
El regreso a clases.

Este es un momento de mucha alegría y de agradecimiento a Dios, el permitirnos la vida y poder volver a nuestras instituciones.
Llega a mi memoria, el día que decretaron quedarnos en casa sin salir, por el riesgo de ser contagiados por este virus que vino a quedarse y que tenemos que seguir todos los protocolos de bioseguridad si queremos conservar la vida.
Hemos vivido momentos muy difíciles, los cambios del tiempo y siguiendo las noticias de la epidemia, que nos avasallaban sin piedad. Además, pasamos un Año Nuevo con la presencia de un enemigo en común que arrasó y sigue arrasando un porcentaje muy alto de vidas.
Para muchos ha sido muy duro, porque han perdido a sus seres queridos, confiado en Dios, que tuvieron la oportunidad en su momento, en reconocerle y aceptarle para el perdón de los pecados y de esta manera poder alcanzar la vida eterna.
Podemos apreciar que la vida no es igual, nuestra hermosa ciudad no es la misma, todo ha cambiado hasta la misma forma como nos comunicamos e interactuamos entre las personas y con nuestra propia familia.
En nuestra nueva praxis pedagógica a todos nos llegó la hora de desaprender y aprender, de untarnos de las nuevas tecnologías, no ha sido fácil, pero son experiencias que nos hacen grandes porque hemos crecido y no hemos dejado la academia.
Nos llegó el tiempo de la presencialidad y la comunicación e interacción entre nosotros ha cambiado, no podemos darnos el abrazo de bienvenida después de tanto tiempo sin vernos, tenemos que permanecer con el tapaboca y aprender a comunicarnos usando nuestra mirada, pero agradecidos con Dios que estamos aquí, a pesar de todo lo acaecido.
Debemos hacer que nuestras voluntades se unan como una fortaleza. Hoy, la epidemia es un reto, la vida está en juego y debemos cuidarnos siguiendo todos los protocolos de bioseguridad como un compromiso de todos.
A pesar del momento histórico que estamos viviendo, que nuestros ideales de la vida los llevemos en alto, y que sigamos superando todas las adversidades que nos depara la misma, confiados en Dios que, de todas ellas, nos librará para poder seguir esculpiendo el futuro de nuestros educandos como personas íntegras y agradecidas con Dios. Bendiciones.
Deja Una Respuesta