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Un 14 de Noviembre de 1817, a la 1:00 p.m. fusilaron a Policarpa Salavarrieta y sus palabras, hoy son más actuales que nunca: «¡Pueblo indolente! ¡Qué diferente sería vuestra suerte hoy si conocierais el precio de la libertad! Pero no es demasiado tarde. Aun cuando soy mujer y soy joven tengo valor suficiente para sufrir esta muerte y mil muertes más ¡No olvidéis mi ejemplo! Miserable pueblo, algún día tendréis más dignidad».
Antes de morir le dijo a su novio Alejo Zabaraín: «El amor y el dolor no unió en este mundo, la crueldad de un tirano nos separa momentáneamente, en el cielo nos volveremos a ver para siempre, por eso no te digo adiós sino hasta luego».
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