
La mejor página de mi vida

La mejor página de mi vida la escribí cuando:
- Reconocí que debo amar a Dios sobre todas las cosas, al congénere y a mí misma.
- Aprendí a valorarme, a reconocer que soy única e irrepetible.
- Aprendí a honrar a mis padres, a ser obediente.
- Aprendí a agradecerle a Dios por mi vida.
- Aprendí a apreciar y a valorar las maravillas de la vida.
- Aprendí a perdonarme y a perdonar a los demás.
- Aprendí a no juzgarme, ni a juzgar a los demás.
- Aprendí a ser responsable de mis propios actos.
- Aprendí a manejar mis emociones.
- Aprendí a confiar en Dios.
Todos los ítems citados han sido muy importantes en mí vida, pero el último es el mejor porque he aprendido a confiar en Dios a dejarle todas mis cargas y confiar que, en Jesucristo somos más que vencedores y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi y soy una nueva criatura.
Es posible escribir y hablar del Dios de la vida en medio de esta crisis mundial que sigue avasallando a diestra y siniestra, es posible escribir que, en medio de todo, es Dios el que sale a nuestro encuentro y nos cubre con su manto en esta compleja situación. Da tristeza todo lo que está pasando, pero debemos seguir confiando en el autor y consumidor de todas las cosas Jesucristo.
La mejor página de mi vida está en las manos del mejor escritor de todos los tiempos: Dios, que sea Él, quien escriba la mejor página de nuestras vidas y lo más importante, que nuestro nombre esté escrito en el mejor libro: El de La Vida Eterna. Bendiciones
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