifo. La gramática no hace las diferenciaciones que con tanto hincapié acomodan aquellos. El asunto es causa de polémica. Pero las autoridades en la materia sostienen que para aludir al género femenino basta con usar la forma masculina del sustantivo; en este está incluido el mundo de las mujeres, que son las más preocupadas por lo que llaman «discriminación de género». (Que también es incorrecto, porque las únicas que tienen género son las palabras; los humanos tenemos sexo. No confundir con sexualidad). Aquella forma lingüística por ellas inventada no dice niños, ni niñas. Dice: «Podrán asistir los ni-eñe-arroba-ese». ¡Qué cosa más rara! Más parece una extraña amalgama de consonantes y un signo que en lugar de mejorar la situación la agrava; porque arroba (@) no es símbolo lingüístico.
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Los lectores escriben
Hola Jairo:
Gracias por preocuparte por nosotros, los periodistas; y, sobre todo, que dejemos de ser los cotorros de quienes dicen ser los mejores del periodismo en Colombia, ya que estas frases, como «falsos montajes» y muchas más, han salido de los micrófonos de las cadenas radiales y, sobre todo, de sus directores, que dicen ser los grandes del periodismo en nuestro país.
Que mi Dios, Jehová, te siga llenando de bendiciones.
Atentamente,
Gabriel Padilla Polo
CMI televisión
Santa Marta.
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Gracias por su mensaje. Admiro a las personas que se ocupan en defender y cultivar nuestro idioma. No he leído todo, pero me parece muy interesante. Claro que sí, tiene mi permiso para registrar mi correo.
Estaremos en comunicación.
De nuevo, ¡gracias y suerte!
Ernesto Santamaría

Miami – EE. UU.
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Respetado y apreciado Jairo, perdone por dirigirme de esta manera, como si fuese un viejo amigo, pero es que así lo siento; tal vez, porque el permanente contacto a través del correo, con todo el conocimiento que me ofrece, me hace sentir como su amigo y mi profesor.
Déjeme expresarle mi agradecimiento por el tiempo que dedica para irrigar conocimientos, sobre todo a quienes a diario vivimos en permanente comunicación con la sociedad, como parte de nuestra profesión. Soy un asiduo lector de sus artículos, los que acuño en una carpeta especial para un constante repaso o consulta a dudas que tenga sobre mis escritos o locuciones.
Siempre estoy atento al correo, a la espera de tan preciado material.
Con sentimiento de aprecio, atentamente,
Mario Eduardo Rey
Periodista
Secretaría de información y prensa
Gobernación del Meta
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Señor Jairo Cala Otero:
No sé cómo obtuvo mi correo electrónico, pero quiero por este medio felicitarlo y agradecer a la persona que me incluyó entre sus lectores, para aprender de este idioma tan maravilloso como es el español.
Siga enriqueciéndonos con sus conocimientos, para poner nuestro grano de arena en este mundo, que se interesa poco por mantener el ESPAÑOL CORRECTO.
Atentamente,
Claudia Yaneth Oviedo G.
Jefe de suministros de Rimax
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Jairo, un abrazo de un paisano y colega suyo, desde Cúcuta.
Lo invito a que siga haciéndonos disfrutar de las bellezas de nuestro idioma.
¡Bendiciones!
Diego Suárez
Cúcuta
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Prohibida su reproducción parcial o total sin previo consentimiento del autor.
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Madriguera idiomática

El domingo 28 agosto, 2011 a las 10:18 pm

Por Jairo Cala Otero

1.-«¿Cómo están rodando las carreteras del Eje Cafetero?»: Una pregunta con la que una presentadora de un noticiero radial hacía un cambio de información. Como las carreteras no son las que ruedan sino los vehículos, la ilógica pregunta constituye un error de raciocinio. Lo que aquella dama quiso decir, quizás, fue: «¿Cómo está fluyendo el tránsito vehicular sobre las carreteras del Eje Cafetero?» Una imprecisión como la que comento es lo que en el vulgo se conoce como una descachada. Yo la califico como un desgaire simple, pero muy notorio. (Desgaire: falta de atención, un descuido).
2.-«Y como la gente no tiene tiempo, queda de otra: ¡Hay que recurrir a un gestor!»: Una nota periodística sobre los tramitadores apostados frente a la sede de la Dirección de Tránsito de Bucaramanga, señalaba esta extraña tesis. Según ella, «queda de otra» (¿?) forma el trámite si se acude a un particular que a un funcionario de aquella dependencia oficial. Ese giro es rebuscado. Quizás quisieron decir que «no queda otra» alternativa que apelar a tal procedimiento, lo cual tiene, obviamente, sus implicaciones desfavorables.
3.-«…y que, obviamente, hay temporadas donde la ganancia es más buena»: Es probable que eso sea cierto. Pero para comprobarlo es más preciso decir: «…hay temporadas en que la ganancia es más buena». Porque ese adverbio de lugar (donde) no tiene cabida en la oración, es decir, está fuera de lugar.
4.-«Por tres horas estuvo la autopista a Bogotá con paso restringida a la altura de Curos, después de que un container que transportaba un tractocamión se soltara y cayera sobre una volqueta»: Aquí hay concurso de errores: 1. El adjetivo calificativo en esta oración era para el paso por la carretera citada, no para la autopista. Por tanto: «… con paso restringido…». 2. Las vías no tienen altura sino anchura (la cual se contrapone a la longitud). Esa es una manía de muchos periodistas: para todo citan «a la altura de la calle tal con carrera equis». Es un error. 3. Es innecesaria la mezcla de extranjerismos con el castellano. En vez de container es más preciso contenedor.
5.- «Los invito a disfrutar de este deporte de alto riesgo»: En una entrevista radial el alcalde de Pachavita, Boyacá, formulaba esta singular invitación. Difícilmente una persona prudente la aceptaría sabiendo que va a correr un «alto riesgo». Eso pasa por no saber promocionar el turismo. Si el funcionario hubiese hablado de las bondades y la intrepidez que se logra con los deportes de aventura, el asunto llamaría la atención de propios y turistas.
6.-«Gracias a los que hacistieron a este acto»: Parte de un aviso publicado en un semanario de Barrancabermeja, por una política elegida como concejala. Si la asistencia es como ella lo escribe, no es preciso pedir explicaciones de cómo legisla la señora. Ciertamente, como alguien lo propusiera, para ser elegidos concejales, alcaldes y diputados deberían existir unos mínimos requisitos, incluido el buen manejo del idioma. El mismo con que, con sagacidad pasmosa, «envuelven» a incautos para conquistar sus votos; aunque con pésima ortografía.
7.-«Mañana no estoy, estoy viajando»: Sentencia telefónica de alguien para advertirle a su interlocutor que al día siguiente no se encontraría en la ciudad. Las conjugaciones verbales son precisas, determinan los tiempos de las acciones; pero en esta oración no se conjugó el verbo estar como debería ser. No es posible mezclar futuro (mañana) con presente (estoy), y mucho menos con un gerundio, que denota una acción en marcha. De allí la enrevesada afirmación. Lo preciso es: «Mañana no estaré, porque estaré de viaje»; o «Mañana estaré ausente, voy a viajar».
8.- «Cuando los machos jartan alcohol en exceso, pasan de la perversión a la ofensa y a la violencia»: En el lenguaje coloquial se usa mucho el término «jartar», como sinónimo de beber o tomar licor. Una señora se refiere a su marido bebedor, al decir: «Se la pasa jartando en las cantinas». En verdad, esa palabreja es irreal. Se parece a hartar, que sí es castiza, y significa ‘colmar el apetito de beber o comer’. «Se llenó hasta el hartazgo», por ejemplo, es una expresión correcta. Pero en la oración de la cita debieron decir mejor: «Cuando los machos se hartan de beber alcohol, pasan de la perversión a la ofensa y a la violencia»; o «Cuando los machos beben alcohol en exceso, pasan…».

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Textos sin máculas
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Preguntan los lectores

Jairo:

En una caricatura de El Espectador, de Chócolo, leo: «…en servicio activo andaba matando civiles». ¿Es correcta la frase?
De antemano, gracias.

Álvaro Orjuela Villalobos.
Respuesta:
¡Hola, Álvaro!
La frase está descontextualizada (no se sabe qué se dice antes de esa expresión), y está mal construida gramaticalmente. El uso del gerundio matando es incorrecto, pues esa figura solo funciona para determinar dos acciones simultáneas.
Pudo ser mejor: «…en servicio activo mataba a civiles». Se precisa de la preposición a pues forma parte del complemento directo de la oración.
Gracias por escribirme.
-.-.-
Hola, Jairo.

Conociendo tus habilidades en el uso del español, y el amor por su comprensión y su estudio, acudo a ti para que me resuelvas una duda que me acompaña desde hace rato: quisiera saber cuál es el uso correcto respecto al aparato celular blackberry. Llamarlo en español sería bastante ridículo puesto que significa algo como la mora o la zarzamora, y no creo que venga al caso esa traducción (tendríamos que decir el dispositivo inteligente de comunicación o el teléfono inteligente). He escuchado a algunas personas decir «la blackberry», y a otras, «el blackberry», entonces quisiera saber cuál es la forma correcta de decirlo: EL o LA, o en todo caso no tiene género y se pueden usar ambos. Yo asumo que debe de haber una regla que trate estos casos.

Te agradezco tus comentarios sobre este tema.

Carmen Smith Ortega.
Respuesta:
Gracias por escribirme, Carmen.
La Real Academia Española -RAE-, máxima rectora de nuestro idioma, sostiene que los vocablos técnicos y nombres propios empleados en otros idiomas, han de respetarse tal como en esos idiomas funcionan. Por ende, la palabra por la que me consultas debe escribirse «blackberry», sin intentar traducción alguna puesto que, además, no diría nada con sentido completo en castellano.
En cuanto al género de ese término, existen palabras ambivalentes (no tienen género definido, se las puede usar ya en femenino, ya en masculino). Con esa palabra específica yo me inclino por el artículo determinante masculino (el), puesto que se trata de un teléfono, y teléfono es palabra de género masculino: el blackberry.
Espero haber absuelto tu inquietud debidamente.
Saludos.
-.-.-
Muy buenos días, profesor Cala: como siempre, usted tan generoso al compartir sus conocimientos.

Quiero consultarle si es correcto decir «papases» y «mamases», para referirnos al plural de papá y mamá.

Muy gentil por su aclaración.

Jacqueline Contreras Ramírez

Bogotá
Respuesta:
¡Hola, Jaqueline!
Gracias por escribirme, y por leer con agrado lo que produzco.
Tu inquietud: no son correctos los términos «papases» y «mamases» para formar los plurales de papá y mamá, respectivamente. Los correctos son: «papás» y mamás».
Un saludo cariñoso para ti.

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Madriguera idiomática

El viernes 8 julio, 2011 a las 3:55 pm
Por Jairo Cala Otero / Periodista cultor del español

1. «La crisis se agudizó al interior del Partido Liberal»: Es impropio el giro «al interior de…», que muchos periodistas usan regularmente en sus noticias. Como sustantivo el vocablo interior significa que hace parte de adentro. Por eso no es aconsejable emplear ese malsonante giro (al interior de) cuando la idea de movimiento o dirección está ausente. (Como en el ejemplo citado aquí). En cambio, ese giro es adecuado si expresa la idea de dirección: «Los jóvenes fueron obligados a dirigirse al interior de la oficina»; «Él miraba al interior de su aposento». Conclusión: también la crisis sigue haciendo estragos entre los periodistas y similares.


2. «El escritor ha publicado otro libro. Se trata de un refrito de trabajos anteriores»: La Fundación del Español Urgente -Fundeu- advierte que la expresión «se trata de» no debe llevar sujeto cuando se utiliza en lugar de la forma verbal es. Y añade que «para referirse a algo ya mencionado, en español se emplea con frecuencia la locución ‘se trata de’ con el sentido de es». Esa expresión está bien empleada sólo cuando se usa como impersonal y en tercera persona del singular. Por lo tanto, son incorrectas las construcciones en las que se le adjudica un sujeto, como «El libro se trata de una novela». O aquellas otras en las que se emplea el verbo en plural, porque su complemento va en plural, como en «Se trataba de partidos de Segunda División». Como el giro tiene carácter impersonal debe decirse: «El escritor ha publicado otro libro. Es un refrito de trabajos anteriores».


