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La riqueza minera más allá de la pandemia

El domingo 16 agosto, 2020 a las 6:27 pm
La riqueza minera más allá de la pandemia

La riqueza minera más allá de la pandemia en la agenda del Cauca

La riqueza minera más allá de la pandemia

“La pobreza de la población caucana, se asienta sobre una de las mayores riquezas mineras del mundo”.

A donde se dirija la mente en estos territorios, se encontrarán contradicciones, sin embargo no se profundiza en descubrir sus orígenes y sus efectos, no preocupa cómo afectan la vida de los pobladores, porque la cotidianidad acosa y porque muchas de las ampliadas diferencias emocionales, pesan más que la racionalidad de una solución lógica.

Duele repetir lo grave de la desigualdad socioeconómica en la geografía de estos lugares, mientras se señala por entidades técnicas del Estado que sus suelos poseen una de las mayores riquezas mineras de Colombia y del mundo.

“En febrero de 2012 el Servicio Geológico Colombiano realizó el estudio “Áreas con potencial mineral para definir zonas de reserva estratégica del Estado”. Res. 0045 2012 determinó que el Cauca tiene un alto potencial para la extracción de oro y cobre”.

El Cauca tiene 246 contratos de concesión, 67 de los cuales son títulos de oro y asociados y 85 están en zonas de vocación para la conservación. En este contexto, la minería se perfila como otra dinámica de tensión territorial”. En la medida en que grandes multinacionales y mafias de minería ilegal fijan sus ojos en su territorio y crean tensiones sociales, y con ellas, múltiples reclamaciones por parte de las comunidades campesinas y étnicas.

De los 119 títulos en municipios con alta presencia afro, 33 son para oro y otros metales, y están ubicados en Corinto, Suarez, Timbiquí, Guapi, Argelia, El Tambo, Morales, Suarez, Buenos Aires, Caldono, La Sierra, Rosas; de ellos 25 son de las multinacionales Cóndor Precious Metals, Votorantim Metais Colombia S.A., Anglo American Colombia Exploración, Anglogold Ashanti Colombia y otra, y los demás pertenecen a propietarios individuales.

En los territorios colectivos de comunidades afrodescendientes en el Pacífico caucano existen veinte títulos mineros: ocho de Cerro Matoso, once de Votrantim Metais Colombia y uno individual.

Las comunidades han defendido sus derechos, pero no tienen la capacidad para proponer estrategias reales de explotación conforme a los requerimientos tecnológicos de protección al medio ambiente, a sus aguas y suelos. Aquí la asociatividad.

Como lo anota Carlos Duarte y el equipo de investigadores del convenio INCODER con la Universidad Javeriana, titulado “Desencuentros Territoriales”, no se puede perder de vista que estas labores son elementos integrantes de la historia de estas comunidades en Colombia, desde el siglo XVI. (Duarte 2015).

Para la comunidad caucana esta tarea debe constituirse en punto de encuentro para compartir la posibilidad de adelantar una minería con responsabilidad y que genere recursos para sustituir la precariedad con la que se lucha en otros sectores, como en la agricultura, por la  improductividad del minifundio.

La pandemia es hoy, pero el futuro va a exigir actividades rentables, para mermar  la presión por la tierra, lo cual obliga a buscar otras fuentes de trabajo y de crecimiento económico, a fin de recuperar diversas actividades y no será con empanaditas y tamalitos de pipián.

Se requiere una actuación de todas las fuerzas políticas, académicas, económicas y sociales focalizadas en esta tarea, ya que si la riqueza no fuera tan enorme, cómo explicar el número de licencias en trámite y la cantidad de firmas interesadas; este es un asunto que debe convocar una mesa de trabajo de todo el departamento.

La historia y la  arquitectura de Popayán y el Cauca son la muestra del apogeo económico generado por la explotación de oro y plata en la época de la colonia, que fomentó la finca agropecuaria con el fin de suministrar alimento para la población en las minas.

Se agotaron las comunidades campesinas e indígenas y se acabó la esclavitud, desde entonces no se ha restablecido la actividad productora con criterios de sostenibilidad y de inclusión económica, no hubo cultura minera, sino simple coyuntura de explotación, ahora es el momento.

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Nelson E. Paz A.
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Un comentario en "Las estatuas mueren también"

  1. Toda ofensa a España, es una ofensa a una de las sangres que componen la nacionalidad colombiana, es escupir para arriba, es fomentar el autodesprecio, que es la manera más imbécil de colocarse de segundón, para que los pueblos que se sienten de primera, sigan dirigiendo el mundo. Tenemos todo, aquí está el Ser Universal: Negro, Amarillo, y Blanco, sólo que hay un problema de identidad distorcionada; Indio por Amarillo, Latinoamericano por hispanoamericano, Afro por Negro. Solamente cuando nos sintamos orgullosos de lo que somos, podremos ocupar el lugar que nos corresponde en el concierto de las naciones. Con acomplejados solo se produce mediocridad.

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