

www.aragoneria.com/cronista/16/utopia01.htm
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
Colombiano
leoquevedom@hotmail.com
Salí antesdeayer a la calle y percibí un olor a miel, a dulce de caramelo o a requesón… no supe distinguir tal sensación de sabor en mi gaznate. La claridad y transparencia del paisaje eran diferentes. Todo se veía bien, no había ruidos extraños. No había estridencias en las vías por los exostos ni exceso de carros ni huecos en el asfalto. Todo era tranquilidad, nadie levantaba la voz ni ofendía con su lenguaje. Ni un carajo, ni un maricazo salía de la boca de muchachos al salir de sus baticuevas. Parecía que estuviera en país extraño. Los periódicos colgaban de las tienduchas en las esquinas y la Revista Soho mostraba la espalda y el trasero de una diva. Todo estaba bien.
No podía ser. O yo no estaba en mis cabales o el túnel del tiempo me había llevado por su deslizadero. Regresé a mi casa y prendí el radio.
Darío Arismendi en Caracol lucía maravillado por tanta industria, por tanto empleo, por tanta calle fluida, por la ausencia de pordioseros en la ciudad de Cali. El Dane estaba anunciando que el desempleo estaba en el 14.2% en Colombia. ¡Oh!, qué mentiras dice esta agencia acostumbrada a embolatarnos con sus datos. Si aquí vivimos felices. También repite que el DAS no volverá a chuzar a nadie. ¿Acaso vamos a creer que a alguno chuzó alguna vez? El Presidente no lo sabía y eso nos debe contentar. ¿Cómo no le vamos a creer si es infalible cuando habla inefable con su melodiosa voz?
La gran noticia es que capturaron al negro Antonio de las Farc y que murió el jefe “Gaitán”. ¿Acaso no se había acabado esa plaga con la fumigación aquella el día del jaque mate y con la muerte del odioso Tirofijo y con la muerte del que mandó su mano como testimonio de su deserción? ¿Acaso ya no nos libró el gobierno de los sustos y podemos andar como hoy yo lo hago sin temor, como un demócrata y con seguridad? Ah, también hubo otra noticia. Que los Rodríguez siguen vivos en el medio. ¿Acaso no estábamos tan bien y los gobiernos de EE.UU e Inglaterra no nos felicitaron por acabar con el flagelo del narcotráfico? ¿De dónde viene tanto olor a perfume, a caramelo, a cheque y bienestar?
Hasta la tecnología ha llegado ya a este pueblo de Utopía. ¿Cuándo Tomás Moro imaginó que el PC y el iPod, y la conferencia con imagen llegaría a la cárcel y los presos gozarían de algún pequeño retozo? Digo, los pocos presos que tenemos, porque en Utopía no hay delincuentes. Si aparece alguno debe ser extraditado para otro país. Aquí se quedarán mandando únicamente los sifograntes e informantes, los probos y pulcros porque Utopía es tierra bendita donde se reza el rosario y jamás se insulta a nadie ni se roba, ni se corta un árbol de más, ni falta el agua, se respeta al indígena y los derechos del trabajador. Todo lo demás es un invento de la oposición y de esa infame ONG de la Human Wrigths Watch.
Así las cosas, el presidente debería convocar un consejo comunitario en el que estuviera como invitado el santo Tomás Moro para que diera fe y le diera la bendición para un mandato semejante al de su vecino. Él confirmaría que este país es tal como él lo previó en su famoso libro. Nos daría una abrazón y nos diría: Hijitos, estén tranquilos, aquí nada pasa, no se chuza a nadie, no hay chanchullos ni corrupción, la guerrilla se acabó y el plan Colombia se empleará en dar más empleos. Los ministros se acostarán a dormir porque no hacen falta, lo mismo que la nueva EPS porque nadie enfermará.
28-02-09 – 4:31 p.m.
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