3. «Proxeneta tras las rajas»: ¡Tamaña metedura de pata! Por un lado, una vocal (la a) sustituyó a otra (la e) y le dio rumbo vulgar a la oración gramatical del ejemplo. En realidad se quiso decir: «Proxeneta tras las rejas», es decir, preso. Y, por otro lado, no pudo haber sido más coincidente la turbación mecanográfica del autor de la sentencia noticiosa, con la actividad de la persona que había sido privada de su libertad por las autoridades de Policía, por andar promoviendo la prostitución entre mujeres. (¡Estuve tentado a escribir «entre las rajas»!). De tal modo, parecería que el subconsciente del redactor se encaminó hacia la senda morbosa; por eso asoció proxeneta con «rajas» en lugar de con rejas. Porque en términos vulgares al órgano sexual femenino algunos le dicen así: «raja». ¡Guau!


4. «Director, fulano y mengano»: Así decía la presentación de un conocido noticiero radial, en Colombia. Ofrecía un error: no hay concordancia entre el adjetivo (director) que es de número singular y los sustantivos propios (nombres) fulano y mengano, que forman un plural. Lo más relevante es que el hoy exdirector nacional de ese noticiero es un virtuoso periodista, escritor y miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Este error, sumado a los múltiples que los periodistas que él dirigía cometen a diario, indica que allí se descuida la elemental tarea de usar apropiadamente el idioma. Aquella presentación para los informativos debía decir: «Directores, fulano y mengano».


5. «Buenos días, don Juan. ¿Cómo le amaneció?»: Saludo seguido de una pregunta de doble filo, de una vendedora de chance. Cuando escuché tal interrogación miré a don Juan y quedé a la expectativa de la respuesta que él pudiera dar. «Bien», dijo. Entonces supe que no había caído en la cuenta del doblez de la pregunta. Porque hubiese podido responder, por ejemplo: «Me amaneció bien y dispuesto, gracias a Dios». Porque ese dativo de tercera persona (le) -que  no debió usar la vendedora de fortuna- viene a constituir, además de error idiomático, una ocasión para que el pensamiento se extravíe hacia senderos sexuales. Lo correcto, entonces, es decir: «Buenos días, don Juan. ¿Cómo amaneció?».


6. «Más bien me callé fue la jeta»: Dos señoras platicaban, en una calle. Una de ellas se expresó con la oración aquí «cazada», que es bastante deslucida. Además de la rustiquez de la sentencia, a la construcción gramatical le sobra el verbo fue; y también «la jeta», pues es redundancia. ¿Qué más puede uno callar si no su boca? ¿Por dónde más se habla, acaso? La dama debió decir: «Más bien me callé». Suficiente.


7. «Un saludo a nuestros oyentes, que ya se han colocado a pedir sus canciones por el teléfono…»: Una locutora de una emisora en Bucaramanga salió con esta perla. La manía -convertida en pandemia- de usar el verbo colocar en toda ocasión, lleva a cometer errores notorios como este. Aquella parlanchina del micrófono debió decir: «Un saludo a nuestros oyentes, que ya están pidiendo sus canciones…»; «Un saludo a nuestros oyentes, que desde este momento solicitan sus canciones…». Cómo se añora a los locutores de antaño: cultos, refinados y ágiles con la palabra.


8. «Es una pregunta donde…»: Un sacerdote, en una homilía, usó esta expresión incorrecta. El adverbio de lugar donde quedó mal ubicado en la oración. Es decir, quedó fuera de lugar, porque la palabra pregunta no denota un sitio o lugar. Debió decir: «Es una pregunta con la que / o con la cual…»; o «Es una pregunta que…».

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Preguntan los lectores

Consulta

Ahora es muy común ver las palabras escritas en mayúsculas con tilde. ¿Eso es correcto? Gracias.
Pedro Pablo Rozo Castañeda .rozo@ecopetrol.com.co>
Respuesta

No ahora, desde hace no menos de diez años, cuando la Real Academia Española -RAE- aprobó que las palabras en mayúsculas también necesitan tildes. Eso las diferencia de sus similares en minúsculas, que pudieran confundir a un lector.

He aquí un ejemplo sencillo:

LUCHO, LUCHO CONTRA EL PAPA. Si se deja así alguien pudiera pensar que yo lucho y lucho contra el Sumo Pontífice. ¡Qué osadía! ¿Verdad? Pero LUCHO, LUCHÓ CONTRA EL PAPÁ, lo que dice es que Luis -llamado cariñosamente Lucho- luchó contra su progenitor. ¡Es muy distinto!

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Consulta

Profesor Cala, buenas tardes. Acabo de recibir una tarjeta de Planeación Municipal, cuyo encabezamiento es el siguiente: «Señores líderes y liderezas de la ciudad».

Esto de liderezas, ¿es correcto?

Gracias.

Saludos.

Néstor Restrepo Roldán (Villavicencio)


Respuesta

El Diccionario de la RAE ya recoge el femenino de líder. Pero si en la tarjeta escribieron «lidereza», lo hicieron incorrectamente. Porque es con ese (s): lideresa.

Se define como  ‘Directora, jefa o conductora de un partido político, de un grupo social o de otra colectividad’. Se ha impuesto últimamente en países de América Latina.

A decir verdad, en la tarjeta bien pudieron referirse solamente a líderes porque este sustantivo cobija al género femenino de la expresión, como insistentemente lo ha manifestado la autoridad lingüística. Y si anotaron ‘señores’ por qué no escribieron también ‘señoras’, si iban a apelar al vocablo lideresas. Es innecesario acudir a esos rodeos ampulosos, que le restan esplendor y brevedad a la comunicación.

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De una consagrada lectora


Escribir correctamente es un proceso más exigente que el bien hablar. Se escribe para los demás, a excepción de un diario personal. Quien escribe, tiene todo el tiempo para revisar y corregir lo escrito, antes de darlo a conocer. Eso no sucede cuando nos expresamos oralmente.  Cuando hablamos es más fácil cometer errores, especialmente cuando no pensamos lo que vamos a decir. No hay que olvidar que a través de un texto escrito, podemos evaluar el nivel de educación de quien escribe.

De ahí mi gran entusiasmo, cuando vi que un «quijote» del correcto uso de nuestro idioma, se haya lanzado al ruedo a enfrentarse con la modernidad, mal entendida, de «maltratar» un idioma que en este momento puede estar ocupando un puesto  preponderante, entre las lenguas más habladas del mundo.

Es triste ver que escribir o hablar groseramente se ha vuelto «IN», aun entre personas con un alto nivel cultural y profesional. Y peor todavía, que se haya generalizado el uso permanente de vocablos soeces en las diferentes presentaciones, tanto en la radio como en la televisión, sin tener en cuenta que los mayores asiduos seguidores de la televisión son los niños y los jóvenes. Estos repiten con mucha gracia todas las barbaridades que allí ven y escuchan.

Sin embargo, encontramos a personas como el profesor JAIRO CALA OTERO, quien se está enfrentando a esta falencia de la educación en nuestro país. Ojalá muchos nos unamos a él, en una campaña nacional en pro de derribar estas vallas, nada favorables a nuestra educación y a la de las nuevas generaciones.

Ana Dolores Patiño Durán

Docente jubilada

Bucaramanga

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No se dice: Ruta (en referencia a un bus escolar).

Se dice: Autobús, bus escolar o transporte escolar.

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Pensamiento

«Hay personas que empiezan a hablar un momento antes de haber pensado».

(Jean de la Bruyére – Escritor y moralista francés – 1945-1696).

Todos los derechos reservados.

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Madriguera idiomática

El sábado 25 junio, 2011 a las 8:03 am

Por Jairo Cala Otero / Periodista cultor del español – Corrector de textos
1.- «La propuesta levantó polvero»: Expresión escuchada en un programa radial, a escala nacional. En Cuba y Venezuela, el término polvero significa «gran cantidad de polvo». Pero en Colombia no se usa tal palabra en ese sentido. En cambio sí se emplea «polvareda» que significa lo mismo: «Gran cantidad de polvo que se levanta de la tierra, agitada por el viento o por otra causa cualquiera». Y, en términos coloquiales, equivale al efecto que causan entre las gentes los dichos o hechos que las alteran o apasionan. Como en la oración del ejemplo. Conclusión: la oración del ejemplo, en materia semántica, no levanta polvo.
2.- «…especialmente el famoso apartamentazo»: Locución empleada para significar que durante una semana no hubo asaltos a apartamentos, en una ciudad de Santander. Como el término «apartamentazo» corresponde al lenguaje empleado por los hampones, es decir, a la jerga de los bajos fondos, no es recomendable emularlos en tales estilos verbales. Ahora bien, si el término fuese castizo significaría ‘golpe asestado con un apartamento’, lo cual es inverosímil. Porque las terminaciones en ‘azo’, generalmente, denotan efectos de una acción contundente con algo o sobre otro algo o alguien (manotazo, pelotazo, tortazo…).
3.- «Retomamos nuevamente»: Pronunciada por una veterana locutora, en Bogotá, esta expresión es redundante. Retomar es tomar de nuevo, por segunda vez, algo que había quedado en suspenso o suspendido. Y «nuevamente» equivale a otra vez. Caben, entonces, dos alternativas para evitar tal redundancia: «Retomamos el tema»; «Abordamos nuevamente el tema». Pero no los dos vocablos en forma simultánea.
4.- «Detallitos pequeños»: Expresión semejante a la anterior. También existe redundancia. Si ‘detallitos’ es el diminutivo de detalles, sobra advertir que esos detalles son pequeños. El diminutivo da, con precisión, la idea de pequeñez. Aunque en algunos casos, ciertamente, el diminutivo se refiere a expresión de cariño, de aprecio: Amorcito; corazoncito, mamacita, etcétera. Ese, sin embargo, no es el caso del ejemplo. Son detalles pequeños para tener en cuenta a la hora de hablar y escribir. O detallitos que tiene el idioma cervantino.
5.- «Callesen, corrasen, salgasen…»: Mientras dedicamos un artículo especial para hablar de los pronombres proclíticos y los pronombres enclítico, anotamos algo sobre los términos en cita: comúnmente se incurre en tales irregularidades lingüísticas al agregarse una ene (n) al final de algunos verbos. Es un error muy notorio, por cierto. Se evita si la persona que duda de cómo expresarse, formula, primero, una oración imperativa (puede ser mentalmente): Quiero que se callen, quiero que se corran, quiero que se salgan. De lo que podrá preguntarse: ¿Qué es lo que quiere? Que se callen; que se corran; que se salgan. Y lo dirá imperativamente: ¡Cállense!; ¡Córranse!; ¡Sálganse! Viéndolo más sencillamente, la ene (n) que antes estaba de intrusa al final del verbo, ha pasado a «sentarse» antes del pronombre personal ‘se’. Este toma ahí el nombre de enclítico. Fijémonos, además, que en los ejemplos no hay tildes, lo cual es error. Todas las tres palabras (cállense, córranse y sálganse) son esdrújulas, por tanto, se tildan en la antepenúltima sílaba.
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Los lectores escriben
Excelente. Sencillamente, excelente. Ah, y mil felicitaciones por el séptimo aniversario de este apostolado idiomático y filantrópico. Le animo a no desfallecer en esta loable labor, porque los colombianos necesitamos de muchas personas como usted, que coadyuven la tesonera tarea de enseñarnos a cultivar el español correcto.
Alexander Tatis Ramos
Barranquilla
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Buenas noches, señor Cala.
En este día quiero felicitarlo por el esfuerzo, trabajo e interés por conservar el idioma que da sentido a nuestras vidas.
Para mí ha sido una riqueza el recibir sus boletines de «Español correcto». Gracias por su generoso aporte a la sociedad. De manera especial, le agradezco esta información que desde hace unos años comparte conmigo.
Un abrazo.
Sor Nubia Suárez Daza
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Hola, Jairo, un cordial saludo.
Leí su entrevista, y nuevamente lo felicito por su labor tan importante, que enseña a otros para crecer en este mundo de la lengua española. Me encanta leer sus mensajes.
Buen día y muchos éxitos
Myriam Cordero Villamizar
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Señor
JAIRO CALA OTERO
Guardián del Castellano
Bucaramanga
Respetado Jairo:
Estoy revisando su correo en el que me entero que el 27 de mayo cumplió siete años de apostolado.
Sea la ocasión para felicitarlo, por esa paciente labor de enseñarnos la importancia de hablar y escribir bien nuestra lengua.
Me divirtió la entrevista que le hacen. Es una síntesis de lo que les pasa a muchos periodistas, descuidados en el tratamiento del idioma para hacerse entender.
Muchas veces en lugar de comprender uno lo que lee en una noticia, queda más desinformado que antes de empezar.
Desde Yopal, donde usted sembró con maestría una semillita del cariño y la dedicación que hay que tener por esta maravillosa herramienta que es el idioma, reciba un saludo de aprecio y consideración.
Atentamente,
Jorge Luis Ospina Macías
Periodista
RCN La Voz de Yopal
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Gracias por compartir esta entrevista y permitirnos conocerlo más.
Que tenga un buen día.
Diana Castaño Montoya
Gerente regional de ventas
RCN Televisión Cali
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Distinguido colega, Jairo Cala Otero:
Me es grato manifestarle que he leído todos sus mensajes y recomendaciones, para un mejor manejo del lenguaje, y estoy muy satisfecho con todo el aporte que me ha venido haciendo. Estoy seguro de que en cada informe que hace sobre este importante tema, como es hablar bien el español y aprender a utilizar los signos ortográficos como debe ser, hemos comprendido que ponerlos en los lugares equivocados es un gran error; porque en donde no deben ir pueden quitarle la fuerza a la oración. Desde este punto de vista y en este orden de ideas, tengo que expresarle con toda sinceridad, que me he nutrido de sus consejos. Por esta razón lo felicito, y al mismo tiempo decirle que siga en esta tarea noble y valiosa que usted desinteresadamente les brinda a los colombianos. Lamentamos sí la poca importancia que ciertas personas, que se creen sabias y suponen estar por encima de los que verdaderamente se han preparado en la vida para ser útiles a la sociedad, hoy hayan demostrado que lo único que son es unos estúpidos que se tienen a menos reconocer que por encima de ellos existen personas que, como usted, demuestran que más vale la humildad que la prepotencia y la ignorancia.
Jairo, seguiremos en contacto.
Hasta pronto.
Lucas T. Acosta Fuentes
Director fundador Revista Aquí El Cesar
Director y presentador de Aquí El Cesar en el mundo ecológico TV.
Miembro fundador del Círculo de Periodistas de Valledupar, Cesar. (CPV.)
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No se dice: Situado en…
Se dice: Localizado o ubicado en…
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«Pregunta al hombre con experiencia, no al hombre con estudios».
-Proverbio chino-
<-.-.-.->
Preguntan los lectores
Los noticieros y la prensa escrita difundieron mucho la tragedia ocurrida en Japón, pero en algunos medios escritos he notado que escriben la palabra seísmo y no sismo, como estoy acostumbrado a escucharla. ¿Es correcto escribirlo o pronunciarlo de ambas maneras? Y cuál es la razón por la cual se utilizan dos palabras ligeramente diferentes para nombrar una misma cosa, en este caso un fenómeno natural.
Agradezco su respuesta.
Cordialmente
Héctor Alfonso Galvis Salcedo
Respuesta:
Se puede escribir y decir «seísmo». Significa igual que sismo. La razón por la que se pueden emplear indistintamente, es porque las dos palabras son sinónimas. Como existen muchísimas otras en la misma categoría. Quizás la causa por la que extraña escuchar y leer el vocablo «seísmo» es porque pocas veces se lo utiliza, y ello ocurre porque raramente ocurren terremotos como el que sucedió en Japón.
Atento saludo.
Jairo C.
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¿Cuál es la regla de concordancia de género, cuando enumero varios sustantivos de distinto género, por ejemplo: Los niños y las niñas estaban asustados (¿o asustadas?).
Respuesta:
En consonancia con las normas vigentes, la concordancia del atributo, cuando el sujeto está compuesto por sustantivos de distinto género, se debe hacer en masculino. Por ende, en el caso citado lo correcto es: Los niños y las niñas estaban asustados.
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Madriguera idiomática

