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Falleció Matilde Espinosa de Pérez, la poeta del siglo en Colombia

El jueves 20 marzo, 2008 a las 1:57 pm

El pasado miércoles 19 de marzo falleció en Bogotá Matilde Espinosa de Pérez, una de las escritoras más reconocidas de Colombia. Fue una de las fundadoras de la poesía contemporánea en Colombia. Escribió 14 libros de poesía, obra cargada de alto contenido social e indignación por la condición humana y el sufrimiento inútil en la cual aboga por los desprotegidos y hace un retrato literario de la violencia individual y colectiva de Colombia; en ella también contrasta la belleza de los paisajes y de la naturaleza y por otra parte, se refiere a la sumisión de la mujer derivada del patriarcalismo. Son sus obras: Los ríos han crecido (1955), Por todos los silencios (1958), Afuera las estrellas (1961), Pasa el viento (1970), El mundo es una calle larga (1976), La poesía de Matilde Espinosa (selección, 1980), Memoria del viento (1987), Estación desconocida (1990), Los héroes perdidos (1994), Señales en la Sombra (1996), La sombra en el muro (1997), La ciudad entra en la noche(2001) y La tierra oscura (2003).
Durante 50 años de oficio literario recibió varios premios y condecoraciones por su trabajo literario: Homenaje Nacional XVI Encuentro de Poetas colombianas, Museo Rayo, 2000; Homenaje XX Encuentro internacional de escritores de Chiquinquirá, Boyacá 1999; Condecoración Gran Orden del Ministerio de Cultura, por más de 40 años dedicados a la poesía y como precursora de la poesía social en Colombia, Bogotá 1998; Homenaje Encuentro Interamericano de Poesía “Ciudad de Popayán”, organizado por la Alcaldía y Secretaría de Educación y Cultura, Popayán, 1998. La última condecoración fue en el Encuentro de Mujeres Escritoras en el 2006. También fue condecorada por la Casa de la Poesía José Asunción Silva. Ha sido incluida en varias antologías y estudios críticos sobre la poesía colombiana y latinoamericana y su trabajo se ha traducido a varias lenguas.

Foto: Archivo/El Tiempo

Matilde Espinosa nació en Tierradentro, donde permaneció hasta los 6 años cuando su familia se radicó en Santander de Quilichao y más tarde en Popayán. En 1929, a los 16 años, celebró su primer matrimonio con Efraim Martínez, talentoso pintor que se recuerda siempre por su obra “Canto A Popayán”, creación que permanece en el Paraninfo de la Universidad del Cauca (1). De este primer matrimonio nacieron sus dos hijos: Manolo (periodista asesinado por un sicario para silenciar una voz de justicia que denuncia a los corruptos o gente sin moral, papá de Fernán Martínez Mahecha, periodista y actual empresario del cantautor Juan Esteban Aristizábal o Juanes) y Fernando (también periodista, se accidenta contra una tractomula en una carretera de la Costa Atlántica). En alguna entrevista Matilde dijo que “Efraim tenía mal carácter, eso fue suficiente para que nos separáramos…”. Rompe el esquema de sumisión femenina que existía en esa época y labra un nuevo camino de independencia. Su grito sirve como paradigma para otras que no se atreven a ponerle coto a la violencia en casa: “… Me dijeron que la única persona que me podía defender de ese horror, era un estudiante de Derecho a punto de graduarse, Luis Carlos Pérez. Lo contacté a distancia, yo en Cali, él en Popayán, le di el poder, hace el alegato, gana el pleito, viene a Cali, nos conocemos y se enamora de mi. En 1948 en Ecuador, nos desposamos por lo civil …”.
Matilde Espinosa, fue además, dirigente del Comité Central del Partido Comunista de Colombia y Luis Carlos Pérez, prominente intelectual marxista que por muchos años fue Rector de la Universidad Nacional de Bogotá.
En un librito, publicado por Hernán Franco Ramírez (Legado Histórico de Quilichao – Noviembre de 2005), escribe Álvaro Tomás Mosquera: “…hurgando en su memoria, la poetisa Matilde Espinosa nos regala un trozo de su infancia acaecido en 1912: recuerdo la noche cuando llegamos a Santander de Quilichao. Eran alrededor de las siete de la noche. Yo iba con mi hermanito, los dos en un caballo, después de viajar desde Popayán durante tres días. Bajando de Los Guabos y El Tajo, vi de lejos lo que para mí era un mar de luces, me maravillé. Tuve la impresión de que el cielo estaba boca abajo, que se había vaciado en el suelo. Eran los bombillos eléctricos que yo nunca había visto”.
“…Quilichao tenía electricidad domiciliaria antes que la luz de Coconuco brillara en Popayán y mucho tiempo antes de que allá bautizaran al tinteadero del Parque Caldas el nombre conyugal de Café eléctrico.
Don Rogelio Espinosa, hermano mayor de Matilde, a la llegada de ésta comerciaba la luz a dos centavos el bombillo. Prendía la planta de la luz a las seis de la tarde y la cortaba a las nueve de la noche. En el lapso, vendía cine. Ese desarrollo mágico: imágenes en movimiento y noche iluminada alteró el sentido del espacio, sin que importaran edades, educación y culturas. Los duendes de la noche se alejaban…”

(1) Para conmemorar el IV Centenario de la fundación de Popayán (1536-1936) se encargó al Maestro Efraín Martínez el pintar un cuadro que reflejara la historia de todos los hombres ilustres de Popayán en un desfile romántico. El Cuadro tiene 9 metros de largo por 6 de alto. Se consideraba, al menos en 1986, el óleo más grande que se haya pintado en el mundo. Este famoso óleo es la realización parcial de los inigualables e inolvidables versos del maestro-poeta Guillermo Valencia (20 de octubre 1873-8 de julio de 1943) en su grandioso poema «A Popayán». Los versos de Valencia, esculpidos en mármol, acompañan al Cuadro, en sus lados, facilitando a los espectadores, la interpretación del óleo. El Cuadro tuvo una inauguración de gala, el día 27 de diciembre de 1940.

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