
Foto: Revista Forbes
Francia Márquez y su revolución a la colombiana

Cada vez que nombro el sustantivo revolución, con sus dos significados principales: “acción y efecto de revolver o revolverse y cambio profundo generalmente violento o pasivo en las estructuras políticas y socioeconómicas de una comunidad nacional”, al instante la asocio con la Revolución Francesa ocurrida entre los años 1789 y 1799, cuando en París (Francia), con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799 (un año después), convirtiéndose en un conflicto social y político con diversos períodos de violencia, que convulsionaron a Francia y se extendieron a otras acciones europeas.
Recordemos que Luis XVI era el monarca absoluto, cuando el pueblo se rebeldizó contra él y lo condujo a su caída, especialmente el 14 de julio de 1789, con la famosa “Toma de la Bastilla”, una fortaleza medieval, cuando el pueblo descontento por las malas condiciones imperantes se alzó en armas contra dicho Rey, junto a los representantes de la Corona, con las consignas de “¡Libertad, igualdad, fraternidad y soberanía popular!”, cambiando la historia de la sociedad para siempre desde ese año.
Ahora, por esas cuestiones y coincidencias idiomáticas e históricas muy felices, aparece en nuestro escenario colombiano, el nombre sensación del momento: Francia Elena Márquez Mina, en el contexto regional, nacional e internacional, quien ha roto todos los paradigmas conocidos, siendo un total acierto de nuestro nuevo Presidente Gustavo Francisco Petro Urrego, al escogerla como su vicepresidenta, convirtiéndose al instante desde las primeras de cambio en una persona afrocolombiana de garantía total dentro del proyecto del cambio y de la potencia mundial de la vida.
Permítanme ustedes, amables lectores (as), compartir algunos datos significativos de su interesante vida. Nació en la jurisdicción de “La Toma”, municipio de Suárez (Cauca), en el año de1981 (ya tiene 41 años); hija de Alfredo Márquez, obrero y agricultor y de Gloria María Mina, partera y agricultora (nótense los destinos y las paradojas de las palabras Cauca y Suárez; antes territorios olvidados por los gobiernos colombianos de turno y ahora están en la mira mundial por la importancia de nuestra Vicepresidenta).
Desde muy pequeña, a los 14 o 15 años, se vinculó al tema social, perteneciendo al proceso de Comunidades Negras; cuando con su experiencia las trató y aprendió con ellas, acuñando desde entonces expresiones que la hicieron famosa como “los nadies y las nadies”; junto al Movimiento “soy porque somos”. Ya encontrando sumisión en la vida, siguió adelante y por eso lideró la llamada “Marcha de los Turbantes” desde “La Toma” hasta Bogotá, recibiendo por esta proeza en 2015 el Premio Nacional de la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia. Siguió adelante y a los tres años, en 2018, recibió el Premio Goldman, considerado el Premio Nobel Ambiental. En el año 2019, fue incluida en la lista de las 100 mujeres más influyentes del mundo, según la BBC. Para concluir su periplo personal; a costa de muchos sacrificios y penurias, con el ánimo de ayudar siempre a los suyos; estudió y culminó Derecho en la Universidad Santiago de Cali
Desde el 7 de agosto de 2022, oficialmente ya es vicepresidenta de Colombia, acompañando a Gustavo Francisco Petro Urrego. Su Revolución a la colombiana, ha comenzado muy bien; visitando al Brasil, Argentina, Chile y Bolivia, brillando con luz propia, por el bien del Cauca y de Colombia. Nos ganamos la líder que tanto necesitábamos, desde hace mucho tiempo.
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