El viernes 13 mayo, 2011 a las 3:13 pm

Por Jairo Cala Otero – Periodista cultor del español

1.      «…y Pablo empezó a predicar largo, el chico se durmió y se calló para atrás de un tercer piso y se murió, Pablo fue y lo resucito»: Chiste enviado por Internet a una de mis cuentas electrónicas. No era tan bueno, y tampoco ofrecía corrección gramatical. Tiene un fenómeno denominado yeísmo (confusión de la ll con la y). Por eso escribieron calló (inflexión del verbo callar, silenciar) en vez de cayó, pasado del verbo caer, que era lo indicado en esta oración. Y, además, omitieron la tilde sobre resucitó, que es palabra aguda. ¡Accidentado el chiste, pues!
2.      «…aquí lo único que hay es una manada de politiqueros corruptos que se roban el heraldo público»: Un forista, de los tantos que abundan en las páginas virtuales de los periódicos, y que cometen barbaridades idiomáticas, escribió de tal forma su parecer sobre los políticos colombianos. Se sabía de la redundancia «erario público» (error, por supuesto, ya que no existen erarios privados), pero esta es la primera reseña sobre el «heraldo público». Heraldo es un anuncio sobre algo que va a suceder. Me niego a creer que nuestros bien intencionados políticos tengan entre sus planes ¡robarse un simple aviso! 
3.      «Los internos la respetaron y la ayudaron a salir. Horas más tarde, hubo un asesinato en el lugar a donde ella había estado»: De una crónica sobre la jefa de prensa del Inpec, en una revista virtual. Todo iba bien hasta que escribieron «a donde», en vez del adverbio relativo donde, que era el indicado en este caso. Existe adonde, otro adverbio relativo, pero tampoco era el preciso para esta oración.
4.      «Su personalidad es arrolladora y por donde pasa se roba las miradas»: Según esta sentenciosa información, la persona a la que se hace referencia no tiene las cualidades que se le atribuyen. Al contrario, es de temer: porque es ladrona, se roba hasta las miradas de los demás. Claro, la acepción diez del verbo robar admite ese giro como ‘Atraer con eficacia y como violentamente el afecto o ánimo’. Pero en el trato cordial es preferible y recomendable no usar tal verbo, sino conquistar, o atraer. Porque robar es quitar algo a alguien con violencia o fuerza. Será mejor decir, entonces: «Su personalidad es arrolladora, y por donde pasa conquista (atrae) las miradas». Más precisa, más evidente y menos agresiva la expresión.
5.      «…ganó, como candidata a la Alcaldía de Los Palmitos a Gabriel Barraza, en las elecciones de octubre de 2000, en un reñido ‘votofinix’»: Una revista colombiana, en referencia a una dama que le ganó una puja electoral a un caballero, anotó este barbarismo lingüístico: «votofinix». En realidad, cuando dos contendientes en una elección obtienen una cantidad de votos muy similar, se dice que alcanzaron «voto finish», en dos palabras. Entonces, lo que estuvo reñido aquí fue ese extraño término.
6.      «…la denunció por injuria porque su foto y nombre apareció en el magazín virtual del Inpec, donde…»: Discordancia de número es el error de esta expresión. Porque «su foto y nombre» constituyen un plural (más de un objeto es plural); debía concordar con el verbo en el mismo número: aparecieron. Entonces: «…la denunció por injuria porque su foto y nombre aparecieron en el magazín…».
7.      «Ahí mismo me empezaron a salirme trabajos en desfiles, fotografías para catálogos, presentación de eventos y…»: ¡Qué bueno que no le salieran ofertas para escribir al autor de esta oración! Porque, con seguridad, no habría calificado bien. El pronombre personal me está repetido: como enclítico y como proclítico, lo cual es error. Corrijamos: «Ahí mismo empezaron a salirme trabajos en desfiles…»; o también: «Ahí mismo me empezaron a salir trabajos…».
8.      «Con solo amagues de lluvia finaliza la semana en la zona de frontera, mientras en otros estados el invierno empieza a asomarse»: Los asomos de algún fenómeno natural (como lluvia) se denominan amagos. La palabra «amagues», usada en esta oración, es inflexión del verbo amagar, segunda persona en tiempo presente del modo subjuntivo. (Que tú amagues). Además, Estado debe escribirse con mayúscula inicial cuando se alude a país.
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 Comunicación eficaz en las relaciones interpersonales
Conferencia-taller sobre las dificultades a que se enfrentan muchas personas, en sus comunicaciones interpersonales, y cómo superarlas.
Exploración general sobre la influencia de las palabras en las relaciones humanas, y las desavenencias que suelen suscitarse por erróneos gestos y conductas en la comunicación con los semejantes.
Se abordan los siguientes aspectos:
1. Origen y naturaleza de las palabras. El lenguaje corporal y sus significados.
2. Tratar con otros: un proceso dificultoso.
3. El carácter personal. Aprendizaje de modelos negativos desde la infancia.
4. La intemperancia, el mal genio, la ira y otros demonios: cómo influyen en la vida humana.
5. El lenguaje descomedido y agresivo y sus efectos nefastos.
6. El lenguaje cordial, respetuoso y cautivante: sus benéficos resultados.
Contactos: 301 235 6900
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Madriguera idiomática

El martes 14 septiembre, 2010 a las 6:35 pm
«Si estás en paz contigo mismo, al menos hay un lugar pacífico en el mundo». (Mahatma Gandhi).
 
*Boletín de Español correcto*
 
* En el accidente aéreo, en San Andrés Isla, fallecieron una señora y 114 lesionados que no revestían gravedad, según un diario nacional.
* La manida forma de hacerlo todo «la noche inmediatamente anterior».
* Un casino es visitado por 25.000 personas diarias (?).
* La mala educación de sentarse en las mesas.
* La prueba de perforar bolsas plásticas dentro de una nevera.
* Insólito: tres camiones militares intentan incendiar a dos soldados (!).
Y otras «perlitas», tomadas, como de costumbre, de medios periodísticos colombianos.
 
<> JAIRO CALA OTERO <>
Periodista educador – Conferenciante
Cultor del español correcto
Celular: 313 248 2049
Bucaramanga – Santander
 
Alerta:
 
Este material es propiedad exclusiva de su productor y está protegido por la ley de derechos de autor. Por ende, no podrá ser empleado de modo impreso para ningún fin. El uso destinado a publicaciones periodísticas deberá ser expresamente autorizado por su propietario. Cualquier contravención acarreará las sanciones contempladas en la ley.
 
