El Gran Acuerdo por el Cauca


Yo no creo que las elecciones pasadas hayan sido un “plebiscito” contra el Gobierno Nacional, como se afirma con insistencia en algunos de los medios que están al servicio exclusivo del conglomerado económico dominante. Estas herramientas de comunicación masiva pretenden atizar la ingobernabilidad mediante manipulación de la opinión pública, con la intención de obstaculizar o imposibilitar los cambios estructurales que sigue reclamando el pueblo colombiano. Por eso, me parece abusiva y oportunista esa connotación nacional que le están dando a los resultados electorales de región y de parroquia.
Los ciudadanos votamos pensando en las calles de los municipios, en los problemas rurales de la jurisdicción, en el entorno social y ambiental inmediato; fuimos a las urnas para elegir al candidato que consideramos con mejores aptitudes y actitudes para implementar fórmulas y políticas públicas de seguridad personal y familiar, agua potable, eficiente disposición final de basuras, garantías de alumbrado público adecuado; inclusive, muchos lo hicieron por vínculos de amistad y familiaridad con los postulantes, otros, por el deseo de colaborar con las organizaciones políticas locales de su simpatía, ante el desvanecimiento evidente de los líderes y partidos políticos tradicionales, que ninguna influencia tuvieron en las motivaciones ciudadanas para elegir a sus mandatarios 2024 – 2027. Yo no creo que alguien haya votado por su edil, concejal, diputado, alcalde o gobernador pensando en Petro. ¡Qué bobada, pero con ese cuento mentiroso pretenden manosear comunidades!
Un patrón de análisis puede ser el departamento del Cauca, donde las comunidades decidieron elegir al joven exalcalde del municipio La Vega, Jorge Octavio Guzmán Gutiérrez, como gobernador; no como ficha de oposición al Gobierno Nacional, sino como mandatario libre de ataduras a clanes políticos, como sí ocurrió, infortunadamente, en otros departamentos y ciudades. Fue elegido por ser un administrador público de origen campesino con más de 20 años de experiencia en liderar procesos sociales que han sido exitosos.

Contrario a la distorsión informativa que impulsan aquellos medios, el mandatario electo ha sido muy cercano al movimiento de la vicepresidenta Francia Márquez, Soy porque Somos, pero, incluso así, no le será nada fácil la conducción de unas comunidades ancladas en un territorio sometido atávicamente a un conflicto social recurrente desde la invasión por parte de españoles patibularios, a una atolondrada repoblación consecuente de la criminal diáspora africana, al usufructo sin retorno de sus riquezas naturales, y para colmo de males, convertido por capitalistas narcotraficantes, amparados en organizaciones armadas de todos los colores, en fuente inagotable de opulencia, cuyo principal apremio es asegurar la miseria de los pobladores autóctonos para garantizarse sumisión.
Octavio ha demostrado tener la creatividad, la vitalidad y el entusiasmo suficientes para enfrentar nuestras escabrosas realidades, las ganas de servirle a sus gentes, y cuenta, no solo con el apoyo de sus electores, sino de todos los caucanos que quisiéramos fomentar una sana revolución social para que el Cauca se transforme aprovechando las oportunidades que brinda la cooperación internacional, la planificación eficaz, un fomento económico vigoroso, la protección y recuperación ambiental, sin descuidar los retos fiscales que exige el desarrollo equilibrado.

Es más, yo creo que Guzmán Gutiérrez también cuenta con el apoyo, entre otros, de un dirigente que ha venido proyectándose con éxito desde los escenarios locales y regionales, y que seguramente lo tendremos recorriendo el país para muy pronto iniciar a elaborar, interpretar, reformar y derogar leyes y códigos, ejercer un pertinente control político en el orden nacional y seguir luchando por la calidad de vida de todos sus paisanos: el actual gobernador, Elías Larrahondo Carabalí, el primer gobernador afro en la historia del Cauca, un bonaerense que supo enfrentar nuestras espinosas condiciones, con entrega y decencia, a pesar de las inmensas limitaciones que hemos padecido históricamente.

