Miércoles, 29 de marzo de 2023. Última actualización: Hoy
El amor de Dios es grande y auténtico
El amor de Dios es grande y auténtico
Un verdadero amor siempre produce en todo corazón una inmensa alegría, cuánto más el de Dios que es mucho más grande y auténtico. Somos el resultado de la unión de una pareja que con su amor nos trajeron a la vida para perpetuar el amor.
Nacemos con el sello del amor, uno de los grandes filósofos, argumentó que el hombre nace bueno, dotado de todo sentimiento de amor, pero la misma sociedad lo cambia, es ahí donde se debe decidir qué camino seguir, si el camino del amor de Dios, porque Él, es amor o apartarnos de su gran amor.
Nuestro manual de vida, Las Sagradas Escrituras nos dice que Él nos amó desde antes que fuera fundado el mundo, cita que la podemos encontrar en el libro de Efesios 14-5. Nadie nos ama tanto como nos ama Dios.
El amor de Dios, que es irresistible, no lo podemos evitar cuando le encontramos, y nada, ni nadie nos podrá separar de este amor.
Es tan grande el amor de Dios que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él crea, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3-16. Es la misión más grande y noble para la humanidad porque hemos sido sellados con la sangre de Cristo para la redención de nuestros pecados.
A propósito, estamos en el mes del amor y la amistad, era costumbre celebrar esta fecha con abrazos, besos, regalos y fiestas a bordo, esta práctica ha cambiado por el enemigo que ha azotado a la humanidad y que sigue arrasando con muchas vidas; se debe festejar con todos los cuidados de bioseguridad y que en lugar de celebrar con amor no se vaya a lamentar, por no seguir los debidos protocolos.
El verdadero regalo que le podemos dar a nuestro congénere es amarlo y cuidarlo en el amor de Dios, porque es un mandato que debemos cumplir: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Si sientes que nadie te ama, recuerda que el verdadero amor y la verdadera amistad la encontramos en Cristo Jesús. Que el común denominador en nuestras vidas sea el reconocer que el amor de Dios es grande y auténtico. Bendiciones.
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