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En vilo el derecho de acceso al agua potable de 20 mil quilichagueños

El miércoles 1 septiembre, 2021 a las 2:16 pm
En vilo el derecho de acceso al agua potable de 20 mil quilichagueños

En vilo el derecho de acceso al agua potable de 20 mil quilichagueños.

Esta buena disposición de las autoridades indígenas y de las comunidades de encontrar una salida contrasta con la de otros indígenas que se niegan a considerar que, así como los indígenas tienen derechos los no indígenas también, y que con su actuar desdicen del movimiento indígena y lo desacreditan.

A partir del entendimiento que se ha hecho del agua como un recurso indispensable para la vida del ser humano, el cual constituye una condición previa para la materialización de otros derechos, la comunidad internacional ha avanzado en su consagración normativa como derecho humano en diferentes instrumentos internacionales. De esta manera, el derecho de acceso al agua potable no puede ser plenamente entendido sin hacer referencia al marco normativo internacional de donde se deriva su integración al ordenamiento jurídico del país.

Y de este marco normativo en el cual se reconocen obligaciones relativas a garantizar el acceso al agua potable como derecho humano es importante mencionar entre otros, La Convención Contra la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) que señala que los Estados Parte deben asegurar a las mujeres el derecho a “gozar de condiciones de vida adecuadas, particularmente en (…) el abastecimiento de agua”; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) que señala que el acceso al agua es un derecho humano que se encuadra claramente en las garantías indispensables para asegurar un nivel de vida adecuado y, La Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 64/292, del 28 de julio de 2010, que reconoció explícitamente “que el derecho al agua potable es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”, entre otros.

Por ello, se considera en nuestro ordenamiento jurídico: “El agua como un derecho fundamental” y, lo define como “el derecho de todos de disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal o doméstico”, y, también le da una doble connotación, como un derecho fundamental y un servicio público. En tal sentido, le corresponde al Estado garantizar que las personas puedan acceder al servicio de acueducto en condiciones de cantidad y calidad suficiente y asegurar su prestación de conformidad con los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad.

Emquilichao nace en 1987, como una empresa del orden municipal (acuerdo No 7) justo en momentos en que la autonomía administrativa de las regiones estaba en la agenda pública y en el que el país se movilizaba por más y mejores servicios. Esta historia, sin embargo, se remonta a 1936 cuando se construyen la bocatoma y las primeras estructuras de la Planta de Tratamiento en el barrio El Arroyo con una capacidad de tratamiento de 65 Litros por Segundo (L/s).

En 1987, al momento de Emquilichao asumir la prestación del servicio de acueducto, Santander de Quilichao contaba con una población en el sector urbano de 25.270 habitantes y hoy, 2021, son cerca de 55.000; tenía 31 barrios, hoy ya son 84, y poseía además 4.700 usuarios, hoy son 20.000. Igualmente, en 1987 el nivel de cobertura del servicio de agua potable era 76% (al cierre de EMPOCAUCA) y hoy es del 98% lo que evidencia el esfuerzo de esta institución por el acceso de la población al agua potable, en cantidad y calidad, no obstante, el fantasma de la escasez por razones ambientales y de cambio climático que siempre han rondado en la historia de este municipio.

En los últimos 30 años, la población urbana de Santander de Quilichao se duplicó. Este proceso que empezó en la década de los 90 con el terremoto de Páez-Belalcázar en 1994, la migración interna y el fenómeno del desplazamiento, trajo graves consecuencias en el suministro de agua potable a raíz del aumento de la demanda de agua que comenzó a ser superior a la oferta, así, por ejemplo, mientras en 1987 la población demandaba 85 Litros por segundo (L/s) en su etapa más crítica el río Quilichao solo aportaba 90 L/s, en 1990 110 L/s, en 2000 140 L/s y en 2010 190 L/s por lo que en temporadas de verano la ciudad era sometida a severos y prolongados racionamientos de agua, a cortes inesperados del servicio y en algunas zonas a baja presión.

En vilo el derecho de acceso al agua potable de 20 mil quilichagueños

Para hacer frente a esta situación y a la vez suministrar agua potable a la población de la vereda Quitapereza, en 1998 Emquilichao emprende sobre el río Quilichao la construcción de un sistema alterno con una bocatoma, un desarenador y de un tanque de almacenamiento y la instalación de una línea de conducción de 8 pulgadas de 3 km de longitud para llevar agua hasta la planta del barrio El Arroyo, para así aumentar el volumen de agua tratada de 65 a 120 L/s. En 2000 la población urbana de Santander de Quilichao estaba estimada en 33.707 habitantes y demandaba 140 L/s.

