El Estado colombiano es un enorme aparato indolente, perverso y culpable de la muerte de Omaira, la niña que sobrevivió por unas horas en la tragedia de Armero. «Madre, si me escuchas, quiero que reces por mí para que todo salga bien», fueron sus últimas palabras. Cuando los socorristas intentaron que en las condiciones en […]