
El desengaño del hombre clave de la paz

La evidente frustración de los colombianos por la ineficaz implementación de los acuerdos de paz, concertados entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las extinguidas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), después de transcurridos casi seis años desde la firma compromisoria en acto oficial realizado en el Teatro Colón de Bogotá, se manifiesta en incertidumbre, mejor, en desengaño, en indiscutible amargura, en casa de Henry Acosta Patiño, economista graduado de la Universidad del Valle, conocido en medios como El Facilitador de los acuerdos de paz.

El pasado lunes, los periodistas de la Red de Medios de Comunicación Proclama del Cauca y Valle, fuimos testigos de esas frustraciones, pero también, de las satisfacciones que aún estimulan a Henry Acosta, especialista en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario de la Universidad Javeriana, y a su esposa, Julieta López Valencia, por haber dedicado más de 15 años a la búsqueda de la paz.
Henry y Julieta en su intimidad moral sufrían (y sufren) por los ríos de sangre que bañan a esta patria, por las familias adoloridas ante la pérdida de sus seres queridos en una guerra fratricida sin sentido y se preguntan cuánto más tendrá que contabilizar el país para darse cuenta de que el ruido de los fusiles no es el camino. Soñaban (y sueñan) con una Colombia diferente, capaz de reconstruirse con la participación masiva de la sociedad civil. Por esta razón, diseñaron una agenda, inicialmente oculta, para contribuir a la búsqueda de una salida negociada al conflicto armado.

Henry decidió entonces, aprovechar su amistad con Jorge Torres Victoria, el exjefe guerrillero ‘Pablo Catatumbo’, ante quien fue presentado en 1998, cuando fue retenido ilegalmente en un retén fariano instalado en uno de los caminos del centro del Valle del Cauca. Esa retención, como lo narra Acosta en su libro El hombre clave, el secreto mejor guardado del proceso de paz de Colombia (Penguin Random House Grupo Editorial), se convirtió en avenencia, en entendimiento, en un pacto tácito de amistad entre estos dos hombres.
Un lunes 15 de Nov de 1948, nací en la vereda La Primavera de Génova Q. Mis padres Jorge y Rubiela,ambos de 22 años. De 7 meses de edad, la chusma nos desplazó al pueblito Genova. Como tallan los recuerdos!! pic.twitter.com/yuziuHPnwx— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) November 15, 2021
Proceso de paz

Acosta Patiño comenzó su gestión por la paz con el presidente Álvaro Uribe, por allá en el año 2002, cuando nadie quería saber de diálogos con las FARC tras el fallido proceso de paz de Pastrana en el Caguán, situación agravada por el secuestro masivo de los diputados del Valle del Cauca, en abril de ese año.
Insistente, en diciembre de 2004 se reunió con el entonces Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo. Los intentos marcharon atropelladamente, casi sin norte, hasta el 2006, cuando Uribe manifestó su intención de negociar sólo la entrega de armas y la rendición, sin reconocimiento de la existencia de un conflicto armado interno.
Uribe avanzó hasta el 2007, cuando luego de la captura de Rodrigo Granda, lo dejó en libertad para que actuara como gestor de paz, junto con el exguerrillero Yesid Arteta y alias Karina, exjefe del Frente 47 de las Farc. Seguía Henry Acosta Patiño como enlace, gracias a que persistía en sus relaciones directas con Pablo Catatumbo.
Porqué Uribe no dialogó y no negoció con las Farc?; porque nunca quiso reconocer la existencia del Conflicto Interno Armado en Colombia y Farc dentro de él. Y obviamente uno no puede dialogar con quien no existe. Santos si lo reconoció. Por eso dialogó.— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) June 19, 2021
Ante el desequilibrado intento de paz estilo Uribe, Acosta siguió por su cuenta. Y fue hasta mediados de julio de 2010 con Santos, en calidad de presidente electo, cuando en completo sigilo comenzó el proceso de paz.
Instalación de la Biblioteca Abierta del Proceso de Paz. pic.twitter.com/BdAR7Ym1yO— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) December 6, 2021
El facilitador Acosta, arquitecto de ése proceso, El hombre clave, según su libro, logra que Pablo Catatumbo acepte la oferta de un encuentro secreto, en octubre de 2010, sin desconocer que un mes antes habían matado a Víctor Julio Suárez Rojas, alias Jorge Briceño Suárez o Mono Jojoy, en La Macarena, Meta.
Un año después surgen nuevas amenazas al proceso. En noviembre de 2011, Guillermo León Sáenz Vargas (Alfonso Cano), jefe máximo de las FARC, muere en un bombardeo del Ejército, en un sector entre Suarez y Morales, Cauca. Es cuando Rodrigo Londoño, entonces Timoleón Jiménez o Timochenko, ocupa el vacío de poder, y se hace cargo de la guerrilla.
Meses después, sin embargo, los diálogos se serenan.
En agosto de 2012, Santos reconoce públicamente que está buscando la paz con las FARC y que se ha diseñado un Acuerdo General entre el Gobierno y la guerrilla para iniciar “conversaciones directas e ininterrumpidas”.
Dos meses después, en Oslo, Noruega, se abre la negociación que continuará en La Habana hasta 2016. Desde entonces, el papel de Henry Acosta se diluye a medida que los avances oficiales y las declaraciones públicas formales toman peso. Se abre así la historia ya conocida del Proceso de Paz.
Reconocimientos