En noviembre de 2002, la Secretaría de Infraestructura del Departamento le adjudica a la firma HIDROMECÁNICAS L.T.D.A., la realización de una consultoría para los estudios y diseños de un sistema que posibilitara completar la demanda máxima requerida de agua diaria no prevista en el sector urbano y que resolviera el problema de desabastecimiento en las llamadas horas pico y en las épocas de sequía, y que se concibiera con una capacidad suficiente para que abasteciera la ciudad durante los próximos 25 años calculada para una demanda máxima diaria de 250 L/s. Para el 2002 el sector urbano de Santander de Quilichao ya contaba con 36.853 y una demanda de 150 (L/s).

En este estudio, entre varias fuentes, se escogió el río Mondomo, por poseer el suficiente caudal, entre 900 y 23.000 L/s en todas las épocas del año, también se definió una captación de 125 L/s y conducir el agua 24.1 Km de distancia mediante tubería de 16 pulgadas entre Monterilla y Potrerito hasta la Planta de Tratamiento del barrio El Arroyo. Esta megaobra que inició su construcción en 2005 y concluyó en 2011 fue todo un desafío de la ingeniería, pero además encaró el compromiso de tres administraciones locales, la del exalcalde Ricardo Alfredo Cifuentes Guzmán, Carlos Julio Bonilla Soto y Juan José Fernández Mera. En el 2011 Santander de Quilichao ya contaba con 47.666 habitantes, superando todas las expectativas de crecimiento y de expansión urbana con una demanda de agua potable de aproximadamente 195 L/s.

En 2012, ante el crecimiento de la ciudad y la imposibilidad de llegar con el sistema a los nuevos asentamientos urbanos y rurales, el exalcalde Luis Eduardo Grijalba Muñoz retoma el proyecto de Emquilichao de 1998 del sistema alterno en el río Quilichao y, plantea, de acuerdo a estudios, la construcción de una planta en la parte alta de Quitapereza con una capacidad de 65 L/s para llevar por gravedad y a través de la red existente el suministro de agua potable al sector de Nuevo México, Quitapereza, Bello Horizonte, vereda Las Torres y Lourdes, y a otros barrios que se abastecen mediante bombeo a partir de un tanque de almacenamiento localizado en la parte alta de la Planta de Tratamiento los cuales se encuentran sometidos a racionamientos de agua en épocas de bajo caudal y de consumo intenso, entre otros Villa del Sur, La Esperanza, Santa Inés, Los Guabos, Betania y El Porvenir, Campito, Nueva Colonia, Bajo Lourdes, La Esperanza, Fundación Magdalena, Nariño Unido, Los Alcázares, Los Guabos y La Primavera.

Este proyecto que fue presentado en 2015 al Ministerio de Vivienda y a la Financiera de Desarrollo Territorial FINDETER, viabilizado en 2016 y adjudicado mediante convocatoria pública en 2017 por valor de 3.547 millones de pesos y con un plazo de ejecución de 12 meses, propone utilizar la infraestructura existente (una bocatoma y un desarenador localizado sobre el río Quilichao), conducir el agua hasta el sitio donde se construiría la planta de potabilización la cual constaría de estructuras para hacer tratamiento, de un sistema de floculación y de sedimentación, de un tanque de contacto con cloro y de un tanque de almacenamiento que sería aprovisionado en horas de pocos consumo (la noche) para garantizar la disponibilidad del servicio de agua potable las 24 horas del día.

Sin embargo, a más de cuatro años de haber sido adjudicado este proyecto, todavía se encuentra en el limbo; en 2017 el predio de Quitapereza fue invadido y en el sitio donde se tiene previsto adelantar la construcción de la planta se encuentran asentadas seis familias que se niegan a ser reubicadas.

Sobre los diálogos para salvar el proyecto

Desde el 2017 hasta hoy las administraciones locales han hecho esfuerzos para salvar este proyecto en aras, por un lado, de garantizar el suministro de agua potable a los cerca de 20.000 quilichagueños y quilichagueñas que la requieren y que exigen el cumplimiento de este derecho (“del derecho de todos de disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal o doméstico”, y por el otro, para evitar las demandas de los contratistas a los cuales se les adjudicó la ejecución de esta obra y que, por lo demás, conllevaría a sanciones del gobierno nacional en momentos en que la alcaldía municipal está gestionando recursos para intervenir cerca de 40 acueductos rurales incluidos algunos en el sector indígena.

En este sentido se han adelantado reuniones desde el 2018 con las comunidades de Quitapereza y las autoridades indígenas de Canoas, Munchique, Nuevo México y, líderes y lideresas con el fin de salvar el proyecto y en las que ha surgido la propuesta de reubicación de las seis familias que se han posesionado del predio y a lo que estas se niegan.

Esta buena disposición de las autoridades indígenas y de las comunidades de encontrar una salida contrasta con la de otros indígenas que se niegan a considerar que, así como los indígenas tienen derechos los no indígenas también, y que con su actuar desdicen del movimiento indígena y lo desacreditan.

Finalmente, en el 2021 Santander de Quilichao cuenta con cerca de 55.000 habitantes en el sector urbano y con una demanda de agua potable de aproximadamente 260 l/s.

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