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Madriguera idiomática
 
Por Jairo Cala Otero 
  1. “La presentación fue la noche de ayer”: Giros ampulosos como este deslucen cualquier expresión. “La noche de ayer” constituye un lenguaje inútil y redundante. El estilo directo es más elegante y preciso: “La presentación fue anoche”. Los gramáticos recomiendan usar brevedad en el lenguaje. Ello también forma parte de la funcionalidad de los mensajes, una de las características del idioma.
  2. “La Policía Nacional informó que sobre las 2:15 de la madrugada y al momento del aterrizaje, un avión Boeing de la aerolínea Aires que cubría la ruta Bogotá – San Andrés, fue sacudido al parecer por un rayo y se partió en tres pedazos. Como resultado pereció la señora Amar Fernández de Barreto y 114 lesionados que no revisten gravedad”: Párrafo tomado de un periódico de circulación nacional en Colombia. Lo analizaremos por partes, porque hay varios defectos de construcción gramatical. La conjunción copulativa ye (y) sobra en la pretendida unión de la primera oración con la segunda; con una coma enseguida de la palabra “madrugada” habría sido suficiente. Entre las palabras “sacudido” y “parecer” debieron ponerse comas, para denotar que no se está seguro de lo que allí se afirma. Y la última parte es de antología, como para Ripley y un Guiness Récords, simultáneamente. Porque al tiempo que pereció una dama, también murieron 114 lesionados “que no revisten gravedad” (¡!). Qué suceso más extraño: el avión transportaba a 114 heridos leves y a una señora que gozaba de cabal salud y bienestar. Pero con el accidente los unos y la otra perecieron ‘ipso facto’. La realidad nos indicaría, horas después de la enrevesada noticia, que el más “accidentado” fue el redactor de la nota. Porque 114 pasajeros no fallecieron, sólo uno. 
  3. “Fue presentada la noche inmediatamente anterior”: Con esta construcción gramatical quiso decirse que una presentación equis había ocurrido anoche, respecto del día en que el hablante se expresaba. Pero cayó en error. El giro “inmediatamente anterior” cabe sólo para hacer referencia a un suceso registrado en fecha anterior a otra a la que se alude. Ejemplo: “Fulano fue nombrado el viernes, como embajador en España. La noche inmediatamente anterior había recibido una llamada para alertarlo sobre el buen suceso”. Aquí se dice que el nombrado embajador recibió la llamada el jueves. Es decir, la víspera, o fecha anterior al viernes. La oración que me ocupa debió decir: “Fue presentada anoche”. Punto. 
  4. “El casino tiene un costo de entrada de 50 libras, y es visitado por 25.000 personas diarias”: Nota leída en un mensaje de internet sobre un lujoso casino internacional. Con ese valor por el derecho a ingresar es fácil imaginar las exuberancias que se hallan en su interior. (No ‘al interior’, como erróneamente escriben muchos). Lo que lo deja a uno pensando es esa clase de “personas diarias”, que allí ingresan. No en balde pueden pagar tan astronómica suma por el tiquete. Esos humanos deben de ser extraterrestres disfrazados de burgueses, ávidos de ‘tirarse’ la plata a como dé lugar. Pero no estoy seguro de esta especulación. Lo que paso a creer es que a ese casino entran diariamente 25.000 personas. Sí, de las comunes y corrientes; aunque tengan dinero para despilfarrar. El error en la oración fue el uso de adjetivo (diarias) en vez de adverbio de tiempo (diariamente). 
  5. “El Gobierno nacional y las autodefensas se sentaron en la mesa de negociaciones”: Cuando dialogaban unos y otros de los citados en la nota, en muchos periódicos escribían con esta oración. De muy mal gusto es que en unas conversaciones de paz, los involucrados tengan estas salidas de mala educación. Lástima grande que la urbanidad y los buenos modales hayan ido a parar al bote de la basura. Porque uno se sienta a la mesa, ayudado por una silla; no en la mesa. Corrección: “El Gobierno nacional y las autodefensas se sentaron a la mesa de negociaciones”. ¡El diálogo así resulta más cómodo! Y a lo mejor fructifica. 
  6. “El acto contó con la presencia de todas las fuerzas vivas del departamento”: Una expresión repetitiva y manida cada vez que hay actos con los que se rinde homenaje a alguien. Los redactores de las notas descriptivas de tales sucesos le meten las famosas “fuerzas vivas”. Hay una redundancia aquí. No habrá “fuerzas muertas” que ¡puedan ir a ningún acontecimiento! ‘Fuerza’ significa robustez, vigor, capacidad de ejecutar algo. Para eso se debe estar vivo. Y ‘viva’ significa que tiene vida (vigor, robustez). Opciones para ese giro repetitivo: “…contó con la presencia de representantes de la sociedad del departamento”; “Voceros de los sectores más representativos del departamento”; “Las fuerzas sociales del departamento”. 
  7. “El nuevo dirigente conservador ‘transfuguista’ aseguró que el uso de las amenazas con expulsión y destierro…”: A raíz de la ley que en Colombia permite que un militante de un partido lo abandone y se matricule en otro, a algunos periodistas les dio por inventar el adjetivo “transfuguista”. Aunque lo escriban entre comillas sencillas o dobles, es errado. En realidad lo que quieren decir es “tránsfuga”, vocablo perfectamente castizo, incluido en el diccionario oficial de la RAE. Así se le llama al que va de un partido político a otro. 
  8. “…se dejan en bolsas de plástico perforadas dentro de la nevera”: Así recomendaban, en una revista, cómo conservar unos alimentos. Pero la falta de sintaxis dañó esta oración gramatical. Porque aquí se dice que la perforación de las bolsas debe hacerse dentro de la nevera. Muy incómoda debe de resultar tal diligencia. ¡Es mejor perforarlas afuera! La expresión se hubiese podido reparar con una coma enseguida de la palabra “perforadas”. Pero más precisa todavía resulta si se escribe: “Se conservan dentro de la nevera, en bolsas de plástico perforadas”. ¡Qué importa si se han perforado en el sanitario, carajo! 
  9. “Los verdaderos conservadores no seguimos hombres, sino ideas, según los principios de nuestra causa”: Puede ser cierta la afirmación. Pero hubiese resultado correcta si entre el verbo (seguimos) y el sustantivo (hombres) hubieran “sentado” la preposición “a”, y le hubieran quitado esa coma sobrante. Así: “Los verdaderos conservadores no seguimos a hombres sino ideas, según los principios de nuestra causa”. 
  10. “Y el gobierno del presidente XX cómo lo ve en relación con esas prioridades”: En una entrevista del tipo pregunta-respuesta, en un periódico de Bucaramanga, escribían de esta forma uno de los interrogantes. Acusa dos desmanes idiomáticos: 1. En vez del artículo “el” debió escribirse la contracción “al”, puesto que se le preguntaba al entrevistado por su opinión acerca del gobierno ejercido por un presidente. “¿Y al gobierno del presidente XX cómo lo ve…?”. 2. Omitieron los signos de interrogación que, para estos casos, son insustituibles. Corrección: “¿Y al gobierno del presidente XX cómo lo ve, en relación con esas prioridades?”. 
  11. “Llevaba la camisa de su novia colocada”: ¿Quién será esa mujer colocada? O ¿en dónde estaría “colocada” la novia? Eso es lo que sugiere esta expresión. Pero el texto decía más adelante otros detalles, que indicaban otro asunto: un hombre se había puesto la camisa de su novia. Para que hubiese sintaxis en la oración debió escribirse así: “Llevaba puesta (no colocada) la camisa de su novia”. Ese es el derecho. ¡De la camisa y de la oración! 
  12. “Son exactamente más de diez mil usuarios”: Lo que hace el hablar por hablar, o escribir por escribir; esto es, sin meterle testa a la construcción gramatical de lo que se quiere decir. Si son más de diez mil usuarios, entonces no es tan exacta la cifra. Porque excede esa cantidad. Cabría el adverbio “exactamente” si la cifra fuese, por ejemplo, 10.650. Pero como hay un sobrante, que no se determina de momento, ese adverbio sobra. La expresión precisa es: “Son más de diez mil usuarios”. 
.Ω. Ω. Ω.
 
Nota del Director: Hemos tomado el siguiente artículo de opinión por considerarlo útil, puesto que aclara el uso del vocablo “revolcón”. Muchos, como es sabido, creen que él significa reestructurar para mejorar algo. Veamos que no.
 
¿Revolcar o limpiar la justicia?
 
De Edmundo López Gómez
 
No suelen los editores, ni de periódicos ni de revistas, repetir títulos de noticias, ya sea en carátulas o en primeras páginas, pues ha sido tradición titular con alguna originalidad, buscando los vocablos apropiados para referirse al mismo tema. Incluso, se sabe de editores previsivos que cruzaban espías para conocer el título «del otro periódico» para no repetirlo. Acaso no solamente por razones estéticas, sino comerciales, pues con los mismos títulos era indiferente comprar uno u otro periódico.
 
Era competencia comercial, pero a la vez una emulación sobre el conocimiento del idioma y el gusto por el diseño gráfico.
 
Son tantas las acepciones gramaticales, que los editores no tenían ayer problemas para escoger la palabra más apropiada y castiza para titular, siempre fieles a sus acepciones semánticas.
 
Valga la digresión para llamar la atención sobre la ya aceptada costumbre de algunos medios de titular con palabrotas, cuyo significado termina en distorsiones atroces del idioma y hasta podría decirse que también se cometerían «crímenes imperdonables» contra nuestra lengua castellana, por parte del autor de una expresión bárbaramente utilizada.
 
Vamos al grano, porque la introducción ha quedado larga. En los dos periódicos de mayor circulación del país, El Tiempo y El Espectador, se publicó la misma noticia con el mimo título. ‘Revolcón a la justicia’, tituló El Espectador; ‘Gobierno presenta revolcón de la justicia’, tituló El Tiempo.
 
Un miembro de la Real Academia Española se habría llevado las manos a la cabeza, desconcertado o incrédulo, porque en Colombia, al pretender «revolcar la justicia» se asimilaría tal hecho a algunos de los eventos traídos en el diccionario de María Moliner: «Tirar alguien al suelo y maltratarle contra él, particularmente el toro al torero, como ‘en el fango’ o ‘por los suelos’ «. Otras acepciones: «Echarse en el suelo o en un sitio sucio y dar vueltas EN o SOBRE ÉL. Volquearse. Confundir o derrotar al adversario mostrando la superioridad propia, particularmente en una discusión o en unas oposiciones para competición. Humillar a alguien en su presunción o en sus pretensiones, obstinarse en algo», y con el ‘revolcón’ -acción de revolcar- naturalmente se ensucian los seres humanos, los animales y las cosas.
 
La palabreja ‘revolcón’ fue introducida por el ex presidente Gaviria en el lenguaje político y seguramente devino del subconsciente porque él sí revolcó la doctrina liberal y llevó a su partido a la derrota y a la humillación, aplicando las acepciones clásicas que sí figuran en el diccionario de la Moliner.
 
En lo que se refiere a la reforma de la justicia, la propuesta del Gobierno parece bien encaminada, de acuerdo con las explicaciones dadas por el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras.
 
No se trata, en efecto, de ampliar solamente los períodos de los altos operadores de la justicia, sino también de quitarles las funciones electorales que, por cierto, no han cumplido satisfactoriamente, como no haber podido elegir Fiscal General de la Nación en un año, con grave omisión de sus deberes constitucionales.
 
Y conveniente resulta también descongestionar los despachos judiciales, mediante métodos excepcionales, para cerrarle las puertas a la impunidad, y fortalecer instituciones como la tutela, incluso contra sentencias judiciales, pero ejercida dentro de parámetros que no permitan abusar de ese recurso, en buena hora establecido por el constituyente.
 
En fin, lejos de revolcar la justicia, es necesario limpiarla de todo vicio.
 
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¡Atención instituciones, ONG, academias y similares!
 
Se necesitan instituciones académicas o similares, en todas las ciudades de Colombia, para promover de manera permanente conferencias y talleres de capacitación sobre: redacción correcta e influyente, técnicas de expresión oral, mejoramiento de la atención a los clientes, relaciones humanas de excelente calidad, comunicación eficaz en la empresa, entre otros temas. Excelente participación económica.
 
Interesados, por favor, establecer contacto por: castellanocorrecto@yahoo.es o mundodepalabras@gmail.com
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Madriguera idiomática

El jueves 12 agosto, 2010 a las 7:47 pm

Por Jairo Cala  Otero / Periodista – Cultor del español correcto 


1. «Era su primera visita y nos expresó que estaba admirado porque el país es otro distinto frente a la imagen que antes asustaba su mente”: En el primer párrafo del discurso del señor Uribe, ante el Congreso de la República el 20 de julio de 2010, se coló esta redundancia. Hablaba de un extranjero que expresaba admiración porque Colombia no le parecía lo que de él le habían dicho. Es otro país, claro. O es distinto. Pero quien le escribió el discurso al mandatario incluyó esos dos vocablos, que significan lo mismo. Luego redundó. La alusión presidencial hubiese sido precisa y exenta de error, así: “…porque el país es distinto frente a la imagen que antes asustaba su mente”.


2. «Vía al llano empieza a circular”: Así tituló una de sus noticias un espacio informativo de la televisión colombiana, en relación con la reapertura del tránsito de vehículos sobre la carretera Bogotá-Villavicencio, que había quedado bloqueada por un enorme derrumbe. Dos errores –supinos, además- contiene esta oración tan breve: uno, no fue la vía la que circuló nuevamente; las carreteras no circulan nunca. Fueron los carros que por ella se desplazan los que pudieron hacer tránsito, otra vez, después del desbloqueo. Dos, el “llano” -escrito así, como despectivamente- no es un lugar geográfico definido, como debe serlo para el caso de la capital del Meta. Los Llanos sí son una región colombiana ampliamente conocida. La enmienda: “Vía a los Llanos fue rehabilitada”; o “Vehículos circularon nuevamente con rumbo a los Llanos orientales”.


