Fiscal Martínez en su renuncia insulta la tradición republicana

Fiscal Martínez en su renuncia insulta la tradición republicana
- Es evidente que Néstor Humberto Martínez renuncia porque no está conforme con el Acuerdo de Paz.
- El fin de la guerra no es posible en el escenario de la vindicta y la humillación, ni en condiciones de riesgo jurídico o de sometimiento a que aspiraba NHMN.
- Se le derrumbó el pedestal desde el que aspiraba poner su impronta personal y política en contra del Proceso de Paz.
- No es cierto que la JEP haya sido construida y se esté instrumentando para conducir a Colombia al abismo de la impunidad y la criminalidad.
- Tal desprecio es reprobable e inaceptable. Ofende a los legisladores que le dieron con responsabilidad forma jurídica al Acuerdo de Paz, así como a magistrados y jueces.
Una declaración de la bancada Senado del Partido Alianza Verde fue expedida en la tarde de éste miércoles tras la renuncia irrevocable del fiscal general Néstor Humberto Martínez, luego de que la Justicia Especial para la Paz (JEP) denegara la extradición de Jesús Santrich, requerido en Estados Unidos por narcotráfico y dispusiera su libertad.
Martínez justifica su actitud convocando, a su manera, “a la ciudadanía a movilizarse con determinación por el restablecimiento de la legalidad y la defensa de la paz”.
El siguiente es el texto completo de la aludida declaración, que lleva la firma de los senadores Iván Marulanda, Angélica Lozano, Sandra Ortiz, Jorge Londoño, Iván Name, José Aulo Polo, Juan Luis Castro, y Antonio Sanguino:
Es evidente que Néstor Humberto Martínez renuncia al cargo de Fiscal General de la Nación porque no está conforme con el Acuerdo de Paz con las FARC, ni con los instrumentos jurídicos que le dieron expresión en la Constitución y en la institucionalidad del Estado que se deriva de ella.
La verdad es que los actos de su mandato y su participación en procesos legislativos y discusiones públicas en los que se desarrollaba el Acuerdo de Paz y se interpretaban sus alcances, fueron hostiles al espíritu de reconciliación en el que se funda el Acuerdo, que es el mismo espíritu que siempre rige las paces en el seno de los pueblos del mundo que a lo largo de la historia se reencuentran para convivir en armonía después de sufrir las tragedias de la guerra entre hermanos.
El fin de la guerra no es posible en el escenario de la vindicta y la humillación, ni en condiciones de riesgo jurídico o de sometimiento al poder bajo la discrecionalidad de quienes lo ostentan. Eso fue lo que pretendió el fiscal Martínez y cuando se encontró con que la democracia colombiana fluye en el sentido de los significados de la historia y no bajo el influjo de la pasión, se le derrumbó el pedestal desde el que aspiraba poner su impronta personal y política en el Proceso de Paz.
El fiscal Martínez en su anuncio de renuncia hace afirmaciones que insultan la tradición republicana de nuestra historia, la calidad de nuestra democracia y los liderazgos de esta Nación.
No es cierto que instituciones concebidas para avanzar en la pacificación hayan sido construidas y se estén instrumentando para conducir a Colombia al abismo de la impunidad y la criminalidad. Tal desprecio es reprobable e inaceptable. Ofende a los compatriotas que representaron con honor al Estado en las negociaciones de paz, a los legisladores que le dieron con responsabilidad forma jurídica al Acuerdo en la Constitución y en las leyes, así como a los magistrados y los jueces que se consagran a administrar con patriotismo la justicia transicional en la misión de alcanzar en nombre de la democracia y en homenaje a las víctimas, verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
Vendrán días mejores para la Fiscalía en los que comprenda a cabalidad los tiempos que corren y el derecho del pueblo colombiano a reconciliarse y a disfrutar de la vida, la prosperidad y la unidad de la Nación.
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