Por Luis Alfonso Molano Muñoz
Era imposible que después de más de cinco años de falta de diálogo entre el presidente Santos y el senador Álvaro Uribe, fueran suficientes cinco horas de conversaciones, para no pensar que hubo cierta prevención de lado y lado, cuando en el pasado reinó la soberbia, las mentiras y las ofensas.
Lo que viene para el país en favor de lograr la paz es el encuentro de las comisiones tanto del Gobierno nacional y personas que lideraron el Plebiscito para encontrar consenso en lo acordado en La Habana, Cuba, y escuchar al otro actor que son las FARC.
El resultado del NO del pasado domingo, que fue entre otras cosas legítimo en nuestra democracia, obliga al presidente Santos a escuchar con atención a los líderes, promotores y ciudadanos que se manifestaron en las urnas, para que entre todos se logre una paz verdadera, incluyente, donde podamos erradicar los odios, los agravios y la incertidumbre y enterrar definitivamente la pesadilla de la violencia y la muerte que hemos cargado por más de cincuenta años muchos colombianos.
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