
La mirada de Gabo sobre Tomás Cipriano de Mosquera.
En columna anterior, transcribí párrafos de una carta, escrita por nuestro Nobel G.G.M. donde hace referencia a unas posibles visitas que parece haber realizado a Popayán para buscar información sobre la vida del general Mosquera. En dicha carta consigna apreciaciones algo “extrañas”, hasta desconcertantes y curiosas, sobre sobre nuestro problemático y destacado personaje histórico.
Es evidente que Gabo pretendió escribir una novela, o no sé si una biografía, sobre el dictador, o el tirano mas exaltado, que hubiese nacido y actuando en nuestra turbulenta historia.
Escribe en esa carta fechada en México el 5 de junio de 1967 y dirigida al escritor mexicano Carlos Fuentes, lo siguiente: “Mi candidato es el general Tomás Cipriano de Mosquera, aristócrata, antiguo oficial de Bolívar, que se tomó cuatro veces la presidencia. Por cierto, tiene mucho de tu Santa Ana. Don Tomás estaba completamente loco, y sin embargo fue un gran hombre: el primer liberal que se interpuso a la fiebre dictatorial del Libertador. Tenía toda la quijada reconstruida en plata, se vestía, en su segundo periodo, como los reyes de Francia, y era cruel, arbitrario, verdaderamente progresista y muy buen escritor. Expulsó a los jesuitas del país, encabezados por su propio hermano, que era arzobispo primado de Bogotá, ya en plena decadencia, loco y alcohólico, andaba con su viejo sable persiguiendo a los niños que se burlaban de él en las calles. Se quejó ante el presidente, y como este no le hizo caso, lo sacó a patadas del palacio y se proclamó general jefe supremo por tercera vez. En fin, está dentro de la gran línea de los padres de la patria…”
También y en la misma carta, Gabo se refiere a José María Melo, como a otro supuesto dictador famoso en la historia colombiana. Sobre él tiene unos comentarios más amables, más comprensivos y hasta más elogiosos; propiamente no lo considera ni dictador, ni tiranuelo, lo cataloga como reformista y como Juarista, que efectivamente lo fue.
Hoy releyendo y reflexionando sobre esa carta, lo que verdaderamente importante, que tengo para comentar, es esa especie como de dolor literario, que me embarga, al ver que nuestro gran escritor abandonara el proyecto de escribir esa novela, o esa biografía literaria sobre nuestro complejo y problemático personaje.
Que extraordinaria obra hubiese sido esa novela sobre Mosquera, en las en las manos y en el mágico y desbordado de talento de García Márquez; en esa imaginación siempre exquisita y hasta desmesurada que caracterizó y plasmo en su escribir el célebre hijo de Aracataca. Todos los colombinos podríamos experimentar tristeza literaria por la ausencia de esa obra, que estuvo en la posibilidad cierta de ser elaborada. Se nos hubiese prodigado una visión soberbia, a lo mejor también algo estrafalaria y algo delirante acerca de esa vida de Mosquera, que sin duda alguna tuvo muchos arrebatos demenciales y muchos episodios delirantes, donde podría decirse que perdía la razón para vislumbrar un poco de lucidez.
Es legitimo imaginar y hasta deducir, que además de la mencionada carta, las reflexiones y las apreciaciones de Gabo sobre Mosquera como personaje literario, tuvieron que ser muchas. ¿No habrá por ahí paginas extraviadas y nunca publicadas que como sus cartas algún día puedan salir a la luz? Ojalá esta suposición fuese cierta.
Yo tengo algunos y variados comentarios, ni convergentes ni compartidos, con los que consigna Gabo sobre el general “Mascachochas”, creo que algunas de sus afirmaciones carecen de fundamento y de certificación histórica. Pertenecen más bien al esplendor creativo e imaginativo, del escritor, que legítimamente puede recurrir a ellas.
Cuando García Márquez, asumió y concluyó la obra de plasmar la imagen del gran dictador latinoamericano en su impactante novela “El OTOÑO DEL PATRIARCA”, debió, casi necesariamente, rescatar algunos de sus comentarios sobre Mosquera. En el otoño, la figura del dictador es universalizada, desparroquializada, si se quiere, pero ni ese patriarca, ni ese otoño, se corresponden con el a desquiciado y extravagante general que nació en nuestro barrio de la pamba en nuestra ciudad de Popayán.
El tema me incita a escribir muchos otros comentarios, Tanto sobre Gabo, como sobre otros diversos y pocos conocidos momentos sonoros acontecidos en vida larga y laberíntica del casi inagotable general, que tiene muchas maneras de continuar proyectando se fantasmal presencia en el Popayán tradicional, ese Popayán que es una realidad que está en peligro casi de extinguirse para siempre. Y cuando las realidades se extinguen entonces los fantasmas tienen su segunda oportunidad sobre la tierra. (volveremos).
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