
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy
EL MENSAJE OCULTO DE LA CONSULTA
«El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado»
Rousseau. El Contrato Social.
No nos alcanzó a los que hicimos fuerza para «ganar» la consulta porque no se conquistó el «umbral». Fue muy alto porque así es la vida ordinaria para el colombiano común. Nos faltaron los cinco centavos. Nos pasó lo de la lechera. Mucho cántaro para recoger agua y muchos sueños para cantar mientras caminaba. Y se rompió la vasija y se aguaron los sueños.
El resultado, el tesoro que estaba oculto allá en el fondo de la «consulta» no se consiguió. Todos esos siete puntos de la Consulta se quedaron en el fondo de las esperanzas de la lechera.
Seguirán – entre los corruptos – repartiéndose los presupuestos nacionales, departamentales, municipales? Sí. ¿Seguirán devengando esos altísimos sueldos los congresistas desangrando al país? Sí. Y podrán seguir robando el erario los de siempre y no tendrán cárcel. Sí. Se reirán, como ahora, porque no se alcanzó el umbral. Para eso, como profetas del mal, pusieron ese tope tan alto.
Locombia seguirá igual. ¿Ehh? ¿Igual? No se sabe con esos ministros que nos están poniendo al frente. Conseguirán más plata los de siempre y el «pueblo» del que hablaron Rousseau, Danton, Marat, Robespierre y enarbolaron lo que hoy sería una «Consulta ciudadana», seguirá burlado.
A pesar de que la Consulta estuvo a punto de poner en su sitio a quienes se burlaban allá adentro de sus cuarteles, tiene un mensaje. No importa que al pueblo se le quiera quitar su dignidad, su importancia, su paciencia. Tiene que llegar otro Gaitán, otro Galán bueno, como el santandereano. La Consulta deja un mensaje. Nos la pusieron muy alta quienes en su intención la diseñaron como una burla para el Pueblo. ¿Quién vió ayer en la calle a un cacique?
Ya se va viendo que el Pueblo está adquiriendo madurez republicana. Dejó atrás la patria boba en que nos han tenido los gobiernos desde el 86 del siglo pasado. La grandeza y respetabilidad del Pueblo se ha ido dibujando. ¡Quién va a tener en cuenta al Pueblo!
Lo que dicen esos grandes genios de la Revolución francesa sobre el Pueblo apenas lo estamos rumiando. Colombia no se amilanó ante esa cifra altísima del umbral demoníaco que urdió el Congreso. Once millones y otro pucho de millón deben estar golpeando la cara de quienes no creían que pueblo lo intentara. Mucho carácter el de esta gente tan golpeada.
Hará falta cuántos votaron en la sufrida Guajira, en el Cauca, en los mal llamados «territorios nacionales», en el Chocó, en los departamentos que no tienen padrinos y que están tan olvidados que parece no hubiera Dios. Toda la plata se queda en manos de quienes diseñaron el umbral de la Consulta.
La Consulta Ciudadana no quedó en el limbo de la conciencia popular. Fue un llamado del hombre común, del ciudadano de a pie olvidado de los gobernantes. Quien votó ayer creyó en si mismo, en el valor de su voto. Hoy debió amanecer con la cara distinta porque su voto rehízo la Democracia.
28-08-18 10:18 a.m.
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