En octubre de 2016, el presidente Juan Manuel Santos, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2016 por sus esfuerzos para acabar con el conflicto armado de más de cinco décadas, que le costó la vida a mínimo 220.000 colombianos y desplazado a cerca de seis millones de personas, según anuncio hecho en Oslo por el Comité Noruego del Nobel, que lo eligió entre un total de 376 nominaciones.
Por otra parte, en octubre de 2019, Henry Acosta Patiño, recibió la distinción internacional Reconeixements Ànima d’Honor Àngel Pujol, “en reconocimiento a su labor como mediador durante más de diez años en pro de la paz en Colombia, que, en el año 2016, se materializó con el Acuerdo de Paz entre el Gobierno del país y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, llamadas FARC; méritos que quedarán resumidos en el mención del diploma que le será entregado junto con el galardón, en el marco de la XII Velada Solidaria Ángel Olaran”, realizada en Barcelona, España.
(Información y fotografías extraídas de: https://isolidaries.org/es/henry-acosta-recoge-el-galardon-internacional-de-los-reconeixements-anima/)
Reconocimiento Internacional El Ànima a Henry Acosta Patiño en Mollerussa-Lleida Cataluña España. pic.twitter.com/CJRUPJdVht— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) November 17, 2019
Lo que se vino después

La amargura, la tristeza o frustración de Henry Acosta Patiño, llega luego, después de que los 13.600 excombatientes dejaran las armas e intentaran reincorporarse social y económicamente para ganarse la vida en “la civil”, pero las cosas no resultaron como se pactaron.
He sostenido siempre, que el punto más importante del Acuerdo Final es: La Reincorporación digna, social y económica de los más de 13.000 excombatientes Farc. Y no se hizo. Entonces tendremos 400 o 500 bandas, sin mando único. Ya las estamos teniendo. Fatal !!.— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) January 28, 2022
Hubo ostensibles fallas en las políticas públicas puestas en marcha para la reincorporación, por lo cual brotaron “disidencias”, se rearmaron centenares de bandolas criminales y reinició otro conflicto armado de todos contra todos, sin inspiraciones ideológicas, sin mando único, impulsados por el control territorial para dominar en el narcotráfico y en las economías ilegales, todos aprovechando la debilidad y ausencia del Estado en ciertos territorios.
Eran más de 13.000 excombatientes certificados para la Reincorporación. El Estado no lo hizo. Ahora hay 2.500 excombatientes con la Segunda Marquetalia y 2.500 con Mordizco y Gentil. Y más de 50 GAO(bandolas). La niebla cubre el Acuerdo Final.— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) April 18, 2021
En estas condiciones, la tragedia humanitaria que padecen los exguerrilleros desmovilizados de las extintas Farc no termina. Según @Indepaz, desde la firma del acuerdo de paz, en noviembre de 2016, hasta la fecha, 1320 líderes y defensores de DDHH han sido asesinados en Colombia, igualmente, 306 firmantes del acuerdo. Mientras tanto, los sobrevivientes siguen su proceso de reincorporación en medio de amenazas, atentados y asesinatos.
La Reincorporación Colectiva,(ni individual), no se efectuó; pero el ASESINATO impune de los Excombatientes Farc-Ep, continúa. Y pregona el Estado, que se está implementando el Acuerdo Final. Resultó ya INVIABLE, la Negociación del Conflicto Interno Armado Colombiano!. Increíble!— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) December 14, 2019
Por este drama, la JEP concluyó que no hay una estrategia institucional para “prevenir la violencia de los grupos delincuenciales que están afectando la reincorporación de los firmantes” del Acuerdo de Paz.
En consecuencia, la ONU, a través de la representante de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Juliette de Riveros, alertó sobre los niveles de violencia en Colombia que no se veían desde 2014, destacando el aumento de los desplazados. Mientras en 2020 hubo 26.291 personas que tuvieron que huir de sus casas por los grupos armados, entre enero y noviembre de 2021 fueron 72.388. Además, subrayan que los combates o la presencia de minas antipersonales obligaron a confinarse a 57.787 personas en sus comunidades.
El Acuerdo Final no fue implementado. Los indígenas, quienes en 1.492 ya estaban aquí y eran ancestralmente los amos de estos territorios, comenzaron a ser perseguidos y masacrados por los ibéricos. Ahora los criollos, los siguen matando. Camayo vivirá siempre !! pic.twitter.com/7RBvuun7tf— Henry Acosta Patiño.El Facilitador. (@quindiano15) January 25, 2022
El siguiente es el diálogo completo con Henry Acosta Patiño:
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En contexto:
https://www.proclamadelcauca.com/foro-bolivar-y-las-luchas-de-hoy-2/
https://www.proclamadelcauca.com/uribito-casa-verde/
https://www.proclamadelcauca.com/uribe-si-le-daba-mermelada-a-las-farc/
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