3. «Un niño menor de edad…»: Las personas desdeñosas de la importancia del idioma no cesan de incurrir en este error. Todos los días se usan expresiones como esta, en muchos medios periodísticos; los redactores judiciales, para ser más exactos, son sus autores. Hablan de los niños como «menores de edad», lo cual es apenas una obviedad. Mientras no se llegue a los 18 años de vida siempre se tendrá la condición de «menor de edad». Como no existen -ni existirán- «niños mayores de edad» es erróneo (por redundante) emplear la expresión citada. La oración cambia sustancialmente si, por ejemplo, se habla de «un niño, de 6 años» (con coma después del sustantivo «niño»). Porque los hay de muy variadas edades, hasta los 14 años, cuando comienza la pubertad (primera fase de la adolescencia). También es válido: «Un menor», sólo hasta ahí. Porque agregarle «de edad» es hacer que la cabra tire para el monte. Se volvería a caer en redundancia. ¿De qué más son los años que uno cuenta?


4. «En mi vida no me había sentido tan feliz»: Otra metedura de pata de los publicistas. En esta expresión, usada en un mensaje comercial para radio quien lo protagoniza cae en el absurdo. Porque uno se siente feliz (cuando así se siente) en su propia vida, no en la de los demás. (O también disfrutando la vida con los demás, que es otra variable). Y, además, es obvio que uno, si se siente feliz es porque está vivo. ¡Después de muerto nadie puede disfrutar de tal estado de ánimo! Opciones para ese mensaje radial: «Nunca me había sentido tan feliz», «Jamás me había sentido tan feliz», «Estoy muy feliz», «Nunca había estado tan feliz», entre otras posibles.


5. «Dos de las víctimas eran dos muchachas jóvenes«: Con esta expresión una conocida presentadora de un canal privado de televisión en Colombia informaba, desde Cali, sobre un atentado terrorista que dejaba varias víctimas. Pero incurrió en un error de redundancia, al utilizar el giro lingüístico «muchachas jóvenes». Es obvio que al referirnos a muchachas aludimos a personas, de sexo femenino, de poca edad. Y si hablamos de jóvenes, lo mismo; es decir, nos referimos a muchachas, a personas de poca edad. Pero, además, repitió el número de víctimas. Luego doble redundancia. La azarada comunicadora pudo haber dicho: «Dos de las víctimas eran jóvenes…»; o «Entre las víctimas figuran dos muchachas…», entre otras opciones.


6. «El saldo fue de 28 víctimas, o mejor, de 24 heridos y 4 víctimas mortales«: Otra muchacha de la pantalla chica fue la autora de esta expresión, con la que corrigió lo que ya había dicho de manera correcta. Es decir, desbarató lo que estaba bien. La oración «el saldo fue de 28 víctimas» era correcta, pues en el número incluía a las personas heridas en la tragedia que describía la periodista. Porque heridos y muertos, unos y otros juntos, ¡son víctimas! Los primeros de lesiones físicas; los segundos, de la muerte. En cambio, con el «remiendo» que introdujo («O mejor, de 24 heridos y 4 víctimas mortales») se ‘parrandeó’ el asunto, y terminó diciendo lo que la inmensa mayoría cree: que  víctimas son exclusivamente quienes pierden la vida de manera cruenta. No. Las autoridades lingüísticas aprueban que se hable de víctimas cuando aludimos a heridos y a muertos. Lo que hay que hacer es advertir quiénes son qué. ¿Muertos, heridos?


7.- «El vehículo arroyó al ciudadano cuando atravesaba la vía«: Dos fallas tiene esta oración. La primera es referente a lo que los académicos llaman «yeísmo». Es la pronunciación y escritura de la elle (ll) como ye (y). Dicen o escriben: Poyo, en vez de pollo; gayina, en lugar de gallina. La oración de la noticia citada incluyó ese fenómeno: «…arroyó al ciudadano…», cuando lo preciso era «arrolló», del verbo arrollar. (Atropellar un vehículo a una persona, animal o cosa). El segundo error consiste en que la construcción gramatical no permite saber si quien atravesaba la vía era el automotor o el peatón arrollado. ¿Cuando atravesaba la vía quién?, podemos preguntar. Para aclarar, entonces: «El vehículo arrolló al ciudadano cuando éste atravesaba la vía», si fuera del caso que así sucedió el hecho. O, «el vehículo arrolló al ciudadano, cuando se desplazaba a alta velocidad por la vía», si la referencia es al carro. El complemento «cuando se desplazaba a alta velocidad» (después de coma) nos indica que era el carro el que así transitaba, no el peatón. 

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Comunicación eficaz en la empresa



Conferencia-taller sobre cómo superar dificultades en las comunicaciones internas y externas en las empresas. Se abordan aspectos como:

  1. Génesis de la red global de comunicaciones.

  2. Masificación de usuarios en condiciones no aptas para usar la red.

  3. El lenguaje: su deslucimiento y extravío de su esencia.

  4. Uso correcto del correo electrónico en la comunicación interna y externa de la empresa.

  5. Textos y mensajes ideales para una comunicación fluida y eficaz (Informes corporativos, informes de quejas y reclamos, cotizaciones, entre otros).

Intensidad: cuatro (4) horas.

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Que Dios perdone a mis ofensores


Por Jairo Cala Otero /  Conferenciante – Cultor del español correcto


Treinta y ocho años de trajín en el mundo de la comunicación periodística y educacional son un gran capital. Lo es para quien, como yo, sabe apreciar cada paso hacia un objetivo claro y preciso: crecer y ser mejor persona. Sin ello no es posible avanzar por el llamado camino de la vida.


En mi caso todo ese tiempo ha estado, como es apenas natural, revestido de altibajos, y también de impulsos inesperados que han brindado emociones satisfactorias. Unas y otras facetas son el todo de la presencia humana en este planeta. Bajo sus directrices, inciertas como todo, nos movemos a diario.


No obstante, hoy debo ocuparme de un par de aclaraciones porque a muchos de mis compatriotas les dio por malinterpretar mi presencia en internet. Y por hacerlo, están pisando el patio de mi casa sin mi consentimiento expreso. Por un lado, me llegan a mis direcciones electrónicas trabajos para corregir gramaticalmente, y solicitudes para redactar textos; pero algunos corresponsales tienen la idea de que mis servicios son gratuitos. Error.


Por otro lado, algunos me agreden -a veces en tono elevado- porque, eventualmente, no están de acuerdo con lo que pienso y escribo; o, simplemente, con lo que retransmito de otros libre pensadores.


Sobre lo primero debo anotar con profundo respeto, elevado a la máxima potencia, que mis servicios no pueden ser prestados gratuitamente, por la misma razón que mis consultantes también trabajan a diario. Comprendo que muchos compatriotas profesen admiración por mis talentos y por lo que con ellos hago en internet, y que quieran aprovechar tal condición. ¡Gracias eternas por tal aprecio! Pero ello no abre de manera expedita la puerta para que lo que me ha costado dedicación, estudio, investigación, tiempo y dinero, sea una cantera a la que la gente acuda sin aportar siquiera mínima gratificación monetaria. Lo que hago es también un trabajo.


Son muchas las personas que me trasladan sus artículos de opinión, cuentos, narraciones, trabajos académicos, etc., con el encargo de que los componga gramaticalmente, porque no tienen la seguridad de haberlos elaborado de manera correcta. Pero no me preguntan, por delicadeza siquiera, cuánto vale mi aporte intelectivo.


Mi trabajo es tan digno como el más encumbrado; lo tengo en alto aprecio y estima porque lo quiero mucho, y lo valoro porque es mi fuente de supervivencia. Si lo regalara nadie le daría suficiente valoración. Si lo obsequiara contribuiría a prostituir lo que yo mismo he construido con sacrificios. No creo que exista persona alguna que trabaje por la sola complacencia emocional de hacerlo, sin devengar dinero por su esfuerzo y dedicación. Ni Carlos Slim, el hombre más rico del planeta, deja de ganar dinero, a diario, pese a su archimillonario capital de 53 mil millones de dólares.


El otro aspecto también es de considerarse. Sé que hay gente muy susceptible, la comprendo y la considero. Son personas que se irritan fácilmente, algún problema de personalidad deben de tener pero no soy quién para juzgarlas. Sé también que mi campaña pedagógica para que se use correctamente el español no lesiona a nadie. Por lo menos no le veo esa arista negra que unos pocos le ven. Aún así respeto profundamente la voluntad de quienes no están de acuerdo con mi labor. Así se lo hago saber a cada quien que me escribe con injurias y términos soeces, en reacción salvaje porque a su casillero electrónico entran mis artículos idiomáticos.


Son personas distraídas. Porque lo primero que siempre hago es pedir autorización para que las direcciones electrónicas figuren en mi banco de contactos. Que no lean no es mi defecto, es el de ellas. Luego, si no consideran de su interés mis escritos sobre español correcto y me lo manifiestan, borro sus direcciones. Así de simple. Pero hay quienes por no leer, o por no comprender mi petición (problema que tampoco es mío) me increpan por qué tengo sus direcciones electrónicas, y por qué les mando lo que escribo.


Da tristeza que haya seres que se amargan tan fácilmente. Y que ignoren cómo funciona el mundo globalizado de hoy. Lo práctico y fácil es eliminar los mensajes que ingresan a nuestros buzones electrónicos si ellos no nos agradan. ¿Para qué desgastarse y llenarse de furia agrediendo a los demás si un ejercicio simple como ese puede desaparecer aquello que desagrada? ¿Para qué perder tiempo en esa tarea que denigra de la persona? Dicen que no tienen tiempo para contestar mensajes, pero curiosamente les sobra para enviar alborotos y agresiones contra otras personas. ¡Qué extraña contradicción!


Yo sólo aspiro a obtener la humana comprensión de los once mil lectores que están registrados en mi banco de contactos. Y a que mi franqueza no genere malquerencias entre los solicitantes de ayuda gratuita. Esa sí sería una página triste en el historial que he escrito durante treinta y ocho años. Estoy seguro de merecer respeto, porque lo he labrado honestamente. Y porque también lo doy con generosidad a los demás.


Que Dios perdone a mis ofensores. ¡Yo ya lo hice!


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Escriben los lectores


Muchas gracias por los textos que me ha enviado. Han sido muy útiles y entretenidos. Espero seguir recibiéndolos, y si cometo algunos errores usted me sabrá disculpar.

Cordialmente,

Manuel Alfonso Caro

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Muy bueno el rediseño y el resaltado de los errores, con su correspondiente corrección. De nuevo, muchas gracias por sus envíos. Sirvo de caja de resonancia, pues su material lo reenvío a mis compañeros de Cromos, Shock y El Espectador, aparte de amigos interesados en el buen manejo del idioma. ¡Ah!, lógicamente con su correspondiente crédito, Jairo, pues hay que respetar y hacer respetar la propiedad intelectual.

Un abrazo,

Edwin Bernardo Rivera Gómez

<>

 

Me encanta recibir constantes artículos a través de los cuales puedo ampliar mi conocimiento sobre el correcto uso del español. Cuente con mi autorización para seguir enviando todos los que considere pertinente para ese propósito. En cuanto pueda «pagaré» y asistiré al curso que también programa para ello.

Cordial saludo, y gracias por su interés en ayudar a fomentar el correcto castellano.

Adda Patricia Gutiérrez Cianci

<>

 

Jairo, gracias por incluirme en sus envíos sobre el correcto uso del español.

Cordial saludo,

Franz Mutis Caballero


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NO SE DICE: Fleteo (del verbo fletear, significa transportar una carga de un lugar a otro. En Cuba, se dice de una prostituta que recorre las calles en busca de clientes).


SE DICE: Atraco, asalto.

