Además de ello, la universidad prepara profesionales, produce ciencia, cultura, investigación…, podría ser conciencia histórica, crítica de una época para esa sociedad.
Esta función necesaria de liderazgo social y de cambio es esencial para cualquier nación. Si nos fijamos en los valores humanos, la universidad es el más claro instrumento de renovación y perfeccionamiento que posee una sociedad.
No hay elemento de progreso más eficaz, y cuyas repercusiones y consecuencias sean tan amplias para el hombre como la universidad. A la universidad, por tanto, le corresponde la función de conservar los valores permanentes del hombre, siendo una de sus funciones la de conjugar el progreso en los aspectos materiales de la vida con la defensa de los valores humanos del espíritu.
La universidad no escapa a la crisis educativa y enfrenta situaciones complejas y difíciles. Al igual que la educación en general, está fuertemente condicionada por la circunstancia externa, pero padece, además, dos problemas derivados de nuestro tiempo.
El primero es de carácter cualitativo, procede de la misma educación, condicionada por la sociedad: son los estudiantes del nivel inmediato inferior, cuya formación y preparación ha estado sujeta a una acción educativa presionada y sujeta a las condiciones sociales.
El segundo es cuantitativo, procede de la sociedad misma y está formado por esos mismos estudiantes, en el número creciente cada año y que solicita ingreso. El primero enfrenta a la universidad con la necesidad de mantener o alcanzar la calidad de sus funciones; el segundo la enfrenta con la masificación.
El reto para la universidad en tiempo de crisis radica primordialmente en estos dos problemas, de los que se desprenden otros más, que al superarlos se obtiene un alto nivel de competitividad frente al desafío de la educación globalizada y la correcta asimilación de las políticas de estado en materia de educación superior.
Admirable desde todo punto de vista la gestión del actual Rector de la Universidad Santiago de Cali, Hebert Celín Navas, quien ha logrado crear un nuevo modelo universitario que pretende fortalecer la investigación, la docencia y la extensión.
Bajo su rectoría la misión de la USC ha. sido, no sólo transmitir conocimientos científicos y preparación técnica, sino también educar integralmente el espíritu, forjar hombres cultos, nuevos líderes; no sólo con cultura científica y académica, sino también con cultura moral, con valores y principios, como lo demanda la sociedad vallecaucana y del surocciente colombiano.
La transparencia en la gestión administrativa Hebert Celín Navas, se observa en el actual posicionamiento de la USC a nivel nacional e internacional. Hoy por hoy, es una de las mejores instituciones de educación superior en el país, gracias a sus indicadores en investigación y al aumento, preparación y el reconocimiento profesional de su población docente y estudiantil.
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