A Gloria María Medina Jiménez He recordado esos títulos tan estatuarios, tan escuetos – que solo dejan ver el alma y no el cuerpo -, de Cicerón: De Amicitia, de Senectute, De Officiis, pero a partir de allí desarrollaba un discurso tan formidable como un rascacielos. La literatura clásica latina los llamó diálogos. Era una […]