¿Usted se coloca, o se pone bravo?
Por Jairo Cala Otero
Editor de textos – Cultor del español correcto
Podrían ponerse bravos muchos lectores, amigos irredentos del verbo colocar, por lo que en este artículo pongo respecto de la condenación que, sin fórmula de juicio ni razón, se ha inferido al verbo poner. Es preciso poner en claro este fenómeno, pues al verbo colocar que, manidamente, se usa ahora para toda referencia semántica, se le han de poner límites de uso.
He de poner, a guisa de advertencia, que nada de lo aquí contenido tiene intención polemista, pues no tengo espíritu de tal. Además, las definiciones de los vocablos las acoge la RAE, no yo. Simplemente, me refiero a este asunto porque deseo poner los dos verbos en sus lugares precisos, a fin de que no se siga poniendo duda sobre el correcto y castizo uso de poner, en vez de colocar para todo caso y momento.
En primer lugar, es de gran importancia advertir que poner no significa asumir postura física para ejecutar la cópula sexual entre humanos. Por las fintas que la mayoría de hablantes les hacen al verbo poner, infiero que de esa «masturbación semántica» del término deviene el rechazo a tan útil y necesario verbo. Pues si bien para la ejecución del arte amatorio la pareja ha de ponerse en una posición de su agrado, ello no significa que la acción misma se llame poner ni ponerse.
Hay quienes afirman que «las únicas que ponen son las gallinas»; y con ese argumento no usan este verbo, sino su pariente colocar, para todas sus necesidades lingüísticas. Olvidan que también sueltan o deponen sus huevos las iguanas, las tortugas, las patas, las gallinetas, las palomas, todas las demás aves y otros especímenes del reino animal. La citada es apenas una de las cuarenta y cuatro acepciones (significados) que tiene el verbo poner, con la que aquellos intérpretes «gallináceos» han proscrito injusta y deliberadamente al vocablo en comento.
De mayor alcance es el error de aquellos que, para referirse a la exaltación del ánimo de alguien, dicen, por ejemplo: «Mengano se colocó bravo». O el de las señoras que, en sus habituales coloquios para «despellejar» al prójimo, dicen: «Zutano se colocó colorado, cuando su mujer lo pilló con otra mujer». ¡En ambas situaciones cabe bien el verbo poner!
Debo anotar que colocar es recíproco con poner. Su primera definición (acepción) dice: ‘Poner a una persona o cosa en su debido lugar’: «Papá colocó el libro en la biblioteca».
En sentido figurado, colocar significa ‘acomodar a uno poniéndolo en algún estado o empleo’: «Me colocaron como corrector de estilo». Pero también se aplica colocar cuando alguien invierte un capital económico: «Mengano colocó $ 10 millones en acciones de tal empresa».
No es correcto usar ese verbo en situaciones como: «Coloqué una denuncia contra fulano»; «Juancho se colocó alegre al verme»; «Cuando las papas se colocaron blanditas, las bajé de la cocina»; «Por colocarse de chismoso le fue mal», entre muchísimas otras semejantes.
Son precisos, además, unos cuantos ejemplos con el verbo poner, para que los colocadores aclaren su mente y pongan en uso el verbo poner:
Es útil saber qué significa poner: ‘Colocar en un sitio o lugar una persona o cosa, o disponerle en el lugar o grado que debe tener’. ¿Nota el lector que en ambas definiciones se usa el verbo contrario y el significado es semejante?
Ahora los ejemplos:
-Cuando se dedica a uno un empleo u oficio: «A perencejo lo pusieron como agente comercial de carros».
-Cuando se dispone o previene una cosa que se ha de necesitar para algún fin: «Ponga la sal en la olla».
-Cuando se apuesta una cantidad: «El vecino mío puso su sueldo jugando chance».
-Cuando se escribe o envía una carta, un telegrama, etcétera: «Le puse un telegrama a Dorotea».
-Cuando se suelta o depone un huevo: «Vaya a ver si esa gallina ya puso huevo».
-Cuando se representa una obra de teatro o se proyecta una película: «Fanny puso en escena otra obra de humor».
-Cuando se aplican motes o nombres a personas o cosas: «Sus amigos le pusieron ‘Mentira Fresca’, porque cuanto dice lo delata como mentiroso».
-Cuando se opone o riñe con uno: «Se puso en desacuerdo con el jefe».
-Cuando se dice de los astros, que se ocultan debajo del horizonte: «Ya el Sol se puso tras los cerros».
Además de las anteriores aplicaciones -más amplias y diversas que las del verbo colocar– existen sentidos figurados como:
-«Poner a uno a parir»: Significa que alguien lo exaspera por alguna razón específica.
-«Poner colorado a uno»: Significa que alguien lo hace avergonzar.
-«Poner en claro»: Alude a averiguar o explicar con claridad algún asunto intrincando o confuso.
-«Ponerse al corriente»: Es enterarse o adquirir el conocimiento necesario.
Muchas otras formas, en sentido figurado, se pueden aplicar con el verbo poner.
Como el lector deducirá, es más rico en aplicaciones el verbo poner que su hermano legítimo colocar. Por tanto, lo defiendo de quienes lo han condenado a la mazmorra del olvido.
Así que, en vez de ponerse bravo si, eventualmente, mis anotaciones sobre este verbo chocan contra su lengua caprichosa, póngase atento y úselo sin temores.
Entre tanto, yo pondré un punto al final de la oración última; y me pongo a su entera disposición, por si acaso aún le quedan dudas acerca de los usos de poner y colocar.
&&&
/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
¡Atención ONG, academias y personas naturales!
Las invitamos a promover, en todas las ciudades de Colombia, de manera permanente, conferencias y talleres de capacitación sobre: redacción correcta, técnicas de expresión oral, mejoramiento de la atención a los clientes, comunicación eficaz en ambientes hostiles, entre otros temas.
Les ofrecemos excelente participación económica.
////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
Leer más…
Sigue a Proclama en Google News
Deja Una Respuesta