
Gobierno Duque: Avisos de Guerra.

Claro que es casi imposible quitar del inconsciente colectivo colombiano el minuto a minuto, el detalle, la minucia de lo que la oposición venezolana y la derecha latinoamericana en cabeza del presidente a la sombra, don Álvaro U., quieren que creamos los colombianos de a pie, a través de sus mandaderos; al que llaman presidente malabarista, guitarrista, declamador y émulo de los hermanos Grimm, el subpresidente Duque y el lagarto, puestero y desde ya pre-precandidato del uribismo don canciller Holmes-El Gris.
Casi que está lista la ópera prima de la desinformación política del venezolano J.J. Rendón-El Oscuro-, macabro asesor político importado por el uribismo, para instaurar la propaganda negra electoral y el odio a los gobiernos venezolanos de los últimos años. Los grandes medios privados de comunicación colombianos (todos ellos de propiedad de los multimillonarios financiadores de la derecha colombiana) encontraron en las oscuras artes de J.J. Rendón el apalancamiento preciso para darle el último empujón a las intenciones guerreristas de Uribe y su mandadero el sub-presidente Duque.
La aburridora andanada mediática de la gran prensa colombiana, sobre la crisis venezolana, le ha servido a la derecha para tapar tras esa densa cortina de humo, la seguidilla de metidas de pata del pos-púber mandadero de don Álvaro U, y de paso justifica las intenciones del Centro Democrático de seguir aupando la violencia y la guerra intervencionista ordenada desde Washington por Donald, no el pato sino Trump, belicosísimo y lenguaraz presidente norteamericano.
No contenta con cumplir el papel del bravucón del patio de atrás de EE.UU., la derecha colombiana intenta imponer una reedición, mejorada eso sí, de la tristemente célebre Seguridad Democrática, con la muy peligrosa propuesta de armar a las “personas de bien”, crear frentes de seguridad, reforzar el, ahora legal, cartel de los sapos y destinar los dineros obtenidos a través de la disfrazada reforma tributaria, a la defensa, es decir, a la guerra.
No obstante que aún no se sabe ni la décima parte de la verdad sobre las atrocidades originadas por las famosas Convivir, la ACDEGAM mutada oficialmente en los paramilitares del Magdalena Medio y otras maléficas invenciones del uribismo, la bancada gobiernista del pos-púber, malabarista, músico y cuentista subpresidente Duque, da los pasos necesarios, eso sí, a escondidas, para hundirnos una vez más en la vorágine de la guerra.
Todavía no se esclarecen los asesinatos de los líderes sociales, ni mucho menos se hace lo mínimo para protegerlos, sin embargo, la jauría uribista, sedienta de sangre, la de los pobres por supuesto, incita una y otra y otra vez para que nos embarquemos en la versión siglo XXI de la guerra fría, ahora ya no tanto para quitarles el petróleo y el oro a los venezolanos para entregárselos a los nuevos Dick Cheney gringos, bajo la consigna de la defensa de la democracia, la libertad y la justicia, cual súper héroe del salón de la justicia y de esa forma remozar el Estatuto de Seguridad Nacional de los setenta, para, en palabras de la senadora Paloma Valencia, moderar la protesta social, ya no a punta de los bolillazos y los atropellos del ESMAD, sino mediante la persecución judicial y ¿por qué no?, armando a las personas de bien para que se defiendan de los alevosos ataques de las hordas castrochavistas, en contra del sagrado derecho que tienen las finas y blancas gentes, como la senadora, a que no los jodan.
No es ficción distópica, es el gobierno de Duque y sus avisos de guerra.
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