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Madriguera idiomática

El martes 27 julio, 2010 a las 5:27 pm
Por Jairo Cala Otero – Cultor del español correcto
1.- “Nueva chuzada al presidente Álvaro Uribe Vélez”: Titular de un periódico colombiano. La noticia indicaba que el teléfono del Jefe de Estado había sido interceptado por desconocidos, de manera ilegal. Lo que no “cuadraba” en el titular de prensa era que la expresión utilizada afirmaba que el “chuzado” había sido el Presidente de los colombianos, no su teléfono. El significado real de “chuzar” es: punzar, herir, pinchar. El vocablo se usa metafóricamente para describir que una línea telefónica ha sido interceptada para escuchar lo que por allí se conversa. Además, debió usarse ese término entre comillas. Ese titular pudo haber sido: “Chuzado, otra vez, teléfono presidencial”; “Nueva ‘chuzada’ a teléfono del Presidente”; “Reiteran ’chuzada’ al teléfono de Uribe”, entre otros similares.
2.- “¿Cuánto le costó ese dividí?”: Pregunta formulada por un periodista a un comprador. Escrita así, la palabra “dividí” (con tilde, además) deja de ser el objeto que todos conocemos, que sirve para reproducir sonidos e imágenes, y se convierte en una inflexión del verbo dividir. (Dividí, primera persona del verbo, tiempo pretérito del modo indicativo). Pero aun si la hubiera escrito DVD (por la sigla en inglés), cabe recordar que su lectura no es “dividi” -como estila mucha gente, de manera equivocada- sino DEVEDE. En inglés se lee como muchos hispanohablantes pronuncian: di-vi-di-, porque así se denominan esas letras en aquel idioma. Pero como en Colombia hablamos y escribimos en español (ese es el idioma oficial consagrado en la Constitución Nacional), no hay razón para pronunciar en inglés, mucho menos para escribirlo como se pronuncia, en una especie de “españolización” del vocablo.
3.-“Si es llegado a encontrarse culpable afrontará una condena de 15 años de cárcel”: Un redactor judicial escribió este galimatías en una información. Quiso decir que si un acusado era hallado culpable por la autoridad judicial que lo juzgaba, podría enfrentar prisión durante 15 años. Pero el desorden o confusión hizo deslucida la oración gramatical. Hubiese quedado más directa y correcta si hubiera escrito, por ejemplo: “Si es encontrado culpable, afrontará una condena de 15 años de cárcel”; o “Si se le halla culpable enfrentará una condena… ”. Sencillamente, sin innecesarias vueltas.
4.- “La víctima bajó de un bus de transporte urbano y fue abordado por un joven que…”: De una noticia judicial en un diario colombiano. Tiene una discordancia de género. Ese error lo cometen frecuentemente muchos periodistas. Tienen la idea de que si la víctima es un hombre, es válido usar verbos o adjetivos en género masculino para aludir a ella, como ocurrió en este caso al usarse el verbo “abordado” (en participio). No es correcta esa construcción. Debió escribirse: “La víctima bajó de un bus de transporte urbano y fue abordada por un joven…”. Aunque, como en efecto, la víctima fuera un hombre, pues el sustantivo “víctima” es de género femenino. Distinto resultaría si se hubiera acudido al giro: “El hombre se bajó de un bus de transporte urbano y fue abordado por un joven…”. En este caso sí hay concordancia de género, es decir, sustantivo y verbo coinciden en el mismo género (masculino, en el ejemplo).
5.- “El impacto fue tan fuerte que sólo sobrevivió la cola del avión”: Noticia en un diario de circulación nacional acerca de una catástrofe aérea. Tiene la imprecisión de haberse usado el verbo ‘sobrevivir’ para referirse a un objeto (cola de avión). En verdad sólo sobreviven las personas y los animales. Así está consignado en el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española): “Sobrevivir: 1. Dicho de una persona: Vivir después de la muerte de otra o después de un determinado suceso. 2. Vivir con escasos medios o en condiciones adversas”. El redactor de la noticia pudo, entonces, haber usado otro verbo -no “sobrevivir”- para decir que la cola del avión fue lo único intacto que quedó del siniestro. “El impacto fue tan fuerte que sólo quedó intacta la cola del avión”; “El impacto fue tan fuerte que apenas quedó buena la cola del avión”, entre otros posibles giros lingüísticos.
6.-“Se necesitan leyes duras para combatir el abuso de los niños”: En una información sobre las atrocidades que se cometen contra los infantes, apareció esta contrariedad, que acusa injustamente a los pequeños. La expresión lo que dice es que ¡los niños son quienes incurren en abusos! (¿Contra los adultos, acaso?). Y eso ¡es una calumnia! Son los niños las víctimas de los abusos. Luego la oración precisa debió ser: “Se necesitan leyes duras para combatir el abuso contra los niños”. Eso es diferente. Si es así, que vengan todas las campañas para salvar a los niños de los abusos de tantos depravados. Las preposiciones son para usarse apropiadamente, dan un sentido preciso a las expresiones.
7. “Le agradezco por el favor y cualquier cosa lo estaré molestando”: Dos oraciones distintas unidas incorrectamente por la conjunción copulativa ye (y). “Le agradezco por el favor” es una oración simple. Ahí muere, con punto. “Cualquier cosa lo estaré molestando” es otra oración simple, pero con el agravante de que incluye una proposición que no dice nada: ‘cualquier cosa’. Lo correcto hubiese sido: “Lo molestaré, si lo necesito”. Se volvió costumbre manida entre muchas personas usar esa expresión (cualquier cosa) para advertir que si algo llegase a suceder en determinado sentido, habrá una reacción o un procedimiento posterior. Dicen: “Cualquier cosa me llama”; “Si cualquier cosa yo voy a su casa»; “Cualquier cosa yo lo arreglo a golpes”; “Cualquier cosa mejor me prevengo”, etcétera. Todas son expresiones sin sentido completo, pues aquella muleta inútil le resta vitalidad a lo que se quiere decir.
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TÉCNICAS PARA HABLAR CON SEGURIDAD EN PÚBLICO
La comunicación oral es fundamental en la vida de todos los seres humanos. No obstante existen factores negativos que perturban los procesos comunicativos. Obedecen a la ausencia de técnicas y estilos definidos en el hablante, para hacer que sus ideas y sentimientos lleguen con coherencia a los oyentes.

Un proceso de capacitación, para adquirir habilidades en la comunicación oral ante los demás, facilita el allanamiento de esa senda. Y abre horizontes para que aquello que quiere transmitirse conserve inteligibilidad, claridad y cautividad.

El taller “Técnicas para hablar con seguridad en público”, proporciona sencillas y eficaces herramientas verbales que apuntan a la consecución de tales objetivos.

Contiene los siguientes fundamentos:

* Proceso para perder el temor a hablar ante los demás
* El arte de improvisar una exposición oral (Ejercicios)
* Método técnico para pronunciar un mensaje oral (Teoría y ejercicios)
* Lectura eficaz (entonación, puntuación, pronunciación y comprensión – Práctica)
* Vocabulario: portal infaltable para alcanzar fluidez verbal
* Lenguaje influyente, preciso y correcto (valoración individual)
* El lenguaje corporal y gestual (Ejercicios y valoración individual)
* La mirada y sus puntos de enfoque (Teoría y ejercicios)

Duración
El taller tiene una intensidad de diez (10) horas.

Valor
Noventa mil pesos ($ 90.000) por cada participante. En cada taller no habrá más de veinticinco (25) personas.
Nota valiosa: La capacitación se desarrolla en cualquier ciudad de Colombia. Personas o instituciones interesadas en promoverla obtendrán comisión monetaria.
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Madriguera idiomática

El miércoles 21 abril, 2010 a las 8:57 am
Por Jairo Cala Otero
Redactor y corrector de textos
1. «La reelección dependerá de Diós y la Corte»: Uribe Vélez: Ese debe de ser un Dios particular que el señor Uribe tiene. Porque su nombre no es el mismo del que todos invocamos y veneramos. Diós (con tilde, como lo escribieron en un diario de circulación nacional) debe de ser una deidad divina que tiene pacto con el Presidente de la República. Seguramente por eso era que él lo había invocado para que la ayudara en su particular interés de seguir gobernando “ad infinitum” este país. Corrección: “La reelección dependerá de Dios y la Corte”. (Ya Dios intervino en ese asunto).

 

2. “Con tres cambios determinantes, la Comisión pretende volver a cambiar las bases para la entrega del tercer canal privado”: Una nota muy “cambiada” pero dice lo mismo. Lo cual no cambia nada. Eso ocurre cuando los redactores son “enemigos naturales” de los diccionarios, y los sinónimos no les funcionan. ¡Cómo es de importante la diversificación de las palabras mediante un abundante léxico! Pero para adquirirlo hay que leer ese librito, considerado el menos consultado de todos los existentes: el diccionario.

 

3. “Con todo y eso el conductor del vehículo se negó a llevarlo al hospital porque decía que no era su culpa”: El asunto noticioso hablaba de un chofer que había arrollado a un peatón, y se negaba a transportar a la víctima a un centro asistencial. ¿Pero qué es “con todo y eso”, que el redactor no identificó? Se trata de una de las llamadas “frases hechas” que el vulgo suele crear, pero que en el lenguaje esmerado no quedan bien “paradas”, porque, sencillamente, no dicen nada. Sólo son rellenos o retórica inane.

 

4. “Indígenas le piden a las Farc decir si ellos atentaron contra Daniel Piñacué”: En este titular de prensa hay tres deslices idiomáticos. Aunque a simple vista parece no haber ninguno. El primero, el dativo “le” debió ser en plural (les), puesto que hace referencia a un sustantivo en plural. El segundo, el acrónimo de las FARC debe escribirse en mayúsculas, porque así lo indica la norma para este tipo de vocablos (Sin importar que ese sea un grupo ilegal). Y el tercero, una falta de concordancia de género. Si FARC son “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (de género femenino), el pronombre de tercera persona del verbo, en plural (ellos), quedó mal. Debió escribirse “ellas” para que hubiese concordancia de género. Veamos: “Indígenas les piden a las FARC decir si ellas atentaron contra Daniel Piñacué”.

 

5. “Los invito a leer el libro ‘Cómo decir adiós’, de Debra Adelaide, lo leí en estos días de descanso y se los recomiendo de todo corazón”: Es frecuente, especialmente en registros populares o coloquiales, “trasladar a la forma singular del pronombre átono de acusativo en función de complemento directo el rasgo de plural correspondiente al complemento indirecto, cuando este va representado por la forma invariable se”. El error de esta cita está en que se dice, en la segunda oración: “…lo leí en estos días de descanso y se LOS recomiendo de todo corazón”, cuando debió ser: “…y se LO recomiendo de todo corazón”. Aquí no importa a cuántas personas se está dirigiendo el hablante. Es como decirles: “Se LO recomiendo a todos” (El libro). “Aunque en algunos países esta transferencia indebida se ha extendido incluso entre hablantes cultos, se recomienda evitarla en el habla esmerada”, ha dicho la Real Academia Española –RAE-, y a eso debemos atenernos.

 

6. “…los llene de paz, esperanza, de fé, para que en este mundo hayan muchos corazones dispuestos ayudar a este hermano país”: Muy buenos la intención y los deseos. Pero muy mal escritos. Porque “fe”, por ser monosílabo, no lleva tilde; “hayan” es un desliz protuberante. Se dice y escribe “haya” aunque la oración lleve un plural. Y, por último, omitieron la preposición “a” entre “dispuestos” y “ayudar”. Corrección: “…los llene de paz, esperanza, de fe, para que en este mundo haya muchos corazones dispuestos a ayudar a este hermano país”.

 

7. “Angustia y violencia se apoderó de Haití”: Así decía un titular de prensa. No hay concordancia de número, aunque su contenido haya sido muy cierto. Como “angustia” y “violencia” son dos asuntos, constituyen plural; por tanto, el verbo (apoderó) debe escribirse también en plural para que exista la debida concordancia de número que manda la norma lingüística. Así, entonces, el titular debió ser: “Angustia y violencia se apoderaron de Haití”.

 

8. “La Policía también advierte que desde las cárceles se vienen haciendo ‘llamadas millonarias’ donde los delincuentes engañan a las víctimas diciéndoles que se acaban de ganar un determinado premio, el cual para que se haga efectivo deben consignar cierta cantidad de dinero en una cuenta bancaria”: Tres fallas idiomáticas en esta expresión, publicada en un Diario de Bucaramanga. La primera: no cabe el adjetivo “millonarias” para las llamadas. Las millonarias seguramente sean las extorsiones de los hampones. Dos, el adverbio de lugar (donde) carece de función con respecto al sustantivo “llamadas”, porque éstas no son un lugar sino un procedimiento; son algo intangible. Y tres, la segunda parte es un galimatías, está enredada, mal escrita. Corrección: “…se vienen haciendo ‘llamadas’ mediante las cuales (o en las que) los delincuentes engañan (…) el cual harán efectivo cuando se consigne una cantidad de dinero…”.

