Hacía muchos meses una columna, como la que escribí la semana pasada sobre la monja colombiana secuestrada en Malí, no me ocasionaba una congestión tan mayúscula en mis correos y en los balconcitos que tengo en las redes. Por alguna razón, que no alcanzan a medir en los pasillos de la Cancillería, ni en los […]