Viernes, 22 de septiembre de 2023. Última actualización: Hoy
¿Es el Espíritu Santo tu ayudador?
¿Es el Espíritu Santo tu ayudador?
En el momento mismo de aceptar a Cristo como nuestro único suficiente salvador, Él siempre está con nosotros a través del Espíritu Santo, tenemos la creencia que por el hecho de aceptarlo no van a venir pruebas, ni dificultades y vienen a nuestra mente cuestionamientos preguntando dónde está Dios cuando se nos presenta la dificultad, y empezamos a sentirnos solos y dejamos de creer que, en Jesucristo, somos más que vencedores.
Dios sabe que en el mundo estamos, y siempre vamos a pasar por situaciones difíciles, es ahí donde Él nos mandó al Consolador: El Espíritu Santo, pero somos nosotros los llamados a abrirle la puerta de nuestro corazón para que entre en nuestras vidas.
Cuando nos encontramos en situaciones difíciles, el manual de vida que son las sagradas escrituras nos dice que debemos amarlo, guardar sus mandamientos y Jesús rogará al Padre para que nos envíe un Consolador que no es más que el Espíritu Santo para que permanezca para siempre en nosotros.
Si quieres que nuestro Consolador esté siempre contigo debes aceptarlo y guardar todos sus mandamientos permitiéndole que more en tu vida como el regalo más grande que te acompañará por siempre.
Una vez entra en tu corazón, el Espíritu Santo, nos revela que somos pecadores y nos muestra que cosas estamos haciendo mal que no son agradables y perfectas para Dios.
Cuando le reconocemos somos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, de la protección divina y nos provee todo lo que necesitamos porque somos sus hijos, nos ama con un amor infinito que sólo lo encontramos leyendo su palabra, buscando con vehemencia su amor y siguiendo sus mandamientos; todas estas cosas, nos las demanda el Espíritu Santo direccionando nuestras vidas mostrándonos que hacer en cada situación difícil con mucha paciencia y con el amor de Dios para que sea Él tomando el control de nuestras vidas.
¿Es el Espíritu Santo, tu ayudador? Es tu decisión, permitirle que more en tu vida como el regalo más grande, que tú, y yo podamos tener. Bendiciones
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