 

9. “En Sogamoso (Boyacá) falleció la abuela del sargento segundo Luis Arturo Arcia, Helena Avellaneda, quien lleva 12 años en manos de las Farc como secuestrado”: Por falta de sintaxis esta oración quedó confusa. Los nombres del sargento y de su abuela quedaron unidos, pese a que llevan una coma (,) de por medio. Y, como consecuencia de esa metedura de pata la abuela quedó señalada como “quien lleva 12 años en manos de las FARC…”. Corrijamos: “En Sogamoso (Boyacá) falleció Helena Avellaneda, abuela del sargento segundo Luís Arturo Arcia, quien lleva 12 años secuestrado por las FARC”. (Este acrónimo se escribe en mayúsculas sostenidas, como ya se dijo).

 

10. “La segunda dupla la conforman soñadores, que piensan que la vida y los recursos públicos son sagrados, que no concertan con la politiquería tradicional”: De un articulista de un Diario de circulación nacional es esta expresión. Pero él no concierta la conjugación del verbo concertar, por lo que se nota. Por eso escribió “concertan”, que es incorrecto. Muchos creen que este término hace referencia sólo a las presentaciones artísticas, a los conciertos. No es así. Aquí el sentido es acordar, pactar, arreglar según una conveniencia. Enmienda: “La segunda dupla la conforman (…) que no conciertan con la politiquería tradicional”. Así, el concierto de la política nueva “suena” mejor.
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TÉCNICAS PARA HABLAR CON SEGURIDAD EN PÚBLICO
Taller práctico de expresión oral
Use el poder de las palabras para superar barreras de comunicación personal. Venza la inseguridad y adquiera distinción al dirigir la palabra a sus semejantes.
Plan de capacitación:
  • Cómo vencer el temor y la inseguridad (Ejercicios de inducción).
  • Ejercicios de neurolingüística para obtener seguridad y auto confianza.
  • Lectura eficaz (entonación, puntuación, pronunciación, comprensión).
  • El arte de improvisar una exposición.
  • Metodología para hacer una exposición verbal.
  • Vocabulario: portal indispensable para conseguir fluidez verbal.
  • El lenguaje corporal: manejo de ojos, manos y extremidades inferiores.
 MODALIDAD: Grupal. No más de 25 personas en cada taller.
INSTRUCTOR: Jairo Cala Otero, periodista, instructor en comunicación eficaz, pedagogo de la palabra, promotor del español correcto y corrector de gramática. Treinta y siete años de trayectoria profesional.
CONTACTOS: 313 248 2049 – 313 248 2049 / 657 02 06
 
Se atienden solicitudes de todo el país
 
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Madriguera idiomática

El miércoles 17 marzo, 2010 a las 10:53 pm
Por Jairo Cala Otero / Periodista – Corrector de gramática

1. “…como si estos dos últimos fueran los que decidieran los destinos de este país; que necesita son estadistas y no oportunistas”: Construcciones gramaticales como esta abundan. Se incluyen los verbos ser y estar sin necesidad alguna. En este caso, “son”, tercera persona del plural en tiempo presente del modo indicativo, sobra. Para añadir al error de esta oración, el redactor puso punto y coma después de la palabra “país”. En realidad, iba una coma. Mejorando además el estilo, esa expresión queda mejor así: “…como si estos dos últimos fueran quienes decidieran los destinos de este país, que necesita estadistas, no oportunistas”.

2. “…que los colocó en la picota pública”: Expresión en labios de una periodista de un canal de televisión colombiano. Se refería al caso de dos jóvenes de Arauca, que fueron escarmentados irresponsable y falsamente en la red Facebook. Al problema de ellos se sumó el que generó la colega con el mal uso del idioma. Porque empleó el verbo “colocar” en vez de poner, que era el preciso en este caso. Y, además, cayó en redundancia al decir “picota pública”. Picota, como se sabe, era una columna de piedra o de fábrica, “que había a la entrada de algunos lugares, donde se exponían públicamente las cabezas de los ajusticiados, o los reos”. Luego si tal artificio era público, sobra decir que la picota es pública. Corrección: “… que los puso en la picota”. Para quienes alegan que el término se confunde con el nombre de la cárcel, hay que advertirles que en ese caso se escribiría “La Picota”. Con mayúsculas iniciales, por tratarse de un nombre propio.

3. “Más vale que se quede cayado porque el que tiene rabo de paja…”: Un forista, que firma como “Bendesido”, en la página virtual de un periódico colombiano, cae en dos errores: por un problema de “yeísmo” confunde el “palo o bastón corvo por la parte superior, especialmente el de los pastores para prender y retener las reses, o también el báculo pastoral de los obispos”, con el participio del verbo callar (callado). Y, para completar la metedura de pata, su seudónimo deja que pensar. Porque como lo escribe más parece maldecido. Sí, maldecido, que es también participio irregular de maldecir. El otro es maldito. Arreglemos esto, entonces: “Más vale que se quede callado, porque el que tiene rabo de paja…” (Bendecido).

4. “Trece de estos últimos fueron los que terminaron ayer en el patio oficial, por prestar un servicio ilegal”: El “famoso” que galicado salió a relucir aquí. Una noticia hablaba de la retención de 13 vehículos cuyos conductores ejercían transporte “pirata”. Pero se contó con ese error. Enmendemos: “Trece de estos últimos terminaron ayer en el patio oficial, por prestar un servicio ilegal”. El giro “fueron los que”, es incorrecto.

5. Las localidades favorecidas con el programa son los municipios de…”: Aquí hay una discordancia de género. Se mezcló una forma femenina con otra masculina, y aunque entre humanos eso es lo natural, en español no funciona. El sorteo hubiese quedado mejor descrito así: “Las localidades favorecidas con el programa son tales y cuales”; o “los municipios favorecidos con el programa son tales y cuales”. Directo, sin rodeos innecesarios, que estropean la construcción gramatical.

6. “Agregue una cucharadita de las pequeñas…”: Quizás quede sabrosa la receta de cocina. Pero la forma de indicar su preparación, no. Al hablarse de una cucharadita se señala que se trata de una cuchara pequeña. Eso dicen los diminutivos. Luego sobraba haber advertido que la cucharadita debía ser pequeña. “Agregue una cucharadita de…”. Así la receta culinaria queda bien en toda su composición.

7. “Yo mismo me acuerdo cuando comencé…”: Cita de un cantante colombiano, en una entrevista para un periódico nacional. ¡Qué prodigio de persona, pues se acuerda ella misma de sus asuntos! El revés es más notorio cuando el periodista que transcribió el reportaje lo dejó pasar inadvertidamente. No es pecado, ni venial ni mortal, que cuando el entrevistado meta “las de caminar” el entrevistador enmiende sus errores. Mientras no descontextualice lo que aquel afirma, se vale esa clase de ayudas. El redactor de esta expresión pudo escribir: “Yo me acuerdo cuando comencé…”. Así habría dejado bien parado al cantante, que aquí “desafinó”.

Bucaramanga, marzo de 2010
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Madriguera idiomática

El martes 19 enero, 2010 a las 5:52 pm
Por Jairo Cala Otero / Periodista – Corrector de gramática y estilo

1. «Permítanos iniciar nuestra alianza; la que estamos seguros va hacer muy fructífera económicamente para las partes»: Un periodista y abogado envió por correo electrónico un mensaje comercial para ofrecer sus servicios. Incluyó un error de puntuación y un tremendo descalabro lingüístico. Veamos: en alianza no debió escribir punto y coma sino coma. Y después vino la debacle porque escribió: “Estamos seguros va hacer…”, cuando debió escribir: “Estamos seguros de que va a ser…”. Aconsejable que el periodista-abogado haga también una firme alianza con la gramática española.

2. “El príncipe de España cumple 40 años, está casado con dos hijos…”: Descripción que hiciera una periodista en televisión sobre el príncipe Felipe. Pero por la falta de coherencia y sentido común –que, dicen, es el más abundante, pero no se aplica- la comunicadora metió la pata al decir que “está casado con dos hijos”. De tal suerte, lo puso como un hombre depravado que lleva una vida marital con su progenie. ¡Bárbara descachada! En verdad lo que debió decir fue: “…cumple 40 años, está casado con Letizia Ortiz Rocasolano y tiene dos hijos” (O es padre de dos hijos). ¡Es abismalmente diferente!

3. “…a propósito de la audiencia pública que se llevará mañana”: Oraciones amputadas como esta suelen usarse con mucha frecuencia. Aquí da la sensación de que la anunciada audiencia fuera a ser trasladada (llevada) a otra ciudad, pero no se dice a dónde. En verdad no había ningún traslado, lo que quiso decir quien pronunció esta expresión en una emisora de radio fue que una audiencia se iba a llevar a cabo al día siguiente; es decir, se iba a producir, a realizar, a efectuar. Debió, entonces, decir: “…a propósito de la audiencia pública que se llevará a cabo (o se realizará) mañana”. Harían falta también audiencias públicas para juzgar a quienes hablan mal.

4. “Durante más de dos horas y media duró la reunión”: Aquí sobró la preposición “durante”, o pudo usarse otro giro lingüístico. Pero no este porque con él se dice una incoherencia. “Más de dos horas y media duró la reunión”, es una opción. “Durante dos horas y media deliberó la reunión”, es otra. Se nota que el autor de la oración no conoce las preposiciones ni su adecuado uso.

5. “Hay un represamiento de carros en el sector…; se le recomienda a los vehículos que no circulen por esa zona”: Muy bueno que, en lugar del poco ortodoxo vocablo “trancón” (que pareciera derivar de una tranca enorme, aunque ya tiene aprobación de la RAE) se use represamiento (o congestión, o embotellamiento). En cambio, muy malo que en la oración complementaria se diga que la sana recomendación es para los vehículos. Debió ser para sus conductores, pero usando el dativo de tercera persona del pronombre “le” en plural, como corresponde. “…se les recomienda a los conductores de vehículos que no circulen por esa zona”. Y a quienes hablan y escriben mal se les recomienda aprender gramática elemental española.

6. “…son investigados por la muerte de una niña, que murió por falta de atención medica”: Es claro que puede deducirse lo que quisieron decir en esta oración. Pero no por ello hay que admitir que se omitan deportivamente las tildes, como sucedió con la que requería el término “médica” (palabra esdrújula). Distinto sería si se dice de alguien que aplica un procedimiento médico: “El doctor fulano medica muy bien a sus pacientes”. Es decir, administra procedimiento médico a sus pacientes. Pero en el caso de la niña ella requería atención médica, con tilde. Además, esta nota tiene una falla: repite la referencia a la muerte (Muerte de una niña, que murió…) En cambio, pudo escribirse: “…por la muerte de una niña, ocurrida por falta de atención médica”.

7. “El cuerpo de Wilber Varela y de otro hombre que le acompañaba, será enviado a…”: ¡Qué fenómeno más curioso! Hasta ahora se sabía de personas que tienen dos sexos. Se les llama hermafroditas. Pero no sabíamos nada sobre que un solo cuerpo sirviera simultáneamente para dos personas. Así se colige de la oración gramatical en cita. “El cuerpo de Wilber (…) y de otro hombre…”, y para colmo se remacha el error con los verbos “será” y “enviado” en singular, lo cual reafirma que un único cuerpo era del narcotraficante y de otro individuo. Opciones para la expresión: “El cuerpo de Wilber Varela y el de otro hombre que le acompañaba serán enviados a…”; Los cuerpos de Wilber Varela y de otro hombre que le acompañaba serán enviados …”.

8. “El cadáver fue encontrado baliado…”: Tras de cotudos, con paperas. Además de muerto, mal descrita la forma como le quitaron la vida. “Baliado” no es el término correcto. El participio de “balear”, verbo castizo para decir que se disparan balas sobre alguien, o se tirotea a alguien, es “baleado”. Pero, además, hubo cacofonía en la expresión puesto que chocan dos participios, uno detrás del otro: encontrado y baleado. Esas dos terminaciones (ado) hacen malsonancia.

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Madriguera idiomática

El sábado 26 diciembre, 2009 a las 4:13 pm

Por Jairo Cala Otero
Periodista – Corrector de gramática y estilo


“La crisis se agudizó al interior del Partido Liberal”: Es impropio el giro “al interior de”, que muchos periodistas usan regularmente en sus noticias. Como sustantivo el vocablo “interior” significa que hace parte de dentro. Por eso no es aconsejable emplear ese malsonante giro (al interior de) cuando la idea de movimiento o dirección está ausente (Como en el ejemplo citado aquí). En cambio ese giro es adecuado si expresa la idea de dirección. (“Los jóvenes fueron obligados a dirigirse al interior de la oficina”; “Él miraba al interior de su aposento”). Conclusión: también la crisis sigue haciendo estragos entre los periodistas y similares.

