Muntazer Al Zaidi era apenas conocido en su país, Irak, hasta el pasado domingo. Hoy es una de las personas más célebres del país y el protagonista de todas las conversaciones.
Y todo porque lanzó sus dos zapatos al hombre más poderoso del mundo, el presidente de EE UU, George W. Bush, al tiempo que le gritaba: «¡Este es tu beso de despedida, pedazo de perro!». Lanzar un zapato y llamar «perro» a alguien son dos de las ofensas más contundentes que puede proferir un musulmán.
Mientras, el Gobierno ha condenado el acto de Al Zaidi, por el insulto a un mandatario extranjero, y ha pedido a la cadena que pida disculpas públicamente. Esto me hace recordar que en Budapest, frente al Danubio, existe una escultura de Gyùla Pauer de nombre «Zapatos en el Danubio» en recuerdo de los húngaros muertos y arrojados al Danubio por los fascistas. Creo que ese par de zapatos -aunque no son de hierro colado como los 60 pares allí depositados, estarían muy bien acompañando a los que allí se encuentran.
El zapatazo de Al Zaidi, era una forma simbólica de protestar. Pero ¿alguna vez ha sido acusado EEUU de crímenes? pues no, eso forma parte del sistema vigente mundial. Tres cientos mil civiles muertos por dos bombas atómicas en Japón, casi el mismo número en Vietnam por el Napal, otros tantos en Irak en daños colaterales, miles de presos torturados, eso no son crímenes, y por eso no se podrán demostrar nunca, porque nadie puede juzgar a EEUU, porque ningún tribunal nacional ni internacional legalmente puede hacerlo, pues EEUU se ha preocupado muy bien de blindarse ante toda la jurisdicción internacional, por eso no suscribe el Tribunal de La Haya.
Me acuerdo del final de «Una noche en la ópera» cuando el tenor indignado dice aquello de: «Hasta me han tirado un tomate…”, y Groucho responde: «Pues menos mal que no es la época de cosecha de las sandías…»
Lo más gracioso de estas noticias es siempre lo del factor “sorpresa” los políticos que hacen estos viajes “sorpresa” son tan modestos que parece quieren ahorrarse los festejos de bienvenida que les pueden otorgar los lugareños, y por eso no lo anuncian previamente. Siempre que oigamos lo del “viaje sorpresa”, es porque el que va por sorpresa, duda mucho de ser bien recibido allí donde va.
Fotos: www.diario.com.mx/nota.php?notaid=ae3fa053d84…
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