
Voceros de este importante sector agroindustrial en el Cauca, nos señalaron que tendrán un 5% menos de inventarios al inicio de los cortes actuales, que se producirá 2% menos azúcar, y que podrían terminar el 2009 con un 7% menos de inventarios que este año. Se estima que el consumo mundial crecerá, pero sólo el 1%.
La producción azucarera colombiana en 2008 cayó 10.6% frente a 2007, al pasar de 2.277 millones de toneladas a 2.036 millones, según la Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar (Asocaña), en un reporte publicado recientemente.
El informe agregó que la producción de etanol del país también se redujo 6.1% al pasar de 275 millones de litros en 2007 a 258 millones el año pasado.
Según Asocaña, la disminución de la producción azucarera y de etanol estuvo originada especialmente por un paro de dos meses de los corteros de caña de azúcar y las fuertes lluvias que afectaron al país durante casi todo el año.
La disminución de la producción afectó también las ventas de azúcar al exterior que según Asocaña sufrieron una caída de 33%, al pasar de 716.000 toneladas en 2007 a 478.000 en 2008, por un valor de $167 millones.
Colombia es el cuarto productor de azúcar en Latinoamérica, después de Brasil, México y Cuba.
El crecimiento económico es la primera responsabilidad de cualquier negocio. Sin un adecuado desempeño económico, una empresa no puede asumir ninguna responsabilidad social ni ambiental, no puede ser un buen empleador ni un buen vecino.
El presidente de la asociación gremial, el dirigente empresarial Luís Fernando Londoño Capurro ha venido insistiendo que “el país ha sido desinformado sobre la realidad de la importancia del papel social que desarrolla el sector azucarero colombiano en el valle geográfico del río Cauca y en el país en general.”
El sector azucarero colombiano lleva más de 140 años de actividad productiva en la región. Su origen está íntimamente ligado al de los municipios y corregimientos de los departamentos donde está ubicado.
Existen municipios en el Valle, Norte del Cauca y Risaralda donde sus ingresos tributarios dependen hasta en un 80 por ciento de los impuestos que pagan los ingenios azucareros y los proveedores de caña. Por tal razón, existe una interdependencia entre la actividad azucarera y los municipios donde ésta se desarrolla. Es así como en los municipios de influencia azucarera de la región, las necesidades básicas insatisfechas (NBI) son inferiores a las de los demás municipios.
Luís Fernando Londoño Capurro, Presidente de Asocaña, sostuvo a PROCLAMA, que “para contribuir al desarrollo de los trabajadores y las comunidades, la educación ha sido prioridad en la agenda social del sector. La Red Educativa Azucarera beneficia a más de 5.000 alumnos. Los ingenios azucareros han aportado a la construcción y el mejoramiento de 235 colegios y escuelas en la región.”
El ex senador vallecaucano expresó que “el sector ha contribuido a la construcción y desarrollo de parques de recreación, universidades, clínicas, hospitales y acueductos; apoya programas de capacitación y generación de empleo, festivales de arte y entidades culturales, así como ha hecho presencia con proyectos de trascendencia regional. En el área ambiental este sector ha sido ejemplo nacional, por sus políticas de producción limpia y protección de ecosistemas en el marco del desarrollo sostenible.”
En materia laboral destacó que “para los colaboradores del sector, como es el caso de los corteros de caña, se desarrollan proyectos de vivienda y se estructuran programas de convivencia pacífica y modelos de negocios para la generación de ingresos alternativos.
En el 2007, el sector invirtió 25.000 millones de pesos, equivalentes al 17% de sus utilidades en ese año, en programas de educación, recreación, cultura y vivienda.”
Al referirse acerca del papel fundamental que juega la industria azucarera en la economía, Londoño Capurro resaltó que “el año pasado, los ingenios azucareros pagaron la suma de 614 mil millones de pesos por concepto de salarios, compensaciones y prestaciones sociales a trabajadores directos e indirectos, así como aportes parafiscales, pagos al sistema de seguridad social integral y salud preventiva.”
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