
Por Leopoldo de Quevedo y Monroy / Loco-mbiano

http://elcomercio.pe/deporte-total/copa-america-centenario-2016/seleccion-colombia-radiografia-11-rival-peru-fotos-noticia-1909660/1
Colombia está ansiosa y vestida de amarillo en estos días de la Copa América-Centenario. Cada vez la afición por el fútbol aumenta. Y eso es bueno. Es mejor mirar noticias de deporte y esperar que llegue la fecha de los partidos que prender la radio o la TV para ver la triste realidad política y social de nuestro país. Bastante tenemos con mal gobierno, atracos, feminicidios, despojos en ríos, selvas y páramos a cambio de inversión extranjera.
Que viva la pasión por el fútbol y que gane el mejor. Que vengan a nuestra pantalla Messi, Higuaín, el rey Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Puch, Vargas4, nuestro portero Ospina o Carlos Sánchez y James en nuestra selección. Verlos luchando y exhibiendo el arte del regate, del pase rápido y preciso o el remate al arco, es una actividad de belleza y recreo para el ojo y el cuerpo.
Quienes vimos cómo ha crecido el fútbol de Estados Unidos, cómo luchaban el balón casi a muerte los jugadores de Perú o cómo avasallaron a México los chilenos en la disputa de un puesto para la semifinal de la Copa en terreno norteamericano, quedamos cansados como ellos en cancha. Gozamos y sufrimos y sudamos exhaustos haciendo fuerza a la par que ellos.
Ahora que viene el partido de Colombia-Chile salta a la cancha, una verdad mostrada, una duda y muchas preguntas.
Chile ante México mostró sobradamente su capacidad de desarrollar un juego rápido, y efectividad con unos pases cruzados rápidos, una triangulación, balón en tierra y en juego aéreo. No se vió en ningún momento ansiedad, descontrol, falta de concentración, juego malintencionado para conseguir el resultado final. Todo lo contrario. Nos salíamos del asombro al verlos correr detrás del balón y llevarlo hasta la portería de Ochoa con una facilidad pasmosa.
A los 15 minutos comenzó su hazaña. Los goles iban en el primer tiempo y seguían y seguían en el segundo tiempo. Van 4, llegó el quinto. Y la prensa de México decía: «Ya, déjenlos así, no más, por favor. Ya está bien.» Pero Chile no oyó este ruego nacional. Y siguió adelante. No era por hambre que jugaban, ya estaban saciados. Era por voracidad. Y así se les notaba en la cara y en el afán por llegar de nuevo a la portería desprovista de defensas que contuvieran la arremetida. Y vino el sexto y llegó el séptimo. Y no cesaban.
Para ellos no hubo descanso ni medida, hasta que sonó el pitazo final. Ese es el fútbol de pasión, de entrega, que necesitamos en Colombia. Que veamos en su actitud concentración, decisión, técnica, amor por el puesto, la mira puesta en el triunfo, sin medida. Que no se contenten con ir ganando por un gol. Porque el juego es de 90 minutos más el descuento. ¿Cuántas veces ha ganado Colombia por goleada a un equipo en torneo internacional? ¿A Argentina con aquel 5 a 0 y ahí ha parado todo? Siempre nos quedan faltando otros cinco centavos para el peso en el minuto final. Esa es nuestra radiografía: el recuerdo.
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