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Jueves, 1 de junio de 2023. Última actualización: Hoy

GOLOMBIA Y LA PAZ

El lunes 14 octubre, 2013 a las 9:06 pm

Crepitaciones

Al calor y la emoción indescriptibles del pueblo colombiano, motivado por el sufrido empate (y al mismo tiempo, clasificación para el próximo Mundial de Fútbol Brasil 2014), de los muchachos de la Selección Nacional de Colombia, me uno automáticamente para formar parte del jolgorio popular, no en la forma festiva y cercana al paroxismo, como se vivió apenas terminó el partido decisivo, en la mayoría de pueblos y ciudades de nuestra geografía nacional, con el desfile multicolor, altisonante y desordenado de miles de motociclistas y sus acompañantes, lo mismo que conductores, “henchidos de sana emoción patriótica”, con el obvio peligro de producir de pronto alguna tragedia para lamentar, sino de manera calmada, reposada y calmada, desde las banderas, tomando distancia y analizando con ojos de buen cubero y prudencia las situaciones planteadas, como consecuencia del partido de fútbol del pasado viernes 11 de octubre del presente año. Con el empate obtenido y la clasificación, se terminan 16 años de no asistencia a un Mundial de Fútbol, desde el año 1988 (Mundial de Francia), siendo este motivo el que produjo la explosión de alegría inconmensurable y “el júbilo inmortal”.

Con la hazaña de los muchachos de Pékerman, queda una vez más demostrado que nuestros deportistas y artistas en general, sacan la cara por Colombia, en todos los niveles, en todas las competiciones, en todos los ámbitos y ellos siempre proporcionan esas alegrías, represadas a lo largo de muchos años de angustiosa espera, de trabajo sufrido, por parte de la gran mayoría del pueblo colombiano (por eso se explica ese desborde que es inverosímil y exaltado). Como muy bien lo expresó el comentarista de Caracol, Javier Fernández Bonnet al final del partido: “Esto hace olvidar muchos de los sinsabores desafortunados en Colombia”. Y tiene razón. Y le sobra, aunque sea por 90 minutos se olvidan las angustias y los sinsabores acumulados en los últimos años y días (como por ejemplo, la odiosa violencia de todos los días y el aumento de las primas de los “Honorables Padres de la Patria”, a 8 millones de pesos, por parte de nuestro augusto Presidente Santos, una verdadera ofensa, un descaro y una bofetada, a ese mismo pueblo trabajador, no se sabe con qué intenciones, o ¿será que sí?…).

Ahora bien, quiero compartir con ustedes, una reflexión que se me ocurrió así de sopetón y que escribí al final del mencionado partido, aprovechando las bondades del famoso Facebook: el triunfo futbolístico de Colombia es espectacular y la alegría, abrumadora. Pero también creo y espero que ustedes también, que la alegría será mayor y mejor, el día que ser firme la paz con las Farc. ¿Estamos de acuerdo? ¿No creen que los colombianos también nos merecemos la paz (y la clasificación a Brasil), después de 50 años de absurda violencia? Ese día, cuando se firme, quisiera que por toda Colombia, salgamos a festejar, como el día del partido. ¿Y usted qué opina?

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