Yo soy optimista, porque todos estamos “jartos” de tanto estigma por ser caucanos, no podemos seguir soportando la creencia que somos “menores de edad”, incapaces, y que debemos seguir sometidos a las condiciones que imponen ciertos “dinosaurios políticos” o los que viven del conflicto armado y del enriquecimiento ilícito.
A Elías Larrahondo le queda un mes largo de ejercicio gubernamental, que prácticamente se va en el empalme, pero creo que los 640.000 ciudadanos que salieron el pasado 29 de octubre a las urnas a ejercer su derecho de elegir, lo hicieron agradecidos, reconociendo que el Cauca aún es soporte importante para la democracia colombiana, y le desean a su gobernador saliente éxitos en su futuro, porque también nos beneficiará a todos.

Y cómo no exaltar la excelente gestión que desarrolló en la capital del Cauca Juan Carlos López Castrillón, quien logró, además de ejecutar planes y proyectos que impactaron positivamente a las comunidades de Popayán, recuperar la imagen de la ciudad a nivel nacional e internacional que, si es cierto que es una inversión inmaterial, queda como aporte para que empresas, inversionistas y turistas contribuyan a impulsar el desarrollo económico de la ciudad; además debe destacarse su esfuerzo para fomentar la identidad y el orgullo cívico. Su gestión fue crucial para aumentar la calidad de vida de los ciudadanos y gestionar oportunidades de desarrollo.
A partir del primero de enero de 2024, de hecho, deberíamos iniciar la instauración de un gran acuerdo por el Cauca en el cual consideremos a cada ciudadano un ser valioso para todos, y a quienes no resultaron elegidos, no personajes derrotados, sino dirigentes constructores del futuro que debemos diseñar.
Y en ese gran acuerdo por el Cauca también serán protagonistas de primer orden los 42 alcaldes que comenzarán a ejercer desde el próximo primero de enero.

Luis Eduardo Grijalba Muñoz, Santander de Quilichao, y Walter Zúñiga Barona, Miranda, los de mayor experiencia administrativa y política, retornan a la administración pública y serán personajes claves para impulsar el gran acuerdo por el Cauca. Por algo fue que los ciudadanos decidieron que nuevamente fueran alcaldes de sus respectivos municipios.
Los demás alcaldes deberán responder a las expectativas y esperanzas de renovación en la gestión pública, y convertir las propuestas novedosas e innovadoras que despertaron el interés y la confianza de los votantes, en acciones concretas.
Estamos seguros de que llega para el Cauca, desde cada uno de sus municipios, una gestión transparente y honesta, por eso, queremos desearles a todos muchos éxitos, pero en especial a los más cercanos a nuestros sentimientos: Juan Carlos Muñoz Bravo, Popayán; Pablo César Peña, Buenos Aires; Ramiro Moreno Lemos, Caldono; Óscar Hernán Cifuentes, Caloto; Adrián Díaz Hurtado, Corinto; Wilinton Mina Vidal, Guachené; Lida Emilse Paz Labio, Jambaló; Luz Adiela Salazar Gómez, Puerto Tejada; Juan Carlos López Morales, Silvia; César Lizardo Cerón Galindo, Suárez; Jaime Díaz Noscué, Toribío; María Edis Dinas, Villa Rica; Jhonny Alejandro Muñoz Gutiérrez, Timbío.

En resumen, la institución gubernamental 2024-2027 que va a orientar Octavio Guzmán no está empeñada, cada decisión que tome será libre, sin ataduras políticas, autónoma, y con la ventaja que será testigo de una nueva generación política, con dirigentes emprendedores, innovadores y comprometidos, entre otros, vale la pena pensar en las exalcaldesas de Caloto y Santander de Quilichao, María Liliana Ararat Mejía y Lucy Amparo Guzmán González, inclusive, en el empresario Mario Jair Campo Tróchez, ya el tiempo lo dirá, pero el optimismo y la confianza también deberían apasionar nuestra labor cotidiana.