“El escritor ha publicado otro libro. Se trata de un refrito de trabajos anteriores”: La Fundación del Español Urgente –FUNDEU- advierte que la expresión “se trata de” no debe llevar sujeto cuando se utiliza en lugar de la forma verbal “es”. Y añade que “para referirse a algo ya mencionado, en español se emplea con frecuencia la locución ‘se trata de’ con el sentido de es”. Esa expresión está bien empleada sólo cuando se usa como impersonal y en tercera persona del singular. Por lo tanto, son incorrectas las construcciones en las que se le adjudica un sujeto, como “El libro se trata de una novela”. O aquellas otras en las que se emplea el verbo en plural porque su complemento va en plural, como en “Se trataba de partidos de Segunda División”. Como el giro tiene carácter impersonal debe decirse: “El escritor ha publicado otro libro. Es un refrito de trabajos anteriores”.

“Proxeneta tras las rajas”: ¡Tamaña metedura de pata! Por un lado, una vocal (la a) sustituyó a otra (la e) y le dio rumbo erótico-vulgar a la oración gramatical del ejemplo (En realidad se quiso decir: “Proxeneta tras las rejas”, es decir, preso). Y, por otro lado, no pudo haber sido más coincidente la turbación mecanográfica del autor de la sentencia noticiosa, con la actividad de la persona que había sido privada de su libertad por las autoridades de Policía, por andar promoviendo la prostitución entre mujeres (Estuve tentado a escribir “entre las rajas”). De tal modo que parecería que el subconsciente del redactor se encaminó hacia la senda morbosa; por eso asoció proxeneta con “rajas” en lugar de con rejas. Porque en términos vulgares al órgano sexual femenino se le dice así: “raja”. ¡Guau!

“Director, Fulano y Mengano”: Así dice la presentación de un conocido noticiero radial, en Colombia. Ofrece un problema: no hay concordancia entre el adjetivo (Director) que es de número singular y los sustantivos propios Fulano y Mengano, que forman un plural. Lo más relevante es que el director nacional de ese noticiero es un virtuoso periodista, escritor y miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Este error, sumado a los múltiples que los periodistas por él dirigidos cometen a diario, indica que allí se descuida la elemental tarea de usar apropiadamente el idioma. Aquella presentación para los informativos debería decir: “Directores, Fulano y Mengano”.

“Buenos días, don Juan. ¿Cómo le amaneció?”: Saludo seguido de una pregunta de doble filo, de una vendedora de chance. Cuando escuché tal interrogación miré a don Juan y quedé a la expectativa de la respuesta que pudiera dar. “Bien”, dijo. Entonces supe que él no había caído en la cuenta del doblez de la pregunta. Porque hubiese podido responder, por ejemplo: “Me amaneció bien y dispuesto, gracias a Dios”. Porque ese dativo de tercera persona (Le) –que no debió usar la vendedora de fortuna- viene a constituir, además de error idiomático, una ocasión para que el pensamiento se extravíe hacia senderos sexuales. Lo correcto, entonces, es decir: “Buenos días…¡Cómo amaneció?”.

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Madriguera idiomática

El martes 12 mayo, 2009 a las 1:33 pm

Unos verbos espurios

Por Jairo Cala Otero / Periodista – Corrector de gramática y estilo

1.- “Preveer”: Forma extendida que se da en muchos medios de comunicación al verbo “prever”, en una clara confusión con otro verbo: “proveer”.

El primero está formado por un prefijo (pre) y el infinitivo ver –prever-, que significa ver con anticipación; adelantarse a avizorar una situación determinada. No tiene que ser una vista física de algo o alguien. Funciona también en sentido figurado.

Ejemplos:
-El Gobierno prevé (con tilde) que la crisis económica reducirá el empleo”.
-Las autoridades previeron las consecuencias de la excesiva libertad.
-El comercio organizado prevé buenas ventas en la próxima temporada de Navidad.

No son, por tanto, correctas las siguientes expresiones:

-El Gobierno prevee que la crisis económica reducirá el empleo.
-Según se prevee todo saldrá bien.
-El candidato prevee lo que se aproxima.

Este error se extiende a todos los tiempos y formas del verbo prever: prevee, preveemos, preveímos, preveerán, etc. en lugar de: prevé, prevemos, previmos, prevén. Resumiendo: prever debe conjugarse como ver, no como proveer, que significa suministrar algo a alguien.

2.- “Sisbenizar”: Muchos periodistas y servidores públicos usan este vocablo como verbo, a partir del sustantivo SISBEN (con mayúsculas sostenidas porque es una sigla). Es incorrecto, por inexistente. No todos los vocablos que terminan en los sufijos ar, er, ir, han de considerarse verbos; sólo lo son aquellos que implican una acción definida y que sirven de soporte al sujeto de la oración.

SISBEN, como se sabe, es un sistema del Gobierno para brindar asistencia en seguridad social a las clases más desfavorecidas del país. No tiene conjugación. Por tanto, es impreciso decir: “Las familias serán ‘sisbenizadas’ el sábado venidero”; “Tres mil doscientas personas fueron ‘sisbenizadas’ por la alcaldía”; “Los campesinos de la vereda Espantan Perros se ‘sisbenizaron’ ayer”. Para significar tales acciones es preciso decir: “Las familias fueron vinculadas al SISBEN el sábado”; “Tres mil doscientas personas gozan del SISBEN de la alcaldía”; Los campesinos de la vereda Espanta Perros tienen SISBEN desde ayer”. Para eso hay diversidad de giros lingüísticos en nuestro idioma.

3.- “Incautar”: Para llegar al fondo de este verbo es preciso saber su definición: “Dicho de una autoridad judicial o administrativa: Privar a alguien de alguno de sus bienes como consecuencia de la relación de estos con un delito, falta o infracción administrativa. Cuando hay condena firme se sustituye por la pena accesoria de comiso”. La segunda acepción, dice: “Apoderarse arbitrariamente de algo”. Ejemplo: Se incautaron DE mi maletín.

Su conjugación va acompañada de pronombres como me, se, te, nos, porque es un verbo pronominal (El que se construye en todas sus formas con un pronombre átono que concuerda con el sujeto y que no desempeña ninguna función sintáctica oracional). Así, se dirá: Me incauté de esos libros; Nos incautamos de 32 toneladas de cocaína; Se incautaron de tres carros que habían sido robados.

Una periodista decía: “A mí no me gusta esa expresión”. No se trata de si a uno le gusta o no. Así no funcionan los idiomas. Se trata de que así lo indique la norma lingüística. Y esa es la funcionalidad del verbo incautar.

Es incorrecto, por tanto, escribir y decir: “La Policía Nacional incautó un arsenal”. Lo correcto es: La Policía Nacional SE incautó de un arsenal.

4.- “Recrudecer”: Este vocablo también lo emplean en demasía los periodistas cuando hay noticias relacionadas con el invierno, o temporada de lluvias. Casi en todas ellas dicen que “el invierno se ha recrudecido”; o “El invierno empezó a recrudecer”. Pero el error está en que lo emplean cuando la temporada de lluvias apenas está comenzando. Y resulta que recrudecer significa que una situación determinada (especialmente las enfermedades) toman nuevamente gravedad cuando estaban amainando.

En los casos en que citan el verbo recrudecer –con todas sus variantes posibles- mal puede haber “recrudecimiento” si las lluvias apenas llevan unas cuantas horas y no han mermado.

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Madriguera idiomática

El viernes 3 abril, 2009 a las 11:52 am

Unas palabritas mal empleadas

Por: Jairo Cala Otero / Periodista – Corrector de estilo y gramática

En mi desempeño profesional para algunos periódicos hago el papel que cumplen los arqueros en un partido de fútbol: atrapar los balones para evitar goles. Yo atrapo fallas de semántica, ortografía, sintaxis, concordancias; falta de tildes, redundancias… Así evito que aparezcan barbarismos lingüísticos, con los que se desluce el trabajo que ha de ser presentado a los lectores.

Eventualmente –como les ocurre también a los porteros de fútbol- se cuelan algunas “bolas idiomáticas”. Ocurre cuando algún material se desvía de ruta, se mete en el sistema y se manda a talleres sin que primero haya pasado por mis manos, mis ojos y mi mente. Pero eso es parte de los gajes de este oficio.

No lo es, en cambio, el uso repetitivo de términos erróneos. Eso suele pasar con frecuencia con uno que otro articulista de los periódicos.

Hoy les presento algunos de ellos, con sus respectivas enmiendas:

1.- Arriar: Este verbo confunde a muchos. No es lo mismo que arrear, como se cree. Arriar es, en el mundo marítimo, bajar las velas o las banderas del barco; también significa aflojar o soltar un cabo, una cadena u otro objeto. En cambio arrear tiene 5 acepciones (significados o usos): 1. estimular a las bestias para que echen a andar, o para que sigan caminando, o para que aviven el paso. 2. Dar prisa, estimular. 3. Ir, caminar de prisa. 4. Llevarse de manera violenta algo, o, a veces, hurtarlo o robarlo. (“Arrearon con todo lo que había en su casa”). 5. Ejercer el oficio de arriero.

No es correcto entonces decir el conocido aforismo: “Es mejor atajar que arriar”. Aquí debe usarse el otro verbo: “Es mejor atajar que arrear”.

¡Arre, mula hijuemadre!

2.- Chatarrizar: Los necios siguen haciendo uso de este “verbo”, para decir que algunos vehículos viejos van a ser convertidos en chatarra. Se equivocan porque esa no es la palabra correcta para designar tal suceso. Es más, ni siquiera existe en nuestro idioma. El vocablo aprobado por los lingüistas y usado en tal sentido es chatarrear. Ejemplos: “El Ministro de Transporte anunció que 10 mil camiones viejos serán chatarreados”; “Aquellos carros serán sometidos a chatarreación”; “El año entrante chatarrearé mi carro, ya está muy viejito”. Si se sigue usando “chatarrizar” es probable que se termine por chatarrear al castellano. ¡Un peligro para la comunicación!

3.- Conllevar: Muchísima gente está convencida de que este verbo significa conducir a algo, tener una consecuencia. Sin ser “ave de mal agüero” debo defraudar a esa gente. No hay tal. Lo que quiere decir es lo siguiente (tiene 5 acepciones): 1. Sufrir, soportar las impertinencias o el genio de alguien. 2. Sufrir otra cosa adversa y penosa. 3. Implicar, suponer, acarrear. 4. Contener, comprender, abarcar. 5. Ayudar a alguien a llevar los trabajos.

Así que es incorrecto usarlo para decir, por ejemplo: “Esa situación conlleva a que el peligro sea mayor”; “El proyecto conlleva al desarrollo del barrio”; “El mal uso de las vías conlleva a que haya accidentes”, entre otras posibles oraciones. En cambio es correcto: “Conllevó esa pesadumbre por muchos años”; “Al lado de sus hijos, la mujer conlleva la carga de los malos tratos de su esposo”; “Debe de ser triste conllevar ese dolor”.

4.-Vargaz: Uno de los articulistas del periódico para el que trabajo escribía el apellido del Alcalde de Bucaramanga (Vargas), con zeta (z). No una vez, pues podría haber sido un desliz de mecanografía, simplemente, ¡sino diez o veinte, o más veces en un mes! Era claro, por la reiteración del error, que aquel escribidor estaba convencido de que Vargas se escribe con zeta final. Pareciera increíble, pero como este hay cientos de errores incrustados en las mentes de muchos comunicadores colombianos. Y parece una tontería, pero no lo es a la hora de confrontar el asunto con el lenguaje culto. Hay que insistir: los diccionarios no son útiles cuando permanecen cerrados. Nadie aprenderá ortografía mientras no tenga voluntad para estudiarla.

5.-Comparendos: Siempre que alguien se refiere a las sanciones que imponen las autoridades contra conductores que infringen las normas de tránsito lo hace utilizando este término: comparendo. La palabreja pareciera provenir de “comparecencia” (acudir a algún sitio), pero no es así. No tiene raíz alguna porque no existe en castellano. Es una palabra sin «bautismo», sin «registro civil», sin reconocimiento paterno por parte de la Real Academia Española. ¡Es espuria!

¿Cómo debe decirse entonces en esos casos? Sencillamente: sanciones, multas, castigos económicos, penas pecuniarias.

¡Hasta una próxima ocasión!

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