PACO GÓMEZ NADAL*
Los seres humanos invisibles para las mayorías
son los seres humanos imprescindibles para las minorías…
P.G.N.
SÁBADO, 26 DE NOVIEMBRE DE 2016
Hay seres humanos invisibles fuera de los espejos que los cobijan pero fundamentales para los vecinos que a los que se cruzan en las calles empedradas por su empeño. Ayer pude conocer a dos y me siento hoy privilegiado, un poco más sabio, un poco regalado por la vida. Uno va a bordo de una Lámpara Maravillosa y su nombre es Elkin Yamith. Elkin es un sueño, un gestor y una librería. Es la primera librería humana que conozco porque la Lámpara Maravillosa-Librería Tertulia camina con él. No busquen una dirección física donde entrara a mirar libros, no busquen en internet un espacio virtual con carritos de compra simulados. Elkin camina con su Lámpara y la ofrece, la cuenta, la mueve en las abigarradas calles de Santander de Quilichao, esa ciudad puente donde alejaron a Santander y Bolívar y a cada cual le dieron lo suyo: a Santander el parque principal y los honores, a Bolívar la imponente sombra del samán centenario del que tan orgullosos están en esta tierra de oro y resistencias. En Elkin camina una librería y cientos de encuentros. Arrastra él nubes con escritores y escritoras que lleva hasta Santander para provocar encuentros tan largos como fructíferos: la siembra toma forma de palabra y la palabra se hace carne en los espacios prestados.
Otro tiene un ancla junto a una puerta de vidrio. Ahí apura el cigarrillo antes de entrar a su nave de palabras. Alfonso Luna Geller lleva 45 años juntando palabras para contar su territorio y de esas persistencias hay ya pocas pruebas. En sus papeles resume lo investigado, primero, lo sorpresivo, después. Periodista de los que quedan pocos, sembrador de un pequeño e inmenso grupo editorial que permite a Santander de Quilichao tener voz propia más allá de los grandes medios o de los medios medios que se creen grandes. Desde su Proclama, el Cauca toma cuerpo y voz.
Los seres humanos invisibles para las mayorías son los seres humanos imprescindibles para las minorías. Gracias a la vida y a los libros, que me permiten cabalgar en esos recodos de la realidad.
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N.D. Galería fotográfica de la visita del periodista y escritor español Paco Gomez Nadal* a Santander de Quilichao, el viernes 25 de noviembre de 2016:
En la Universidad del Cauca, sede Norte
Elkin Yamith Burbano hace la presentación inicial de la obra «Indios, negros y otros indeseables». Al fondo, el escritor y periodista Paco Gómez Nadal.
En Proclama del Cauca Radio: Elkin Yamith Burbano, Paco Gómez Nadal, Oscar Dante Moreno y Alfonso Luna Geller.
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Por Alfonso J. Luna Geller
Es un periodista independiente y ensayista especializado en derechos humanos, con una larga trayectoria en América Latina y el Caribe. Ha trabajado y publicado en los principales medios de España, Colombia, Panamá y Nicaragua, y colaborado en redacciones periodísticas de Venezuela, Bolivia y Brasil. Es colaborador independiente de La Prensa (Panamá) y de FronteraD y ElDiario.es (España), y coordina el nodo de América Latina y el Caribe de Human Rights Everywhere (HREV), organización dedicada a la defensa territorial de pueblos indígenas y afrodescendientes. Es Premio Mención Especial de Derechos Humanos de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y entre otras cosas, fue profesor o coordinador de periodismo de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.
Paco se reconoce “gestor de sueños colectivos a ratos y observador perplejo de una realidad plagada de renuncias” y en la entrevista concedida a Proclama del Cauca, explica por qué fue que se perdió en “Otramérica, combatiendo con palabras mi propio eurocentrismo”.
Paco Gómez, de 45 años, como periodista es provocador, también como escritor, tanto que con el título de su quinto libro, Indios, negros y otros indeseables, induce a la lectura con la intención de ‘desenmascararlo´, pero la sorpresa para quienes inician la lectura ‘emberracados’, como dice el senador uribista, es finalizarla dándole gracias a una voz independiente que clama por la no exclusión y por la eliminación de la perversa clasificación de los seres humanos para la explotación económica utilizando los mecanismos de poder. Paradójicamente, una satisfacción al final de la lectura.
Y como maestro del periodismo, es sincero y honesto al opinar sobre ciertos mitos como la “objetividad”, que califica como un autoengaño en el que los periodistas más subjetivos se sienten cómodos.
Su trajín periodístico y “político”
El 26 de febrero de 2011 los periodistas españoles Paco Gómez Nadal y Pilar Chato fueron detenidos en Panamá durante una protesta de comunidades indígenas contra la reforma de la ley de minería, finalmente fueron expulsados y enviados a su país 48 horas después de su arresto. Pero en España, Paco es acusado de alteración del orden público cuando cubría una acción de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas en Torrelavega (enero de 2013), por andar defendiendo siempre a los desvalidos y víctimas del poder.
En Colombia, su relación con la región comenzó en 1996, con el cubrimiento del conflicto armado en el Urabá antioqueño. Álvaro Uribe era gobernador de Antioquia y Gómez Nadal conoció muy de cerca al general Rito Alejo del Río, y por consiguiente, de primera mano, todas las andanzas iniciales del paramilitarismo.
Tal vez por ese conocimiento inmediato de ciertos ominosos personajes, protestó y logró que la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que iba a entregarle a Uribe la medalla de honor “liderazgo político y defensa de los derechos humanos en Iberoamérica”, cancelara el acto.
Gómez Nadal también conoce el proceso de paz y todos sus altibajos, pero llama la atención una frase suya que he calificado de premonitoria: Cuando los acuerdos entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc se hayan firmado, nada estará concluido, pues lo que viene es un complejo periodo de alta conflictividad y de disputa de los espacios políticos y sociales, en el que se denomina como posconflicto la voz de la población civil, de las víctimas de la guerra, quienes deben tener el papel protagónico que nunca han tenido. Esto lo explica claramente en la entrevista que muy amable nos concedió y que al final compartimos.
En resumen, nuestro invitado deja en evidencia que en América, quienes manipulan el poder, todavía utilizan la “guerra justa”, aquella que no solo permite fantásticos procesos de acumulación por desposesión, sino que sirve de laboratorio de producción y organización del trabajo sin ninguna norma que cumplir. “Es el sueño orgásmico de cualquier neoliberal contemporáneo” sostiene el entrevistado.
Su obra
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