
Por Nelson Eduardo Paz Anaya

“Es un honor para mí dirigirme a ustedes en el marco de esta asamblea general anual de la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (GANHRI), agradecer el voto de confianza de la red de Instituciones del continente americano, al elegirme como secretario y ratificar su decisión para representar en la región en la presidencia de esta alianza global” Carlos Alfonso Negret M.
Han transcurrido días difíciles para el Cauca, no se hará referencia a sus motivos, a fin de no confundir el tema a tratar y para que sirva como bálsamo contra el padecimiento. Solo se hará mención al pronunciamiento del defensor nacional del pueblo, al tomar posesión de la presidencia de la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos, el pasado 5 de marzo, en el palacio de las Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza.
Previas reuniones con Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, con Ali Bin Smalkh Al Marri, presidente del comité Nacional de Derechos Humanos (NHRC) de Qatar, con Beate Rudolf actual presidente de la (GANHRI) y con Peter Maurer presidente del (CICR), para tratar asuntos de manera conjunta.
En su conferencia de posesión, confirmo su trabajo en aras de fortalecer el intercambio de buenas prácticas entre todas las organizaciones que hacen parte de la alianza global, al velar por la independencia, autonomía, y fortalecimiento de las instituciones nacionales de derechos humanos.
Negret Mosquera, hizo referencia a la inigualable oportunidad de estar al frente de la Institución Nacional de Derechos Humanos, “De un país rico en diversidad, cultura, y calidad humana como lo es Colombia, que ha debido forjarse bajo la sombra de un conflicto armado interno de más de 50 años y un legado de violaciones graves y masivas a los derechos humanos. Hoy inspirados en la memoria de más de 8 millones de víctimas reconocidas por el estado, decididos a la construcción de una paz estable y duradera.”
Al referirse a lo que observa desde la ventana de las instituciones en un país, que camina hacia el posconflicto, dijo; “estar en un escenario global de alto riesgo para la vigencia de los principios de universalidad, interdependencia e integralidad de los derechos humanos.”
Soporta la afirmación haciendo cita al concepto decimonónico de soberanía, a las conclusiones de los encuentros temáticos, ya que algunas naciones actúan de manera indiferente ante la inmensa brecha que hay entre lo político, lo económico y lo social, en la vulnerabilidad de los niños como consecuencia de los errores de los adultos, a la falta de construcción de un concepto de desarrollo soportado en la generación de condiciones adecuadas.
Propone Negret M., como presidente de la (GANHRI), dos temáticas de especial importancia:
1.- En primer lugar planes para lograr el objetivo de una migración segura, ordenada y regular. (Naciones Unidas)
2.- Construir un observatorio global, que analice el impacto que tiene la corrupción sobre la garantía de los derechos humanos. enfatiza en afirmar, como “La corrupción tiene como víctima exclusiva a la sociedad en pleno, especialmente a los más vulnerables, pues profundiza la desigualdad en tanto el interés público de atender las demandas sociales, es desviado para satisfacer el egoísmo criminal de los corruptos.”
“Todo en aras de tener una sociedad, más justa, libre y equitativa.”
Estas profundas reflexiones, se constituyen en el grito de Colombia, avalado por la práctica de la relación presencial y directa de la defensoría nacional del pueblo, con las zonas más afectadas por violaciones de los derechos humanos en Colombia. (Semana. Ideas que Lideran. Diciembre de 2018)
La Costa del Pacifico con sus escenarios de oprobio y dolor como Tumaco, Guapi, Buenaventura, Quibdó; la Guajira, la Sierra Nevada de los Kogui, los Llanos Orientales y otras como Antioquia y Córdoba, en donde en el bajo Cauca, “los homicidios no tienen antecedentes en la historia de Colombia” (Molano. El Espectador. 2019).
La edición anotada agrega, “todo porque su origen en un 90% tiene que ver con el fracaso del proceso de desmovilización paramilitar, porque la respuesta del estado es la misma de siempre, más fuerza pública y nada de inversión social”.
A la presidencia de la Republica, en el periodo deSantos C. y en la del Duque M., la defensoría ha presentado la realidad de la afectación de los derechos humanos en estas regiones buen momento para estas advertencias sobre todo cuando hay quienes parece, olvidaron muy rápido los estragos de la violencia, o necesitan de ella, porque por menos dificultades inicio la guerra que duro 50 años.
No es el Cauca territorio ajeno a estos conflictos, y los motivos de ellos son en gran medida producto de las reflexiones hechas por el Señor Defensor Nacional del Pueblo. El nuevo liberal ha editorializado mucho sobre esta circunstancia. La carta del Gobernador del Departamento al presidente, leída con el mejor de los sentidos, confirma que la situación es delicada.
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