
Foto de RVQ, año 2023
FAMA

Somos tan tardos para ver que eso no lo merece nuestra intimidad sagrada…
Luces, pasarela, multitudes acaloradas, aplausos, besos, mass media, pantallas, micrófonos, entrevistas, lujo y moda…
Reconocimientos, medallas y distinciones… aduladores y más complicaciones… En ese terreno de bullas afectadas por la inmensidad más espectacular nada es inocente ni liviano; todo es desmesurado como lo que sobra y es pecado. Todo procede para satisfacción de la vanidad y el ruido que enloquece… Todo es el logro de un mundo donde el cauce se pierde en lo ficcionario que entretiene. No hay lejos, todo es cerca, tocable, directo, acariciable. Bordados de la espectacularidad, sonajeros y abalorios de la distinción, el brillo de las risas y el hedor de los licores. No hay sombras de por medio porque todo es espectáculo, derroche, gritos, abrazos y enlaces millonarios. El más nimio detalle es noticia, como si constituyera ley de imitación admirable, maravilla que hay que adorar entre todo ese arsenal de falsedades.
Fama… mundo falso y falsificador de valores, dios al que un mundo totalitario en su confusión se rinde y arrodilla en pleitesía. Maquillaje de una enfermedad moral que envenena la percepción de la verdad, ridiculez, cortina de humo anunciada con bombo, platillo y prepotente propaganda prepagada.
Tanta mistificación de la mentira, tanta gratuidad en ensueños de neón, impía maravilla de cajas de Pandora.
¡Lamentable! ¡Y somos tan tardos para ver que eso no lo merece nuestra intimidad sagrada…!
***RVQ**
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