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«Esperar que» es un asunto; «esperar a que», otro
Por Jairo Cala Otero
En español existen algunas construcciones gramaticales que parecieran significar lo mismo. Pero no es así. Una simple preposición, puede variar por completo el significado de una locución.
Eso es lo que ocurre con las expresiones «esperar que» y «esperar a que», que tienen distinto significado, aunque su variable sea una sencilla ‘a’ (preposición).
«Esperar que» se emplea cuando se tiene la esperanza de que suceda algo; y «esperar a que», cuando se está esperando a que suceda algo.
Si decimos, por ejemplo: «Espero que venga Juan», estamos diciendo que nosotros confiamos en que venga Juan.
Pero si, por el contrario, lo que decimos es: «Espero a que venga Juan», estaremos dando a entender que nos quedaremos el tiempo que sea necesario en un sitio, hasta que Juan llegue.
Es útil insistirles a los profesionales de la comunicación periodística en que las construcciones «esperar que» y «esperar a que» no son lo mismo; por esa simple razón no deben confundirse.
Si se escribe o se dice en las noticias: «El Gobierno espera que este año disminuya el desempleo», se afirmará que el Gobierno confía, aguarda o espera que el desempleo se reduzca. Si al giro se le introduce la preposición ‘a’: El Gobierno espera a que este año disminuya el desempleo, se estará diciendo que el Gobierno se mantendrá a la expectativa de que la desocupación baje por sí misma, aunque de su parte no se haga ningún esfuerzo por conseguir ese propósito.
Yo espero que este comentario haya dejado claridad sobre el asunto. Lo demás será esperar a que la gramática nos entre por arte de magia, asunto utópico e inverosímil.
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