El Cauca fue uno de los departamentos donde las elecciones del 9 de marzo marcaron importantes cambios en la dirigencia de los partidos Liberal, Conservador, de la “U” y Cambio Radical.
Quizá el revolcón más vistoso fue la defenestración de los senadores y jefes departamentales de sus partidos: Jesús Ignacio García Valencia, en el Liberal y José Darío Salazar Cruz, en el Conservador, al fracasar en sus intentos reeleccionistas, abriendo las puertas a nuevos liderazgos y métodos de interacción entre copartidarios cansados del autoritarismo de sus jefes. Pero no hay que olvidar que la gerontocracia caucana también fue golpeada en el partido de la “U”, al fracasar la candidata del senador Aurelio Iragorri, Gema López y al fallar en su intento por retornar al Senado 25 años después de retirarse, el veterano Humberto Peláez Gutiérrez, esta vez por Cambio Radical.
En el caso de Jesús Ignacio García, de negativa proyección nacional, desde que se le vinculó al proceso 8.000, en las cuentas que llevaba Palomari, sobre los políticos favorecidos por el cártel de Cali y al estar ‘colgado’ como actor principal en numerosos ‘micos’, durante su larga vida en Cámara y Senado, también le restó votación su distanciamiento con los representantes Carlos Bonilla y Crisanto Piso, quienes hicieron acuerdos con candidatos liberales al Senado de otros departamentos. A García le fue insuficiente la promoción de la candidatura a la Cámara de Víctor Ramírez Fajardo, a quien ya postularon como candidato a retornar a la Alcaldía de la capital caucana.
A J.D. Salazar, quien llegó a ser presidente del Directorio Nacional del Partido Conservador, sus copartidarios le cobraron el excesivo alejamiento del Cauca. El senador se caracterizó por sus posiciones radicales en la defensa de principios dogmáticos de la doctrina conservadora, como el rechazo al aborto, las uniones gay, etc, y en su oposición abierta al presidente Santos y su afinidad manifiesta con el expresidente Uribe y el procurador Ordóñez, yendo en contravía de la mayoría de congresistas conservadores, que apoyan al gobierno de la Unidad Nacional, junto a colegas de la “U”, el liberalismo y Cambio Radical. Sin embargo a pesar de su puritanismo católico, Salazar fue muy criticado por columnistas como Daniel Samper Ospina, de Semana, por estar implicado en la concesión a uno de sus familiares de un motel decomisado a la mafia y administrado por la cuestionada Dirección Nacional de Estupefacientes, DNE, cuando la dirigió su copartidario de Nariño, el exsenador Carlos Albornoz Guerrero. J.D Salazar fue uno de los pocos senadores que en la pasada convención conservadora respaldó a Marta Lucía Ramírez, como candidata presidencial de su partido, negándole su adhesión a la reelección de Santos.
Su pupila Esmeralda Sarria, con menos de 19.000 sufragios, a última hora pelea su permanencia en la Cámara con su colega de la “U” John Jairo Cárdenas, quien hasta el martes 11 de marzo, puntea por más de 300 votos, en un cabeza a cabeza que se decidirá por estrecho margen.
En el caso de Aurelio Iragorri Hormaza, con cerca de 40 años entre Cámara y Senado, el nombramiento de su hijo en el Ministerio del Interior, lo inhabilitó para postularse como candidato a la reelección, aunque su votación venía en declive desde hace varios años. Sin embargo, su habilidad en el maniobrar político y legislativo y el haber sido presidente del Senado y del Partido de la “U”, aún le permiten influenciar en los altos círculos del poder, aunque los votos alcanzados por Gema López sean exiguos. El senador Iragorri, no respaldó la reelección del candidato a la Cámara por el partido de la “U”, J.J. Cárdenas, quien pocos días antes de elecciones, lo denunció por boicotear a sus inscritos como testigos en la Registraduría y quien apoyó con sus votos al senador vallecaucano Roy Barreras.
Después de 25 años de cómodo y bien remunerado exilio en los parlamentos Andino y Latinoamericano, al exsenador Humberto Peláez le dio por retornar a la política activa, al ser aguijoneado por el representante liberal Carlos Bonilla. Con los cerca de 15.000 votos que obtuvo principalmente en el norte del departamento, donde se acordaban de él, cuando con Iragorri se repartían el manejo del liberalismo caucano, Peláez demostró que aún tenía influencia y de paso les restó votos, acercándolos al horno, a Jesús I. García y a Gema López de Joaquí.
La alta votación del candidato de la Alianza Verde, Óscar Ospina, respaldado por amigos del gobernador del Cauca, garantiza la presencia de la oposición en la Cámara.
La votación que en otros departamentos logró el senador liberal Luis Fernando Velasco, lo catapultan como jefe departamental con proyección nacional.
En el conservatismo, la “U” y Cambio Radical, se abren posibilidades a nuevos liderazgos.
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